Bruselas aprobará los primeros planes nacionales la próxima semana. Un paso más para que empiecen a circular los fondos europeos. Así lo ha anunciado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este martes en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo. “La semana que viene la Comisión Europea va a empezar a probar los planes de recuperación para su adopción [después] del Consejo [los Gobiernos], ha dicho Von der Leyen: ”Nuestra recuperación va a ponerse en marcha. El dinero va a empezar a fluir en las próximas semanas. Hasta la fecha hemos recibido 23 planes nacionales. Estos planes emiten una señal muy clara, un mensaje muy claro: los europeos están dispuestos a un nuevo comienzo“.
Y España, Portugal, Grecia y Dinamarca son algunos de los candidatos para recibir el visto bueno de la Comisión Europea en la próxima semana (el 17 y 18 de junio hay Eurogrupo y Ecofin). España, por ejemplo, entregó su plan el 30 de abril, y el Ejecutivo europeo disponía de hasta dos meses para hacer su evaluación, paso previo para la del Consejo, que dispone de hasta un mes más.
Para ello, la UE ha tenido que superar el último gran obstáculo para que comiencen a llegar los 750.000 millones de euros de los fondos de recuperación acordados hace casi un año después de cinco días de negociaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas. Ese paso fue la aprobación por parte de los 27 parlamentos nacionales de la orden de recursos propios, la legislación necesaria e imprescindible que habilita a la Comisión Europea a acudir a los mercados para emitir deuda comunitaria con la que financiar los fondos europeos, de los cuales 140.000 irán a España –si bien, de momento, sólo ha pedido los 69.500 millones correspondientes a las transferencias y no a los créditos, que se pueden pedir hasta 2026–, que espera los primeros 9.000 este verano –el 13% de prefinanciación–.
En el caso de España, Bruselas fía a los 140.000 millones de los fondos europeos la corrección de los “desequilibrios” de la economía española. La Comisión Europea ha decidido la semana pasada mantener el grifo del gasto abierto hasta 2023, y ha pedido a España “aplicar una política fiscal prudente”, si bien reconoce que “las medidas adoptadas por las autoridades españolas para apoyar a las empresas y los hogares han ayudado a mitigar el impacto de la crisis en el sector bancario”.
La presidenta de los socialistas en la Eurocámara, Iratxe García, ha afirmado en el debate: “No permitiremos que vuelva la austeridad. La Comisión, el Consejo y este Parlamento deben dar un gran salto con un gran pacto social como el que dio a luz el Estado de Bienestar tras la Segunda Guerra Mundial”.
El vicepresidente de Renew Europe y portavoz de Ciudadanos, Luis Garicano, por su parte, ha sido crítico ante Von der Leyen sobre el plan español: “En el plan de España veo tres problemas graves: la falta de reformas; los planes gastan mucho dinero en cosas y no en ciudadanos; la inversión verde debe ser transformadora, no el subsidio de bienes de consumo. Espero que haga su trabajo y no sea una oportunidad perdida para Europa”.
El vicepresidente de los Verdes y eurodiputado de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun, ha defendido, por su parte: “Hay cosas que como verdes nos preocupan, como el 37% mínimo en transición ecológica o la perspectiva de género”. Y ha respondido a Garicano: “La agenda reformista del plan español es la mayor de la historia. Algunos critican porque no le gustan las reformas, si alguien quiere que haya recortes de pensiones, que lo diga. Pero los tiempos de la troika han pasado. Hay que mirar al futuro”.
El eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, así mismo, ha dicho en el pleno de Estrasburgo: “Hay miles de millones que podrían ir a las pymes y que irán a las grandes empresas, esto es inaceptable”. El eurodiputado de ERC, Jordi Solé, ha criticado “que no se hayan implicado a las regiones en los planes de recuperación, los gobiernos regionales deben estar implicados en la gobernanza de los fondos”.
Momento 'hamiltoniano'
La tramitación en los 27 parlamentos nacionales supone el paso previo de lo que algunos en Bruselas llaman momento hamiltoniano al hecho de que, por primera vez en la historia, se emite semejante cantidad de deuda de forma comunitaria.
Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro de EEUU, logró en 1790 poner de acuerdo a Thomas Jefferson y James Madison para resolver la deuda acumulada tras el proceso revolucionario y de independencia.
Hamilton logró que se sentaran las bases de un gobierno federal fuerte al conseguir que el Ejecutivo nacional se hiciera cargo y pagara las deudas estatales, y Jefferson y Madison obtuvieron la capital nacional para el sur: el Distrito de Columbia, en lugar de Nueva York o Filadelfia.
El acuerdo que logró Hamilton resolvió el punto muerto en el Congreso y supuso un paso adelante en la integración federal del país. El sur estaba bloqueando la asunción de las deudas estatales por parte del Tesoro para minar el programa hamiltoniano para construir un gobierno federal fiscalmente fuerte. Y el norte rechazaba la propuesta, muy deseada por los virginianos, de ubicar la capital nacional permanente en la frontera entre Virginia y Maryland.
¿El acuerdo de los 27 para emitir deuda conjunta es una suerte de momento hamiltoniano en la Unión Europea? Como en 1790, se trata de lidiar con una gran deuda pública tras una profunda crisis. Como entonces, el sur y el norte se estuvieron bloqueando mutuamente. Como en aquel momento, la crisis puede ser una oportunidad para dar un salto adelante federalista a través de la emisión de 750.000 millones de deuda por parte de la Comisión Europea lo que, además, lleva de la mano la aprobación de impuestos europeos para hacer frente al repago de esa deuda.
La culminación del proceso antes de que acabe si quiera el mes de mayo abonaba las previsiones de Bruselas de que las primeras partidas de los fondos europeos empiecen a llegar en julio, 9.000 millones de los cuales serían para España.
En este proceso de evaluación, la Comisión Europea ha enviado una carta al Gobierno español. “Durante todo el período de evaluación, la Comisión Europea está en contacto constante con todos los Estados miembros, incluida España, sobre el contenido de sus planes de recuperación y resiliencia”, afirman fuentes del Ejecutivo comunitario, que no aclaran ni quién firma la carta, ni a quién va dirigida, ni cuándo se envió ni qué contenido tenía. No obstante, fuentes consultadas por elDiario.es han confirmado que, entre otros asuntos, Bruselas pregunta por los ERTE estructurales.
“Estos intercambios son una parte completamente normal, prevista en el procedimiento de evaluación de acuerdo con en el reglamento de los fondos de recuperación”, prosigue Bruselas: “El objetivo es aclarar cualquier duda o pedir información adicional”.
Fuentes de Economía explican que “no hay temas de fondo, sino que son cuestiones técnicas relacionadas con algunos de los miles de datos que se dan en el plan. En algunos casos de lo que estamos hablando no es de cambios, sino que son aclaraciones. Es una interacción habitual como la que hemos tenido durante meses y ahora serían los últimos flecos para aclarar algunos aspectos más técnicos que no afectan a los elementos de sustancia del plan”.
“La previsión es que adoptaremos las primeras propuestas de decisiones en la segunda parte de junio”, ha afirmado el comisario de Finanzas, Paolo Gentiloni (PD/S&D) en el Parlamento Europeo. Ua vez que sea aprobado por la Comisión Europea –para lo que dispone de dos meses–, la pelota pasa para el resto de socios en el Ecofin –para el que disponen de hasta un mes–. “La Comisión tiene dos meses para la evaluación. Intentaremos tener las primeras evaluaciones antes de finales de junio. Después depende del Consejo, que tiene un mes, pero podría acelerar un poquito la toma de decisiones”, ha recordado el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis: “Las primeras propuestas de la Comisión se presentarán en la segunda mitad de junio. No voy a entrar en pormenores respecto a la evaluación actual. En general podemos estar satisfechos con el trabajo realizado sin prejuzgar la evaluación de los planes individuales. Hay un buen equilibrio entre las inversiones y las reformas, y los objetivos verdes y digitales se van a lograr, en algunos casos con bastante margen. Los planes en general tienen una dimensión social bastante importante, con elementos de inclusión social e igualdad, y van a contribuir a la aplicación del Pilar Europeo de derechos sociales”.
La Comisión Europea ha mejorado recientemente las perspectivas económicas españolas (del 5,6% al 5,9%) gracias al impacto de los fondos europeos, que crecerá por encima de la media de la UE en 2021, si bien aún quedan por debajo de las del Gobierno (6,5%). Las previsiones del Ejecutivo comunitario proyectan que la economía de la UE se expandirá un 4,2% en 2021 y un 4,4% en 2022, mientras que la española irá a la cabeza y llegará al 5,9% en 2021 y 6,8% en 2022. Esto representa una mejora significativa de las perspectivas de crecimiento en comparación con las previsiones económicas de invierno de 2021 que presentó la Comisión en febrero. “Las tasas de crecimiento seguirán variando en toda la UE, pero todos los Estados miembros deberían ver que sus economías vuelvan a los niveles anteriores a la crisis a finales de 2022”, dice Bruselas.
Por tanto, “el fuerte repunte esperado a partir del segundo trimestre de 2021 debería permitir que el PIB español vuelva a su nivel prepandémico a finales de 2022”, dice Bruselas, que añade: “La implementación del Plan de Recuperación y Resiliencia [los 140.000 millones de fondos europeos] jugará un papel importante en la expansión económica, particularmente en 2022. Se espera que la demanda interna dinámica sea el principal impulsor de la recuperación, acompañada de la demanda externa en 2022, cuando se prevé que el turismo regrese a condiciones más normales. La recesión económica empeoró el saldo de las administraciones públicas en 2020, pero se prevé que el déficit disminuya gradualmente a partir de 2021”.