La Comisión Europea se mueve. Desde su primera recopilación de propuestas hace seis meses hasta lo que ahora hay encima de la mesa, evidencia que en Bruselas cunde la sensación de que hay que hacer algo más que bajar impuestos y dar ayudas de Estado. Así se recogía en la última comunicación, del 8 de marzo pasado, en la que se avalaba la posibilidad de regular precios. Del mismo modo que ha ido asumiendo dos propuestas españolas, como las compras conjuntas de gas y el almacenamiento estratégico.
Pero este jueves y viernes se reúnen los líderes, después de que hace dos semanas, en Versalles, mandataran a la Comisión Europea a traer nuevas propuestas y concretar las más recientes, las incluidas en su papel del 8 de marzo.
Por el momento hay grandes diferencias entre los países miembros sobre las medidas a aplicar. Fuentes diplomáticas explican en Bruselas que hay dos grupos de países: los del sur, liderados por España y a los que se ha sumado Bélgica, que presionan para poner un tope a los precios energéticos y desacoplar la luz del gas; y otros como Alemania, Países Bajos, Irlanda o Dinamarca, que prefieren “acelerar las medidas de eficiencia energética, la implantación de renovables y las interconexiones”. Los segundos creen que la propuesta del Gobierno español puede “poner en peligro la seguridad de la oferta y nuestra independencia de Rusia” y “bloquear el progreso en los objetivos del 'green deal'”.
Estos países consideran que topar el precio de la luz puede hacer que los productores de energía se la lleven a otros sitios y “generar un enorme problema de seguridad de la oferta”. Llegan a acusar a Pedro Sánchez de “empezar a parecer Don Quijote luchando contra los molinos” y al primer ministro belga, Alexander De Croo, de ser su “Sancho Panza”.
Este miércoles se sabrá más y, en todo caso, los líderes tendrán la última palabra pero, de momento, el vicepresidente de la Comisión Europa Maros Sefcovic, ha reconocido este martes que, efectivamente, algunas de esas medidas buscarán “limitar el precio de la electricidad y el gas”, si bien no ha explicado si ese tope implicará desacoplar el precio del gas de la factura de la luz, si será una medida temporal o excepcional o si supondrá modificar el mercado eléctrico.
De acuerdo con el borrador de la propuesta del Ejecutivo comunitario, adelantado por Contexte, la Comisión Europea alerta, no obstante, de los pros y contras de cada opción, también de la de limitar precios: “Otras opciones pasarían por intervenir directamente en el funcionamiento de los mercados mayoristas de electricidad. Consistiría en compensar económicamente a los generadores de electricidad de origen fósil para que reduzcan el precio ofrecido en el mercado mayorista o en limitar directamente el precio de la electricidad en el mercado mayorista estableciendo un índice de referencia y compensando la diferencia con el precio ofrecido. Si bien tales opciones apuntarían a reducir el impacto negativo de los precios muy altos del gas en el mercado mayorista de electricidad, sus principales inconvenientes se relacionan con su coste fiscal, la posible distorsión de la competencia, los riesgos para el comercio transfronterizo y, por lo tanto, la seguridad del suministro de electricidad”.
“Debemos acelerar hacia una mayor sostenibilidad en la seguridad energética y la neutralidad climática”, ha dicho Sefcovic este martes en Bruselas tras la reunión del Consejo de Asuntos Generales preparatorio de la cumbre europea: “Buscaremos limitar los precios de la electricidad y el gas, y mitigar el aumento de los precios de la electricidad para los consumidores. Al mismo tiempo, tomaremos medidas para garantizar la seguridad de suministro energético para los inviernos futuros, como la propuesta legislativa para garantizar que los almacenamientos de gas se mantengan en un nivel adecuado”.
Según el vicepresidente de la Comisión Europea, “el almacenamiento es una infraestructura crítica. También introduciremos disposiciones para hacer frente a los riesgos de propiedad de la infraestructura de gas. Estas medidas nos ayudarán a adaptarnos a la nueva realidad de seguridad en Europa, que representa un cambio importante en nuestro entorno estratégico”. En este sentido, se trata de poner coto a las propiedades del gigante ruso Gazprom dentro de la UE.
“En la Comisión sentimos lo mismo que los jefes de Estado y de gobierno”, reconoce Sefcovic: “Tenemos una gran volatilidad en el mercado de la energía y que debido a los altos precios del gas, el impacto general en los precios de la energía es perjudicial desde el punto de vista de la pobreza energética y de la competitividad de la industria europea. Tenemos que encontrar las mejores soluciones posibles para resolver esto. Por eso, nuestra intención es trabajar en las mejores opciones disponibles para los jefes de Estado y de gobierno, porque cada opción tiene sus pros y sus contras”.