Bruselas 'indulta' a cuatro bancos vetados para colocar la deuda con la que financia los fondos de recuperación

Diego Larrouy

4 de julio de 2021 22:23 h

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La Comisión Europea debutó el pasado mes en las emisiones de deuda común para financiar el plan de ayudas a los países miembro para paliar los efectos económicos que la pandemia está causando, conocido como Next Generation. Son ya dos ocasiones en las que el Ejecutivo comunitario ha salido al mercado a buscar inversores para su deuda, algo que ha levantado mucho interés entre los potenciales partícipes en este tipo de emisiones, logrando de largo muchas más peticiones que el dinero ofrecido. Sin embargo, la segunda ocasión en la que Bruselas ha acudido a los mercados trajo consigo una novedad. Varias entidades que habían sido vetadas en la primera emisión, fueron absueltas para la segunda.

Este tipo de emisiones se suelen realizar contratando a entidades financieras que se dedican a colocar estos bonos de deuda entre los inversores interesados. La emisión celebrada la última semana fue colocada por Crédit Agricole, Deutsche Bank, Unicredit, JP Morgan, Goldman Sachs, BBVA y Erte Group. Los cuatro primeros son los bancos que, habiendo sido sancionados en distintas investigaciones sobre manipulación del mercado y contra la competencia, habían sido vetados por parte del Ejecutivo comunitario a participar en la primera ronda de colocación de esta deuda.

El comisario europeo de Finanzas, Johannes Hahn, defendió tras la primera subasta esta decisión alegando que “había que tomar las medidas necesarias” frente a los bancos implicados en casos de colusión. “Tenemos que aplicar nuestra regulación y nuestros estándares”, enfatizó, señalando que se le había pedido a medidas correctivas, evitando señalar cuánto duraría este veto. “Lo miraremos con atención y lo más rápido posible”, zanjó en una entrevista con la CNBC. Apenas unos días después de la primera emisión, se conoció que la Comisión había levantado este veto. Nomura, Citigroup, Bank of America o Barclays fueron otras de las entidades que vieron su veto levantado, aunque no participaron en esta segunda emisión. “Los ocho bancos han proporcionado información que permite a la Comisión concluir que su exclusión adicional de la participación en transacciones sindicadas en la emisión de bonos de la UE no está justificada”, señaló el Ejecutivo, según informó Reuters.

La propia agencia hizo una estimación de lo que se jugaban estos bancos por no participar. Aunque las comisiones que cobran estos bancos difieren según la operación, se calcula que ronda el 0,1% del valor que deben colocar. Solo en la primera emisión, en la que no participaron, dejaron de participar en el reparto de 20 millones de euros en comisiones. La cantidad, teniendo en cuenta las emisiones previstas para todo el año, rondaría los 80 millones de euros que se repartirán los bancos participantes.

Los cuatro bancos indultados de esa prohibición que participaron en la segunda emisión se han visto en los últimos meses inmersos en distintas investigaciones llevadas a cabo por la Comisión Europea y por otras autoridades, lo que terminó en sanciones, algunas de ellas históricas. Estas sanciones iban acompañadas del veto a participar en las operaciones de emisión de deuda de la Comisión Europea, aunque ésta ha considerado suficientes los compromisos asumidos por estas entidades como para poder estar presentes en la segunda operación.

Manipulación de los mercados de deuda

Crédit Agricole y Deutsche Bank fueron condenados en abril de este mismo año por Bruselas por haber montado un cartel, junto con Bank Of America y Crédit Suisse, en el mercado de bonos de deuda. La sanción ascendió a 28,4 millones de euros, si bien la entidad alemana evitó esta multa por haber revelado la existencia del cartel. “El comportamiento de los bancos de inversión restringió la competencia en un mercado en el que los fondos de inversión y de pensiones compran y venden regularmente bonos en nombre de sus inversores y pensionistas. El cartel perjudicó a los mercados financieros y la decisión de hoy envía un mensaje claro de que la Comisión no tolerará ningún tipo de comportamiento colusorio”, señaló entonces tajante la Comisión.

Este caso sentenciado por la Comisión Europea concluyó que los cuatro bancos hicieron acuerdos, conectándose en salas de chat, creando un círculo cerrado de confianza. De este modo, intercambiaban información comercial sensible y coordinaron precios. Las prácticas se prolongaron durante cinco años en el mercado secundario. Los bonos de deuda se emiten en el mercado primario, pero posteriormente son las instituciones financieras las que negocian en el secundario con estos títulos.

Mucho mayor fue el caso en el que estuvo implicado el italiano Unicredit, la mayor entidad transalpina. En este caso fue una sanción anunciada en mayo de este año, apenas un mes antes de la colocación de deuda comunitaria en la que sí ha podido participar. En este caso la multa fue de 371 millones de euros y afectaba no solo a Unicredit sino también Natixis, Nomura, UBS, Bank of America, RBS (Natwest) y WestLB (Portigon). Si bien la sanción solo afectaba a Nomura, UBS y Unicredit, el resto o bien colaboró o ha prescrito su infracción.

En este caso se apreció igualmente la existencia de un cartel en el mercado de bonos de deuda en Europa, con el agravante de que en esta ocasión se produjo durante la pasada crisis financiera. Estos bancos compartieron información sobre sus estrategias respecto a la compra de bonos de Estados de la zona euro, en un momento en que precisamente los países tuvieron que aumentar sensiblemente su deuda. “Es inaceptable que en medio de la crisis financiera, cuando muchas instituciones financieras tuvieron que ser rescatadas con fondos públicos, estos bancos de inversión coludieron en este mercado a expensas de los Estados miembros de la UE”, señaló en mayo la vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. “Un mercado de bonos del gobierno europeo que funcione bien es primordial”, zanjaba entonces sobre estas prácticas anticompetitivas.

El caso en el que estuvo implicado JPMorgan es el de mayor tamaño. La entidad fue multada, junto con Barclays, RBS, Citigroup y MUFG, con 1.000 millones de euros. La Comisión concluyó en 2019 que estas entidades habían participado en dos cárteles para manipular el mercado de compra y venta de divisas, compartiendo información confidencial sobre estrategias y clientes y coordinando operaciones. Los casos hacen referencia al periodo entre 2007 y 2013, también en plena crisis financiera. En concreto, JPMorgan, una de las colocadoras de la deuda de la Comisión hace unos días, fue sancionada con 228 millones de euros.

Uno de los mayores emisores del continente

La Comisión ya había emitido previamente bonos dentro del programa SURE, para poder financiar el coste de los esquemas similares a los ERTE de los países de la UE. Sin embargo, ha sido en este mes de junio cuando ha comenzado a emitir bonos para financiar el fondo Next Generation, para el plan de recuperación. La primera de estas rondas se celebró el 15 de junio, todavía con las entidades vetadas sin poder participar. Entonces se captaron 20.000 millones de euros, con una demanda que superaba los 142.000 millones. En esta segunda ocasión, ya con los bancos indultados, la Comisión Europea captó 15.000 millones de euros en bonos a 5 y 30 años, con la demanda siendo todavía mayor, de 173.000 millones.

Estas emisiones son solo las iniciales de un programa mucho mayor, de unos 800.000 millones de euros que la Comisión Europea espera captar en los mercados, de los que una décima parte espera obtener durante lo que resta del año. Será principalmente tras el verano cuando el Ejecutivo comunitario comience a salir regularmente a buscar inversores para sus bonos de deuda para financiar el importante programa de ayudas que van a recibir los estados en los próximos meses. Tal y como han explicado medios financieros, esto convierte a la Comisión en uno de los mayores emisores europeos de deuda pública, lo que ha captado una gran expectativa entre inversores, por lo que para los bancos vetados se podrían haber visto fuera de uno de los mayores programas de bonos.