La economía española es la que más crece de la UE, pero tiene “vulnerabilidades”. La deuda pública es uno de los talones de Aquiles de las finanzas españolas, a pesar de su reducción en los últimos años, y la Comisión Europea reclama a España un “mayor esfuerzo” para reducirla. También ve lagunas en el camino diseñado para reducir el déficit, como la eliminación de los impuestos temporales a los bancos y las energéticas, y reclama medidas más “ambiciosas” en materia fiscal.
“En la última década se han realizado importantes avances políticos, pero es necesario un mayor esfuerzo para reducir la elevada deuda pública”, señala Bruselas en el informe nacional sobre los desequilibrios financieros de los 27. “La actuación para reducir significativamente el alto nivel de deuda pública y el déficit estructural ha sido limitada en el pasado reciente, y es necesario un esfuerzo adicional de consolidación para que España alcance una posición presupuestaria saneada”, agrega el informe.
“El ratio deuda pública/PIB ha disminuido a pesar de los persistentes déficits presupuestarios, pero los riesgos para la sostenibilidad presupuestaria se consideran elevados a medio plazo”, afirma el informe.
Las conclusiones de Bruselas en este análisis tienen especial relevancia porque son la antesala de las exigencias que hará a España en el marco de las reglas fiscales, que se reactivan este año tras haber estado suspendidas desde la pandemia. Las normas se han modificado pero básicamente plantean el camino para lograr los máximos de deuda y déficit públicos del 60% y el 3% respecto al PIB. España está lejos de esos umbrales. Bruselas pronostica que en 2024 la deuda se situará en el 106,5% y respecto al déficit, que prevé se situé en el 3,2% este año, pero qu aumente al 3,4% en 2025 por la eliminación de los impuestos temporales a los bancos y las energéticas.
La Comisión Europea plantea, por tanto, medidas para aumentar los ingresos y compensar la deuda pública, como la simplificación del sistema del IVA y otros ajustes de los beneficios fiscales o de determinados impuestos indirectos. Bruselas apunta directamente a la fiscalidad medioambiental. “Una aplicación ambiciosa de estas medidas ayudaría a garantizar unos ingresos públicos sostenibles, contribuyendo al mismo tiempo a la consolidación fiscal en el futuro y alcanzando el nivel de ambición establecido en el Plan de Recuperación y Resiliencia”, apostilla el informe.
“A medio plazo, una estrategia creíble de consolidación fiscal y unas políticas económicas que favorezcan el aumento de la competitividad contribuirían a mejorar aún más la posición exterior”, agrega.
En un informe más exhaustivo sobre la monitorización de la sostenibilidad de la deuda a largo plazo, Bruselas sitúa a España entre los nueve países que tienen un “alto riesgo” en el medio plazo, junto con Bélgica, Grecia, Francia, Italia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Finalandia). En el caso de España, prevé que se dispare al 118,4% en 2034. “El mayor aumento previsto de los costes del envejecimiento de la población para algunos países (por ejemplo, España, Lituania, Chipre y Malta) se debe a las previsiones actualizadas de los gastos en pensiones, que son más elevadas para la mayoría de los estados miembros. Las revisiones de las demás partidas son en general menores”, señala el documento.
En cuanto al mercado laboral, la Comisión Europea vuelve a aplaudir los efectos que ha tenido la reforma laboral para reducir la temporalidad. No obstante, reconoce que se deben tomar “medidas adicionales” para afrontar la “persistente y elevada” tasa de empleados temporales en el sector público.