Bruselas da más tiempo al gobierno de Giorgia Meloni por las dudas que tiene sobre algunas de las reformas del plan de recuperación por las que le corresponden 19.000 millones de euros del total de 192.000 millones planificados hasta 2026. La Comisión Europea ha retrasado el pago del tercer desembolso a Italia, que era el único país, junto con España, que lo había solicitado. Sin embargo, en el caso español, el gobierno comunitario y los 27 han dado el visto bueno al plan de reformas, a pesar de los augurios de la derecha, y está ultimando la transferencia; mientras que en el italiano, no ha sido así porque quedan “elementos pendientes”.
Italia ya había pactado con la Comisión Europea una extensión de un mes sobre los dos meses que habitualmente se establecen para la evaluación de los hitos y reformas correspondientes a cada desembolso. Ahora se ha visto a obligada a aplicar una prórroga de otros 30 días para “finalizar el trabajo en ambos lados”, según expresan fuentes comunitarias, que sostienen que la decisión se adoptado de mutuo acuerdo. De hecho, el Gobierno italiano informó del retraso en un comunicado el lunes por la tarde.
“La Comisión aprecia el relevante progreso de las últimas semanas y espera seguir trabajando en cooperación con las autoridades italianas para abordar todos los elementos pendientes en esta compleja solicitud de pago”, admiten en Bruselas.
Las dudas de Bruselas tienen que ver con tres de las 55 reformas que tenía que poner en marcha para recibir los 19.000 millones apalabrados en el tercer desembolso del plan de recuperación. Según el comunicado del Ejecutivo italiano, las que están bajo “estudio” son medidas aprobadas en el anterior mandato, es decir, en tiempos de Mario Draghi. Las dudas de la Comisión tienen que ver con las licencias portuarias, que el gobierno comunitario quiere limitar su duración máxima; las redes de calefacción urbana y los planes urbanos.
No obstante, el Ejecutivo comunitario intenta restar importancia a la dilación. “Esta extensión no es inusual. Ha sucedido en las evaluaciones de solicitudes de pago de otros estados miembros”, señalan esas mismas fuentes.
Bruselas presentó hace unas semanas el sistema de penalización en caso de incumplimiento del plan de recuperación. Por ahora no ha habido ningún país que haya dejado de aplicar los compromisos alcanzados, pero puede darse el caso. El mecanismo se basa en un sistema de coeficientes con el que Bruselas pretende que el castigo sea más duro -en forma de reducción de las cantidades previstas- en función de la importancia del hito u objetivo que se incumple.
No obstante, lo que hasta ahora se habían producido eran extensiones sobre los dos meses previstos en el reglamento antes de que comenzara la evaluación. Así sucedió en el caso italiano y el español respecto al tercer pago porque, entre otras cosas, el trabajo coincidía con el parón navideño.
La derecha española aprovechó para poner en duda que los fondos europeos fueran a llegar a las arcas públicas. De hecho, Alberto Núñez Feijóo aprovechó su presencia en Bruselas la semana pasada para cuestionar el plan. “Los fondos europeos no se están gestionando con eficacia y no están llegando a la economía productiva”, afirmó en una rueda de prensa tras reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Sus declaraciones se produjeron una semana después de que los 27 avalaran el tercer desembolso para España, que ya había recibido el visto bueno de la Comisión Europea, que prevé realizar el pago estos días. Con los 6.000 millones correspondientes a los 24 hitos y reformas recogidos para ese paquete, España será el único país en recibirlo y habrá logrado más de la mitad de las transferencias directas previstas en el plan de recuperación. Aunque Feijóo intentó exonerar al ejecutivo comunitario, que supervisa con lupa las reformas, el jefe de la oposición aseguró que “la Comisión se va a encontrar con cinco años de populismo”.
Tras esas palabras, Feijóo se reunión con el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que le pidió una oposición “constructiva” después de que el líder del PP tachara de “parche” la reforma de pensiones avalada por Bruselas y negociada con el departamento que pilota el socialista italiano. De hecho, Feijóo puso como ejemplo la reforma que ha incendiado las calles de Francia frente a la reforma pensiones. Gentiloni también aplaudió la gestión “pionera” del plan de recuperación por parte de España.