El Gobierno italiano quiere gastar más. Su proyecto de presupuestos eleva el déficit hasta el 2,4%, pero la Unión Europea no parece dispuesta a permitirle ese desahogo. Empezando por el Ejecutivo español de Pedro Sánchez.
“Seguimos con atención la situación en Italia y los mercados de capitales”, ha afirmado la ministra de Economía, Nadia Calviño, a su llegada al Eurogrupo en Luxemburgo [reunión de ministros de la zona del euro]: “A nadie beneficia que se desencadene un episodio de inestabilidad financiera, y el Gobierno está comprometido y determinado con la estabilización presupuestaria, no cabe duda de nuestro compromiso con la reducción del déficit y la deuda pública, y no temo un efecto contagio”.
Los socios comunitarios no terminan de fiarse de Italia, que inicialmente había anunciado unas cuentas con el compromiso de mantener el déficit público en un 1,6%, pero que al final lo ha elevado al 2,4% en los tres años. “Ahora trataré de explicar lo que estamos haciendo y nuestras medidas económicas”, ha afirmado Tria, a la entrada del Eurogrupo en Luxemburgo, quien también ha invitado a sus socios europeos a mantenerse “tranquilos”: “La deuda en relación con el PIB caerá en 2019”.
La ministra Calviño, por su parte, ha insistido en el cumplimiento de la ortodoxia comunitaria por parte española: “Las reglas son claras, las recomendaciones son claras, y nuestro marco presupuestario está encuadrado en las normas comunitarias: no espero una actitud ni más dura ni más laxa con nuestra posición que es conocida por los socios. No tengo ningún temor, vamos a ver el mensaje. A nadie beneficiaria inestabilidad en los mercados financieros”.
El vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario del Euro y de Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, se ha mostrado duro con Italia antes de la reunión: “Estamos esperando el borrador de la Ley de Estabilidad, pero a primera vista los planes presupuestarios italianos ”no parecen compatibles con las reglas del Pacto de Estabilidad“.
En la misma línea se manifestó hace unos días el representante de la UE en materia de asuntos económicos, el comisario Pierre Moscovici, quien avanzó que la Comisión Europea esperará el 15 de octubre –cuando se presentan los borradores de presupuestos– para pronunciarse sobre los planes italianos. Sin embargo, la Comisión reconoce que se trata de una desviación significativa de los “compromisos asumidos” por Roma. Moscovici destacó entonces que los planes italianos “aumentan el gasto público”.
Con respecto a la preocupación expresada por el Banco Santander, con buena parte de su negocio en el Reino Unido, por la posibilidad de un “Brexi duro” y cómo puede eso afectar a la economía: “La salida del Reino Unido no es deseable y tiene consecuencias negativas. La preocupación es con las empresas, el comercio, los ciudadanos, y lo deseable sería tener un buen acuerdo. El interés es tener un buen acuerdo. Hay falta de claridad y es difícil prever cómo va a terminar”.