Gobierno y banca han constatado este viernes que no están de acuerdo. La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, ha reunido este viernes a las patronales bancarias y a los representantes de las grandes entidades del país para argumentarles la necesidad de implementar un nuevo impuesto que afecta directamente a su actividad para financiar las ayudas frente a la inflación. El sector ha vuelto a mostrar su rechazo a esta medida y ha lamentado que no se les ha expuesto el modelo fiscal que prevé implementar el Ejecutivo, que cuenta con presentarlo la próxima semana.
La vicepresidenta ha urgido a la banca a “arrimar el hombro” para que “no paguen siempre los mismos”. En una breve rueda de prensa, Calviño ha señalado las cuatro razones que ha expuesto a los banqueros para justificar el nuevo impuesto. La primera, el esfuerzo que ha hecho el Gobierno con los avales de los préstamos ICO. “El importante apoyo a las empresas y las familias y la ayuda pública al conjunto de la economía han tenido un balance positivo a los balances bancarios”, ha asegurado. La segunda es que la banca no va a ser un sector especialmente afectado por la subida de precios de la energía. La tercera alude al cambio de política monetaria que se anunció este jueves. “Va a tener un impacto positivo en los márgenes del sector”, ha subrayado. La última es que sigue en marcha una “fuerte recuperación económica”.
Calviño ha evitado profundizar en más detalles del impuesto, aunque ha avanzado que la próxima semana se registrará en el Congreso la proposición de ley con los detalles del nuevo impuesto. “Creemos que el sector bancario puede y debe contribuir a responder al impacto de la guerra”, ha apuntado. Además, frente a las críticas de las últimas semanas por parte de los bancos, la vicepresidenta ha zanjado que “el debate corresponderá a los grupos políticos en el parlamento”.
A la reunión ha acudido, además ce la vicepresidenta Calviño; el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; la subgobernadora, Margarita Delgado; y un nutrido grupo de banqueros. Entre ellos se encontraban, Carlos Torres, presidente de BBVA; José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander; José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank; Josep Oliú, presidente de Sabadell, y Manuel Azuaga, presidente de Unicaja. Además, han estado las tres patronales bancarias representadas por Alejandra Kindelán, presidenta de la AEB, José María Méndez, director general de la CECA, y Cristina Freijanes, secretaria general de Unacc.
Tras las palabras de Calviño ha sido el turno de las patronales bancarias, quienes han constatado su rechazo a la medida anunciada por el Gobierno. Alejandra Kindelán, presidenta de la AEB, ha defendido que “nos preocupa el impuesto”. La representante de bancos como Santander, BBVA o Bankinter ha argumentado que “no es una medida que vaya a resolver los problemas de inflación, de crecimiento o de creación de empleo”. “Al contrario, puede tener un efecto perjudicial”, ha señalado. “Se lo hemos trasladado de la manera más clara”, ha zanjado.
En la misma línea se ha posicionado José María Méndez, director general de Ceca, que engloba a las antiguas cajas de ahorros. “No es un instrumento adecuado”, ha defendido, señalando a otros impuestos que ya afectan al sector bancario. “Entendemos que figuras impositivas que nos separen del contexto europeo no es adecuado”, ha enfatizado.
Los representantes de las patronales han evitado avanzar acciones legales, como apuntó este jueves la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, quien aseguró que se buscarían “resquicios” legales para no pagarlo. “Cualquier valoración técnica será cuando conozcamos el detalle”, ha apuntado Kindelán.