La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha defendido este viernes la congelación del salario mínimo inteprofesional (SMI) en 2021, tras el aumento del 29% registrado en los dos últimos años. En 2020, está situado en los 950 euros al mes. Se trata del primer miembro del Ejecutivo que defiende públicamente que no se incremente el SMI, aunque ya ha trascendido que parte del Consejo de Ministros aboga por esta postura, en la que destaca el presidente Pero Sánchez, según confirmaron fuentes gubernamentales a elDiario.es. En el lado contrario del debate se sitúa la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y más miembros de Unidas Podemos, que está insistiendo en la necesidad de incrementar el salario más bajo.
“Tendrá que seguir subiendo, ahora no, pero tendrá que seguir subiendo porque es el compromiso de investidura del presidente Sánchez y tendrá que ser al ritmo al que interese a los derechos de los trabajadores y a la protección de las empresas en una crisis”, ha afirmado Calvo en una entrevista en 'Al Rojo Vivo' de La Sexta, recogidas por Europa Press. La promesa del Gobierno es que el SMI alcance el 60% del salario medio –una cantidad sobre la que hay debate, pero que puede superar los 1.100 euros– al final de la legislatura.
La vicepresidenta primera ha subrayado que su opinión no supone “discrepar de nadie”, en referencia a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. “Busque un país que haya subido el salario mínimo un 29% en menos de dos años. Es que estamos ahí, no estamos en mañana ni en pasado (...) Hemos dicho que va a haber un tope altísimo de crecimiento en esta legislatura, pero cuando beneficie de manera equilibrada al SMI y a la protección de la economía”, ha insistido Carmen Calvo.
Debate abierto y reunión el lunes
Las declaraciones públicas de la vicepresidenta primera en este tema se suman a las que está haciendo la responsable de Trabajo en varias entrevistas y ruedas de prensa en estos días. “Dejar fuera de la revalorización a los que más lo necesitan es quizás una de las mayores injusticias que podemos cometer”, llegó a decir Yolanda Díaz este miércoles, una idea en la que insistió ayer en su visita a Bruselas.
Con estas últimas declaraciones es evidente que la división en el Gobierno sobre qué hacer con el salario mínimo el próximo año continúa abierta. El próximo lunes está convocada una reunión de diálogo social sobre este tema entre el Ministerio de Trabajo, los sindicatos y las patronales, en la que los agentes sociales esperan que se aclare cuál es la postura del Ejecutivo y se concrete en una cifra: ya sea de subida o de defensa de la congelación.
Trabajo descartó en la primera reunión de diálogo social que la congelación estuviera sobre la mesa, pero después otros miembros del Gobierno, como la vicepresidenta Nadia Calviño y la portavoz, María Jesús Montero, han precisado que la decisión del Gobierno “no está cerrada”. Ambas ministras de la 'cuota' socialista habían advertido de que hay que tomar esta decisión con “prudencia”, aunque no precisaron si esta se traducía en una congelación o en una pequeña subida. Carmen Calvo ha sido la primera del Ejecutivo en defender que el SMI se quede como está.
Las voces de “prudencia” señalan como argumentos la crisis económica derivada de la pandemia de conoronavirus, que ha dejado todavía una importante pérdida de empleo, además del precedente de gran aumento de años pasados y la actual situación de IPC negativo, por el que entienden que los trabajadores no perderían poder adquisitivo. En este lado se sitúan los empresarios, que apuestan por la congelación del SMI.
En Trabajo y los sindicatos argumentan en cambio que “no hay justificación” para dejar a los trabajadores que menos cobran sin ninguna subida salarial, cuando se ha incrementado el sueldo de los empleados públicos un 0,9%, según la previsión de IPC medio del año, al igual que las pensiones. Recuerdan también que todos los países europeos están acordando la elevación de sus salarios mínimos y que en los salarios pactados por convenio en España, acordados entre sindicatos y patronales, se están subiendo entre un 1,5% y un 1,9%. Además, destacan que el aumento del SMI contribuirá a potenciar el consumo, lo que también impulsa la economía.