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La capacitación, el desafío ante la cuarta revolución industrial en América Latina
América Latina está ante el reto de abrazar la llamada Cuarta Revolución Industrial para no perder competitividad, pero precisa capacitar a una de las poblaciones menos calificadas del mundo, coincidieron hoy en Sao Paulo especialistas en el Foro Económico Mundial para Latinoamérica.
De acuerdo con un estudio divulgado en uno de los debates del Foro Económico Mundial, que concluyó este jueves en la mayor ciudad de Brasil, cuatro de cada diez empresas de América Latina dicen tener problemas para contratar a los empleados que necesitan pese a la disponibilidad de candidatos.
El déficit de mano de obra calificada es mayor en Argentina, donde el 59 % de las empresas argumenta que tiene dificultades para contratar los empleados con las aptitudes que necesitan, y ese porcentaje baja al 50 % en Colombia y el 49 % en Perú, según el estudio realizado por la firma ManpowerGroup Latin America en asociación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
“América Latina tiene el mayor déficit de calificación (de trabajadores) en el mundo”, alertó el economista jefe de la OCDE para América Latina, Angel Melguizo.
De acuerdo con este especialista, el principal problema es que la globalización y los avances tecnológicos que permitieron la Cuarta Revolución Industrial hicieron que la productividad “pasara a depender de un conjunto de aptitudes (de los trabajadores) más amplio, complejo y difícil de ser alcanzado”.
Melguizo aseguró que, para solucionar este problema, los currículos de enseñanza y de formación profesional tienen que ofrecer la capacitación tecnológica exigida por la nueva economía.
Según el especialista de la OCDE, los gobiernos y las propias empresas tienen que hacer estudios para identificar las deficiencias, descubrir las aptitudes de esos trabajadores y diseñar programas de recapacitación más efectivos.
“La buena noticia es que la mayoría de los gobiernos, las empresas y los ciudadanos de América Latina está cada vez más conscientes de esa prioridad. Las aptitudes son una tendencia global de las economías del siglo XXI para estimular el crecimiento y reducir las desigualdades”, dijo.
En ese sentido elogió por su eficacia algunos programas de capacitación para jóvenes, como el argentino “Jóvenes con Más y Mejor Trabajo”, el colombiano “Jóvenes en Acción” y el “Projoven” de Brasil y de Perú.
La cuarta revolución industrial fue uno de los ejes centrales de la XIII edición latinoamericana del foro, una cita en la que se analizaron las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías para el desarrollo económico y social.
“Necesitamos estar preparados para la revolución digital. Las nuevas generaciones tienen que estar preparadas para eso. No va a ser fácil”, afirmó el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevedo, en uno de los debates.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, tenemos que “estar preparados” para la revolución tecnológica.
En Brasil, una de las preocupaciones “es la recalificación de mano de obra para que los trabajadores que perderán sus empleos puedan ser absorbidos por las nuevas empresas”, afirmó el ministro brasileño de Industria y Comercio Exterior, Marcos Jorge de Lima.
El funcionario agregó que su cartera trabaja junto a la de Educación en Brasil para “recalificar a los trabajadores ante el convencimiento de que habrá un desplazamiento de mano de obra hacia otras actividades que exigen más calificación”.
El director ejecutivo de la multinacional CA Technologies, Michael Gregoire, citó el posible aumento del desempleo entre las consecuencias “no intencionales” del avance de la Cuarta Revolución Industrial en América Latina.
“En el futuro tendremos dos millones de trabajos más por las nuevas tecnologías, pero ¿quién los va a ocupar? Se trata de un gran problema para nuestra sociedad y para las industrias, y no podemos esperar que el Gobierno resuelva eso. Nosotros mismos tenemos que resolverlo”, agregó Gregoire.
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