Córdoba, 24 oct (EFE).- Las catedrales son edificios que trascienden a su carácter monumental y religioso, sin olvidar que son la iglesia madre de la diócesis, y reflejan la historia de cada ciudad, al haber sido el “corazón” en el que “se ha desarrollado la vida social, cultural y económica” durante siglos.
Así lo entiende María José Muñoz, autora del libro “Páginas de piedra. Una lectura de las catedrales españolas” (Fundación SM-PPC Editorial, 2020), donde expone una visión poliédrica de estos monumentos que suelen ser los centros de la mayoría de las capitales del mundo.
Muñoz, licenciada en Historia del Arte y en Ciencias Religiosas y directora del Museo y de la Biblioteca Diocesana de Córdoba, no duda en afirmar, en una conversación con Efe, que “la historia de la ciudad aparece impresa en las huellas del edificio de la catedral”.
Eso sucede no sólo en casos muy singulares, como en la de mezquita-catedral de Córdoba, donde se ven los estilos visigodo, islámico, renacentista y barroco con meridiana claridad, desde el subsuelo hasta el crucero, sino en cada uno de los 94 templos españoles que ha estudiado y de los que presenta una ficha en el libro.
“La historia de esta ciudad está reflejada completamente en la catedral, y eso pasa en muchas partes, porque durante muchos siglos la catedral ha sido el corazón de la ciudad en el que se ha desarrollado la vida social, cultural y económica”, asegura.
Para María José Muñoz, “todo eso ha ido impregnado la propia historia del edificio”, algo que “por supuesto” ha trascendido a lo religioso, aunque “siempre es la iglesia madre de la diócesis en la que tiene un sentido litúrgico sacramental, que es la prioridad absoluta, evidentemente, pero, además, ha cumplido una función neurálgica en la ciudad”.
De hecho, “la introducción de las grandes vanguardias artísticas en las ciudades ha sido a través de las catedrales”, algo que ahora mismo no es posible, “porque están muy protegidas para que no se rompa nada de ese legado”, señala Muñoz, para quien, por el contrario, “hoy introducir algo contemporáneo en una catedral sería un drama”.
Por ello, “la reducción de la catedral a un monumento se carga su identidad. Para entenderla hay que olvidar esa visión. Es un edificio vivo que tiene mucho que ver con la historia de cada población que la ha desarrollado”, hasta el punto de que hay ciudades que han surgido en torno a una catedral, y ahí está el Camino de Santiago para atestiguarlo, porque “todo proceso de construcción de una catedral genera una construcción social a su alrededor”.
María José Muñoz cuenta que escuelas y universidades surgían en torno a las catedrales, en la época medieval estaban abiertas a la población, y los peregrinos dormían y comían en ellas, “una especie de casa del pueblo durante muchos siglos. El concepto de catedral monumental no es el que se trasluce en el libro. Se habla de la catedral en un proceso histórico mucho más complejo”.
De los 94 templos, 25 aparecen en la edición con un análisis de “manera profunda sobre su historia y su función, el significado y en cada elemento se destaca el de un templo”, la Giralda de Sevilla como torre, el crucero en la de Córdoba y la cabecera y el presbiterio en la de Granada, por ejemplo.
“No siempre es tan emblemático como la Giralda, he recogido catedrales de toda la geografía española, a veces son piezas muy desconocidas que me parece muy interesante incluirlas”, tanto desde el punto de vista territorial como de estilo para que “apareciese desde lo medieval hasta lo renacentista, barroco e, incluso, contemporáneo”, apunta la autora, que cree que “hay un lenguaje común en todas las catedrales, tiene como una especie de aire de familia que te hace tener una experiencia parecida en cualquiera de ellas”.
El libro surgió de un encargo de un mapa de catedrales desde la editorial SM, para cuya fundación imparte cursos sobre estos templos para profesorado, primero sólo de Religión y luego de cualquier rama del bachillerato. De dos líneas por recinto se pasó a una ficha y, de ahí, a las 368 páginas que componen el volumen que está pendiente de presentar.
En su opinión, “el arte y, concretamente, la catedral se convertía en un instrumento en el aula a través de los elementos arquitectónicos”, porque “la belleza tiene una capacidad comunicativa que tenemos que explotar a nivel docente, tiene la capacidad de seducirnos y además es más fácil convencer a un chico a través de la fascinación que a través del dogma o la imposición”.
En el libro no todos los templos son catedrales hoy día. Incluso, alguno no lo ha llegado a ser nunca, pero por su importancia han sido recogidos en sus páginas. Esto sucede con la llamada “catedral vieja de Cádiz”, que realmente es la parroquia de Santa Cruz; la antigua concatedral de Baza, hoy iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación; o San Isidro, en Madrid, que perdió el rango catedralicio en 1993; mientras que lo que siempre se conoció como “la Seo” en Manresa nunca lo fue. Álvaro Vega.