Los sindicatos CCOO y UGT convocarán paros parciales para sumarse a la huelga que el movimiento feminista prepara para el 8 de marzo, tal y como ha confirmado eldiario.es. Serán paros laborales convocados oficialmente, es decir, las personas que los secunden perderán el sueldo de esas horas. Habrá dos paros de dos horas de duración cada uno: uno será por la mañana, el otro por la tarde. Los servicios jurídicos de las dos centrales preparan ahora la justificación legal que siempre necesita la convocatoria oficial de los paros y huelgas.
En las últimas semanas tanto CCOO y UGT han trabajado internamente para preparar la convocatoria y coordinar las acciones, que presentarán el próximo lunes. Las dos centrales han tenido también conversaciones con asociaciones y colectivos feministas.
De esta manera, los sindicatos se unen a la huelga convocada por el movimiento feminista del 8 de marzo: una huelga laboral, de cuidados y de consumo. Para poder secundar una huelga o paro laboral y tener cobertura legal era necesario que un sindicato representativo la convocara. El año pasado, el movimiento feminista también llamó a la huelga el 8 de marzo, pero las centrales mayoritarias se limitaron a mostrar su apoyo y a alentar asambleas o paros simbólicos. Este año, dan un paso más con la convocatoria oficial de paros laborales.
No es un mero trámite administrativo, el registro oficial de los paros es significativo y tiene consecuencias. Implica poner en marcha un mecanismo similar al que funciona cuando se convoca una huelga general: la convocatoria tiene que ir ligada a motivos y reivindicaciones laborales; secundar los paros implicará para quien lo haga perder el sueldo y la cotización correspondiente; y los sindicatos ponen en marcha su maquinaria para difundir la huelga y hacerla lo más visible y numerosa posible.
La primera de las implicaciones, las razones que deben sustentar legalmente la convocatoria, no es banal. Será la primera vez que los sindicatos mayoritarios hagan una convocatoria general de paros sin ligarlos estrictamente a un hecho reciente o nuevo, es decir, a la aprobación de una reforma laboral o de pensiones o a algún cambio normativo que lesione derechos. Sus servicios jurídicos trabajan ahora para urdir una justificación que no suponga problemas legales o administrativos y que esté ligada, por ejemplo, a la brecha salarial o a la elevada precariedad que sufren las mujeres.
En segundo lugar, estos paros tendrán consecuencias para quien los secunde, como sucede con cualquier huelga o paro. En ese sentido, van más allá de los gestos simbólicos del año pasado: en esta ocasión, secundar el paro supondrá perder el salario y la cotización correspondiente.
CCOO y UGT van a poner en marcha su maquinaria para tratar de que los paros tengan el mayor éxito posible. Eso implicará desde asambleas informativas a piquetes, cartelería o la movilización de sus delegados en empresas y centros de trabajo. Más allá del 8M, los sindicatos aseguran que trasladarán las reivindicaciones y propuestas ligadas a esta movilización a sus negociaciones con la patronal y con el Gobierno.