Los científicos salen a la calle contra la reforma del ministro Duque: “Hace aún más difícil tener un contrato fijo”

Laura Olías

15 de abril de 2021 13:04 h

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Guillermo Muñoz, físico, investigador de 42 años que se doctoró en 2010, aún tiene un contrato temporal. “Y casi se puede decir que soy un privilegiado, soy investigador principal de un proyecto nacional”, explica este científico vinculado al Instituto de Ciencias de los Materiales de la Universidad de Valencia. La edad media a la que los investigadores alcanzan la estabilidad laboral en España, con un contrato fijo, está “entre los 43 y 45 años”, explica Elisa Fernández, representante de CCOO en la Marea Roja de la Ciencia y la Investigación. Este amplio colectivo de científicos llama a movilizarse este jueves por la tarde en varias ciudades españolas contra el proyecto de reforma de la Ley de Ciencia que ha presentado el ministro Pedro Duque. “No solo no estabiliza, sino que empeora la precariedad que ya tenemos”, critica Fernández, bióloga, doctora y personal técnico superior en el CSIC.

Duque explicó el pasado 30 de marzo el anteproyecto para reformar la Ley de Ciencia que ha elaborado su Ministerio y que pretende aprobar antes de que termine 2021, tras un proceso de negociación “con todos los agentes implicados”, destacan desde su equipo. Una de las apuestas principales de la reforma consiste en implantar una nueva figura, denominada tenure track, para “estabilizar a los mejores científicos en un momento crucial”, afirmó el ministro de Ciencia, ya que “más de 25.000 investigadores se jubilarán en los próximos 10 años”.

Ese mismo día, muchos científicos expresaron su oposición a este contrato a través de las redes sociales, bajo la etiqueta #Stoptenuretrack, que va unida a la desaparición del puesto fijo de Científico Titular existente hoy en día. Los colectivos que forman la Marea Roja consideran que, no solo no estabiliza a los investigadores, sino que empeora la enorme temporalidad ya existente en España, del “40% en Universidades y Organismos Públicos de Investigación y superan el 80% en el sistema sanitario”, según CCOO.

Además, critican que la reforma legislativa no aborda otros problemas centrales del sector científico en España, como la enorme precariedad de los científicos predoctorales y la inestabilidad y falta de carrera profesional del personal técnico, también clave en los laboratorios. Este jueves, la protesta se traslada a las calles, con concentraciones en varias ciudades del país. En Madrid, tendrá lugar a las 18 horas ante el Ministerio de Ciencia.

Un contrato para “la excelencia” que ahonda la temporalidad

Como afirmó Pedro Duque, en el Ministerio de Ciencia explican a elDiario.es que la implantación del contrato de tenure track pretende “atraer y retener el talento científico” en España. Un contrato en favor de la excelencia, para “atraer a los mejores” que lideren equipos de investigación en España, lo que consideran que repercutirá en positivo para el conjunto de la ciencia en el país.

En la actualidad, los científicos que se dedican a la investigación suelen tener un contrato predoctoral mientras hacen la tesis (unos cuatro o cinco años en los que cobran unos mil euros) y después suelen encadenar varios contratos o becas postdoctorales (con salarios de unos 1.500 euros en muchos casos). Cuando pasan esta etapa, si tienen suerte y no han abandonado por el camino o se han marchado al extranjero, se estabilizan en puestos indefinidos pasados los 40 años, con plazas de Científico Titular y, más tarde si lo desean, de Investigador Científico en los organismos públicos de investigación, como el CSIC. La estabilización también puede encontrarse en el campo de la Universidad, tras la evaluación de la carrera investigadora mediante la acreditación I3, también a una edad avanzada.

¿Cómo cambia la carrera de los investigadores con el contrato tenure track? El Ministerio propone eliminar la figura del Científico Titular y dejar solo la más elevada, la de Investigador Científico. Tras el doctorado, lo que existiría es este contrato de tenure track, que se utiliza en otros países como “EEUU y Canadá”, destaca el Ministerio, y que “consiste en una contratación fija sujeta a evaluación externa”.

“Es un modelo que en el Ministerio nos presentan como 'predecible', en el que se te ofrece un contrato de incorporación de 3 años, después de este, un contrato de estabilización de 4 años, que tiene evaluación externa y, si se supera, ya no pasas a ser funcionario indefinido sino personal fijo laboral”, explica Javier Sánchez, portavoz de Ciencia y Tecnología de UGT. El sindicato no ha convocado a las movilizaciones de este jueves, pero tampoco comparte la reforma planteada. “Hemo presentado propuestas al Ministerio y estamos un mes después a la espera de respuestas. Estamos en la crítica constructiva y a la espera, pero no quiere decir que compartamos la propuesta de ley, en la que no terminamos de ver una mejoría respecto a lo que ya existe”, añade Sánchez.

Los colectivos de la Marea Roja ven poco –o nada– de “fijo” en el tenure track, ya que es un contrato sometido a dos evaluaciones, que se podría rescindir si no se cumplen ciertos objetivos, y que no está ligado a su término a una estabilización con una plaza fija, como sí sucede con otras becas postdoctorales actuales como las Ramón y Cajal, con acceso a plazas de Científico Titular. Esa es la idea, aunque la falta de plazas en muchos organismos, provoca que al término de la beca Ramón y Cajal ni siquiera sea inmediata o rápida esa estabilidad.

“El tenure track ofrece lo mismo que ya tenemos con las Ramón y Cajal, pero con desventajas, ya que después no accedes a una plaza de personal funcionario”, critica Guilllermo Muñoz, que teme que suponga recortes salariales al no tener derecho a sexenios ni quinquenios. “En mi experiencia personal, cuando hablan de excelencia, hablan de precariedad. Porque se centran en unos pocos excelentes, pero la cara b es la de muchos otros que no llegan ahí y que son indispensables para la ciencia”, añade el físico.

Muchos compañeros científicos se van también al extranjero porque España, no es que no ofrezca condiciones buenas o muy buenas, es que no son decentes en muchos casos

Jaime, un investigador del CSIC postdoctoral, se movilizará este jueves para reclamar una mayor estabilidad y mejora de las condiciones laborales de los investigadores, “fundamental para el progreso de un país, como se ha podido ver ahora con las vacunas” contra la COVID. En sus años de carrera investigadora (ya va por su cuarto contrato postdoctoral), ha comprobado cómo la inestabilidad deja por el camino a muy buenos profesionales.

“He visto a compañeros que podrían haber sido investigadores muy buenos y que abandonaron por la incertiumbre o por su situación personal. Porque no podían investigar en España y formar una familia a una edad más temprana, por ejemplo. Son muchos sacrificios y mucha dedicación no remunerada, por amor al arte. Muchos compañeros se van también al extranjero porque España, no es que no ofrezca condiciones buenas o muy buenas, es que no son decentes en muchos casos”, explica Jaime, al que tras este contrato le esperan seguramente otros temporales.

La Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, que congrega tanto colectivos de investigadores predoctorales como postdoctorales, tampoco comparte el modelo de tenure track que intenta implantar Pedro Duque. “Proponemos hacer un uso más eficiente de los recursos que ya existen hoy en día, sin necesidad de inventar soluciones nuevas”, explica Manuel Heras, coordinador de Documentación de la federación.

En su opinión, hacen falta muchas más plazas estables de las ya existentes, tanto en los organismos públicos de investigación como en las universidades, y consideran que el acceso podría generalizarse a través de las acreditaciones I3 de la carrera investigadora. “El objetivo es que los investigadores alcancen mucho antes la estabilidad, como sudece en otros países. Ahora se logra pasados los cuarenta años, con el I3 se podría alcanzar con unos 34 años, si empiezas la tesis con unos 24 años. Se adelantan diez años”, sugiere Manuel Heras.

La ciencia más allá del líder: los grandes olvidados

Más allá del contrato tenure track para los investigadores, destinado a aquellos que quieran liderar equipos de investigación, la otra gran crítica de los colectivos de la Marea Roja es el “olvido” del resto de profesionales científicos en la reforma legislativa que propone el ministro Duque. “Un líder de equipo necesita, como bien dice su nombre, un equipo. Es fundamental mejorar sus condiciones laborales”, subraya Guilllermo Muñoz.

Elisa Fernández, representante de CCOO en la Marea Roja, considera fundamental que mejoren las condiciones de los contratos predoctorales, que no tienen derecho a ninguna indemnización al término de sus contratos y que cuenta con remuneraciones “muy bajas”.

Otra pata fundamental de la investigación científica, que tampoco se aborda en la reforma de la Ley de Ciencia propuesta, la forman los técnicos y tecnólogos en los laboratorios. “En muchos organismos de investigación suponen la mitad del personal”, recuerda Javier Sánchez (UGT). Elisa Fernández pertecene a este grupo de científicos, es técnica superior especializada y doctora. “La escala técnica es fundamental, desde los técnicos que tienen un Formación Profesional (FP), pasando por los que son licenciados y graduados, técnicos especializados y técnicos superiores especializados, muchos doctores”, explica la también representante de CCOO.

Fernández advierte de la necesidad de que la reforma legislativa desarrolle la carrera profesional de este personal técnico, “que no tienen perspetivas de mejora ni carrera profesional en la actualidad”. Llama a detenerse en las condiciones laborales de todos los trabajadores, no solo de la persona que lidera un proyecto. “La mayoría de científicos no queremos ser excelentes, queremos llegar a fin de mes, pagar la hipoteca, las facturas...”, añade la bióloga. La Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), que valora positivamente el mecanismo de tenure track aunque con matices, como la necesidad de ligar contratos fijos, también advierte al Gobierno “la necesidad absoluta de establecer una trayectoria científica profesional para técnicos, tecnólogos y gestores científicos” en esta reforma legislativa.

Desde el Ministerio de Ciencia destacan a este medio que todavía queda un largo proceso de negociación y escucha de los agentes implicados, entre ellos los sindicatos en la mesa de diálogo social, un punto fundamental para el Ministerio de Trabajo. “Es fundamental que el Gobierno escuche a los científicos. Es muy importante la movilización de hoy del colectivo, que reclamemos derechos laborales. Muchas veces este trabajo se ha visto como algo muy vocacional, que aporta mucho en lo personal, pero es un trabajo y, por muy gratificante y vocacional que sea, debe tener derechos”, destaca Guillermo Muñoz.