Claudia Goldin recibe el Nobel de Economía por sus hallazgos sobre la brecha de género en el mercado laboral
Claudia Goldin recibe el Nobel de Economía por sus hallazgos sobre la brecha de género en el mercado laboral. La Academia Sueca de Ciencias premia a la profesora de Harvard y reconoce su labor como una de las economistas pioneras en la investigación sobre las mujeres y el trabajo.
“Sus estudios revelan las causas de la brecha de género”, señalan desde la Academia. “Las mujeres están muy infrarrepresentadas en el mercado laboral mundial y, cuando trabajan, ganan menos que los hombres”, inciden.
Ese ha sido, efectivamente, el núcleo de las investigaciones de Goldin, quien en 2019 afirmaba a elDiario.es que “la brecha salarial tiene que ver con quién es la figura de guardia en casa y quién es la figura de referencia en la oficina”. En el mismo sentido, la economista estadounidense ha demostrado que hoy la brecha salarial entre mujeres y hombres no está relacionada solo con el acceso a diferentes ocupaciones sino que ocurre en el mismo puesto de trabajo y con el mismo nivel de estudios, y que la causa es el nacimiento del primer hijo.
“Ser jefa puede ser importante para algunas, pero los problemas que las mujeres afrontan en el mercado laboral empiezan mucho antes y mucho más abajo en la cadena”, viene defendiendo Goldin.
La píldora anticonceptiva como aceleradora del cambio
Entre sus principales conclusiones destaca también que el acceso a la píldora anticonceptiva jugó un papel importante en la aceleración de un cambio revolucionario al ofrecer nuevas oportunidades para la planificación profesional de las mujeres.
Claudia Goldin ha rastreado los archivos y recopilado más de 200 años de datos de Estados Unidos, lo que le ha permitido demostrar cómo y por qué las diferencias de género en los ingresos y las tasas de empleo han cambiado con el tiempo. Su principal conclusión es que no se ha dado una evolución ascendente, sino en forma de U.
La participación de las mujeres casadas disminuyó con la transición de una sociedad agraria a una industrial a principios del siglo XIX, pero luego comenzó a aumentar con el crecimiento del sector servicios a principios del siglo XX. En esas décadas, los niveles de educación de las mujeres aumentaron continuamente y en la mayoría de los países de altos ingresos ahora son sustancialmente más altos que los de los hombres.
Sin embargo, a pesar de la modernización, el crecimiento económico y el aumento de la proporción de mujeres empleadas, la brecha salarial entre mujeres y hombres no se ha cerrado. Según Goldin, parte de la explicación es que las decisiones educativas, que afectan las oportunidades profesionales de toda una vida, se toman a una edad relativamente joven.
Si las expectativas de las mujeres jóvenes están formadas por las experiencias de generaciones anteriores (por ejemplo, sus madres, que no volvieron a trabajar hasta que sus hijos crecieron), entonces el desarrollo será lento.
La brecha de género en los mismos puestos de trabajo
Además, históricamente, gran parte de la brecha de género en los ingresos podría explicarse por diferencias en la educación y las opciones ocupacionales. Sin embargo, Goldin ha demostrado que la mayor parte de esta diferencia de ingresos se da ahora entre hombres y mujeres en la misma ocupación, y que surge en gran medida con el nacimiento del primer hijo.
“Si una pareja tiene hijos que requieren cuidados, uno de los miembros de la pareja se suele responsabilizar de atender sus necesidades en casa, mientras que el otro está más pendiente de las necesidades del trabajo. Por lo general, de manera desproporcionada las mujeres han asumido el papel de atender las necesidades del hogar, y los hombres han estado más volcados en el trabajo”, argumentó en la entrevista que concedió a elDiario.es hace 4 años.
Referencia a la primera mujer que ganó el premio
Como ya hicieran en 2022, apenas unas horas antes de dar a conocer el premio de 2023, los responsables de comunicación del Nobel recordaban a Elinor Ostrom, quien “fue la primera mujer en recibir el premio en ciencias económicas” por sus trabajos sobre la cooperación, en 2009. “Su trabajo nos da la esperanza de que podamos tener un futuro más sostenible”, dice el post en la red social X (antes Twitter).
Solo otra mujer más ha ganado el Nobel de Economía, Esther Duflo, en 2019. El año pasado el galardón fue para ex presidente de la Reserva Federal (Fed) Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig “por su investigación sobre bancos y crisis financieras”, que defiende evitar “los colapsos” de las entidades y, por tanto, “los costosos rescates” que provocan recesiones más largas y dolorosas, mejorando la regulación y situando al estado como garantía de último recurso.
La historia del galardón
El premio se creó en 1968, 300 años después del nacimiento del Banco Central de Suecia, que lo financia. Desde entonces, cada año se envía un formulario pidiendo candidatos a decenas de departamentos de Economía de universidades todo el mundo.
De esas propuestas, que pueden superar los 100 investigadores, un comité del Nobel realiza una selección de estas recomendaciones y de esa criba final el plenario de la Academia Sueca de Ciencias selecciona al ganador en una votación secreta.
Esta categoría no constaba entre las cinco que dejó Alfred Nobel en su testamento: Física, Química, Literatura, Medicina y Paz. Pero con el paso de los años se considera una más. El importe del premio completo asciende a un total de 10 millones de coronas suecas (914.000 euros).
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