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Seis datos que desmitifican la nueva tasa de los cajeros de Carmena

Cajero automático de Madrid.

Marta Garijo

El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que a partir de 2017 cobrará una tasa a los bancos por tener sus cajeros en la vía pública. El concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato, apuntó que espera recaudar 745.405 euros con los 2.084 cajeros existentes en Madrid. Una cantidad pequeña si se compara, por ejemplo, con lo que ganó la gran banca española (donde se incluye Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular y Sabadell) el año pasado. En 2015, las grandes entidades obtuvieron 11.276 millones de euros de beneficios.

La medida que implanta ahora Madrid no es nueva, ya hay una veintena de capitales de provincia aplicando esta tasa, aunque varía su cuantía, bajo la premisa de utilización del espacio público, como ocurre con los vados de los garajes o las terrazas. También la han implantado pequeñas localidades en diferentes comunidades autónomas. Estas son las claves de la medida.

¿Es una tasa de grandes urbes?

Esta tasa está presente en varias ciudades españolas, aunque al ser una norma que se regula por ordenanza municipal es complicado saber en cuántas localidades se aplica exactamente. La patronal bancaria no tiene registradas las localidades donde existe este gravamen.

Algunas estimaciones del sector señalan que hay una veintena de capitales de provincia donde se aplican, a las que se sumarían localidades más pequeñas. Una recopilación de Europa Press señala que el año pasado, 19 ciudades lo incluyeron en sus ordenanzas municipales. Entre las grandes ciudades donde se está aplicando esta tasa se encuentran, por ejemplo, Barcelona, Sevilla, Palma de Mallorca o Bilbao. También hay pequeñas localidades, como Villanueva del Fresno (Extremadura) o Almodóvar del Río (Córdoba).

¿Solo en ciudades gobernadas por la izquierda?

No. Palma de Mallorca tenía una alcaldesa del PP, Catalina Cirer, cuando entró en vigor la tasa de los cajeros. En 2005, en las ordenanzas fiscales de la ciudad se incluyó esta tasa que gravaba a los cajeros por su uso de la vía pública en seis tramos diferentes en función de la ubicación. Posteriormente, la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) llevó esta tasa a los tribunales. También en algunas localidades de la Comunidad de Madrid gobernadas por el PP, como Las Rozas, Boadilla o Pozuelo, ya está implantado este gravamen.

¿Por qué es legal una tasa de este tipo?

El Tribunal Supremo abrió la puerta en 2009 para que los ayuntamientos puedan cobrar una tasa a los bancos por los cajeros situados en la vía pública. El Supremo desestimó en 2009 el recurso de la CECA (la patronal de las Cajas de Ahorro) contra la sentencia dictada por el Tribunal Supremo de las Islas Baleares que rechazaba eliminar la tasa sobre los cajeros que había implantado el ayuntamiento de Palma de Mallorca. El Supremo ratificó así el gravamen que pagan las entidades financieras por instalar cajeros en la vía pública.

El Alto Tribunal concluía que “la instalación de cajeros automáticos implica una utilización física del dominio público, ya que el cajero no es susceptible de ser utilizado con su mera visión, sino que exige una parada física ante él para realizar operaciones”.

¿Es alta o baja la tasa que cobrará Madrid?

Depende del Ayuntamiento con el que se compare, cada consistorio decide lo que cobra a los bancos por el uso de la vía pública. En muchos casos, gravan de forma distinta a los cajeros en función de la calle en la que se establezcan. En el caso de Madrid, habrá nueve categorías fiscales diferentes que oscilarán entre los 26,21 euros y los 747,22 euros. En Barcelona, por ejemplo, la tasa a cajeros automáticos varía entre los 855 euros al año de las vías de categoría más alta hasta los 171 euros más bajos. Por su parte, Las Palmas de Gran Canaria la tasa varía entre los 430 y los 26 euros por cajero y año. Las ordenanzas fiscales de Palma de Mallorca de 2016 estipulan siete categorías (aunque la primera y la segunda están gravadas con la misma cantidad) con cantidades que varían entre los 626,78 euros y los 417,85 euros.

Entre las pequeñas localidades, Villanueva del Fresno con una población de alrededor de 3.600 habitantes aplicó una tasa a los cajeros de 720 euros. Por su parte, Almodóvar del Río (Córdoba) ha implantado una tasa de 400 euros a los cajeros. En Las Rozas, con una población de unos 92.800 habitantes, la cuantía con la que gravan a los cajeros es de 600 euros, según la ordenanza de 2016 relativa a la ocupación del subsuelo, suelo y vuelo de terrenos de uso público local.

¿Acabará repercutiendo sobre los ciudadanos?

Esto depende de a quién se le pregunte. Algunas fuentes bancarias señalan que ellos no trasladan la comisión a los clientes. Por su parte, la patronal bancaria (AEB) se muestra contraria a este tipo de tasas y considera que se le trasladará al cliente. “La AEB no está de acuerdo con gravar  el uso de los cajeros automáticos instalados en la calle con una tasa, pues implica encarecer un servicio básico como es el acceso al dinero en efectivo. Un servicio, por otra parte, ampliamente utilizado por el público en general”, apunta José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB. “Con esta medida, se desincentiva también la inversión en este tipo de instalaciones que facilitan en gran medida la inclusión financiera”, añade.

Lo que es cierto es que la banca está viviendo un momento de cambio de modelo, donde su negocio tradicional (prestar dinero y cobrar por ello) parece agotarse o por lo menos no generar los beneficios que estiman suficientes. Se debe en parte al entorno de tipos de interés en mínimos y en parte, a la digitalización del sector, junto a la competencia de los nuevos actores que están entrando en escena.

Esto ha llevado a que el presidente de la patronal bancaria llegara a afirmar que el cliente “debe acostumbrarse a pagar comisiones”. Será difícil diferenciar esta potencial comisión de las otras, sobre todo por la guerra de precios que han tenido las entidades con los cajeros automáticos y que ha llevado ya a que, en general, se cobren comisiones mucho más altas por sacar en efectivo. Cabe recordar de nuevo que las cantidades que se manejan son un arañazo en las cuentas de los bancos.

¿Ha habido otros ejemplos de impuestos bancarios?

Entre las últimas iniciativas relativas a las tasas que afectan al sector, se encuentra la tasa de los depósitos bancarios que puso en marcha Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, hace un par de años. Este impuesto tenía como fin neutralizar las tasas que estaban imponiendo diversas comunidades autónomas. Catalunya, Extremadura y Andalucía ya tenían un impuesto (con un suelo del 0,3%) y Asturias se quedó a un paso de crearlo.

Este martes, diez países (entre los que se encuentra España) dieron una oportunidad para que se reavive el Impuesto sobre las Transacciones Financieras.  Por el momento, hay un consenso en que se gravarán acciones y derivados pero no los relacionados con deuda pública. Pero no se aclara la tasa que se aplicará.

Desde la crisis de 2008 han sido muchos los intentos de gravar de alguna forma los bancos para que devuelvan parte del esfuerzo de los contribuyentes.

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