Coca-Cola acuerda pagar a los trabajadores de la planta de Fuenlabrada los salarios que reclamaban
Un nuevo capítulo en la batalla entre los trabajadores de la planta de Coca-Cola en el municipio de Fuenlabrada y la multinacional toca su fin. Las reclamaciones de 148 trabajadores que denunciaban que la readmisión en sus puestos, acordada por la justicia, no se estaba respetando en materia de salarios han concluido con un acuerdo. La empresa y los trabajadores han pactado justo antes de la celebración del juicio que iba a abordar el asunto en los juzgados de Móstoles este martes. La multinacional acepta pagar los salarios reclamados –el acto de conciliación amplía el acuerdo a 163 empleados– y abre una comisión para establecer cuál es la cantidad que adeuda a cada empleado.
Fuentes de Coca-Cola Iberian Partners explican a este medio que el acuerdo es una “muy buena noticia” y que consiste en el “pago de cantidades que no se habían abonado desde la readmisión de los empleados en 2015 por falta de acuerdo”, así como “la incorporación en las nóminas de conceptos” que la multinacional no había incluido hasta el momento, sobre antigüedad y cambios de categorías.
Juan Carlos Asenjo, portavoz de Coca-Cola en Lucha, ha celebrado también el resultado del acuerdo, aunque reconoce que le hubiera gustado que la compañía no hubiera apurado el plazo y destaca que los empleados han tenido que acudir a los tribunales y esperar “dos años” para llegar a este resultado. “Si la empresa hubiera querido conciliar los salarios, no habría que haber esperado a la última hora”. El acto de conciliación, insiste, “demuestra lo que decíamos, que no estaban cumpliendo desde el punto de vista de salarios”.
Los trabajadores presentaron 148 reclamaciones individuales ya que denunciaban que, pese a que se había acordado que la readmisión de los trabajadores en sus puestos debía cumplirse “al milímetro” en cuanto a los salarios, esto no se había cumplido en la práctica, apunta Asenjo. El portavoz de Coca-Cola en Lucha considera que la postura de la multinacional ha cambiado “para evitar una sentencia en contra” más que fruto de un acercamiento con los trabajadores.
Las fuentes de la empresa aseguran que “llevamos tiempo con propuestas y con voluntad de solucionar este tema” y creen que el acto de conciliación ha sido posible gracias a que “ambas partes han cedido” y a la “buena fe” de unos y otros. Desde la dirección no concretan una cifra de cuánto dinero adeudan a los empleados. Los denunciantes calculan que, aunque hay grandes diferencias según los casos, “ronda una media de entre 2.000 y 3.000 euros por persona”.
El conflicto sigue abierto
Los trabajadores y la empresa cierran un capítulo pero no la batalla abierta hace cuatro años. Todavía queda pendiente un recurso presentado por la multinacional a una sentencia del juzgado de Móstoles, sobre la aplicación del artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores. Juan Carlos Asenjo afirma “cada trabajador recibió una carta de readmisión con el salario y las condiciones, pero a los dos meses la empezó a incumplir. Esa modificación la llevó a cabo con el artículo 41. El juzgado número 2 de Móstoles lo declaró nulo y decía que había que retrotraerse a las cartas”. Los trabajadores y la compañía ahora están pendientes de lo que concluya el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. “Tenemos fecha para el 7 de marzo”, apunta Asenjo.
Además, los trabajadores siguen insistiendo en que la readmisión en sus puestos que ordenó la justicia no se está cumpliendo, aunque ha sido respaldada por la justicia. Todo comenzó en enero de 2014, cuando Coca-Cola Iberian Partners anunció un ERE tras la fusión de sus siete embotelladoras en España y como parte de un proceso de reestructuración. La Audiencia Nacional declaró nulo el ERE y obligó a Coca-Cola a readmitir a los trabajadores y a pagar los salarios dejados de percibir durante ese tiempo. Su decisión fue ratificada más tarde por el Supremo.
Tras las sentencias, en septiembre de 2015, Coca-Cola anunció la reapertura de la planta de Fuenlabrada, pero no en las mismas condiciones que antes de que se produjera el ERE: no sería una planta de producción, sino un centro logístico. Aunque los trabajadores de Coca-Cola en Lucha han batallado en la Audiencia y el Supremo esta readmisión, ambos tribunales han declarado que las readmisiones son legales. Esto es lo que siguen peleando los trabajadores, explica Juan Carlos Asenjo: “Seguimos con un mobbing colectivo y sin ningún tipo de trabajo. Buscamos un proyecto de futuro”. En este tema, “estamos pendientes de un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional”, prosigue.