La Comisión Europea ha admitido este lunes que aun no sabe cuánto debe pagar Apple por haber eludido impuestos en Irlanda. Bruselas ha publicado la versión no confidencial del dictamen en el que acusa a Dublín de haber concedido a la empresa de Cupertino (Estados Unidos) un trato de favor en su factura fiscal y en ninguna de las 130 páginas del documento aparece la cifra de 13.000 millones de euros que la comisaria de Competencia, Margarthe Vestager, anunció en agosto.
Desde que el Ejecutivo comunitario le exigió al Gobierno irlandés que recuperara con intereses el dinero no cobrado, ambos han estado negociando las cifras esgrimidas por Bruselas. El montante final dependerá del resultado de estas negociaciones y de la decisión que acabe tomando el Tribunal de Justicia de la UE. Dublín y Apple llevarán esta semana ante la justicia la decisión de la Comisión Europea, ya que ambos aseguran que la empresa pagó todos los impuestos que debía.
El dictamen declara ilegales los pactos fiscales (tax rulings) que la isla concedió a la compañía norteamericana entre 1991 y 2014, porque considera que son selectivos, es decir, una ayuda de Estado no otorgada a otras empresas.
Durante estos años, Apple transfirió los beneficios de todas sus ventas en Europa a Apple Sales International, una filial irlandesa. A su vez, esta traspasaba la mayoría de sus beneficios a una entidad localizada en Estados Unidos que en realidad sólo existe sobre el papel, sin empleados y que no paga impuestos. Otra parte de los beneficios de las ventas en Europa se transfirieron a la matriz de Apple en Cupertino (California) para invertir en I+D.
Tras estas operaciones, la filial irlandesa apenas declaraba beneficios y lo hacía a una tasa inicial del 1%, que con el tiempo se fue reduciendo hasta el 0,005%.
Aunque los tax rulings estuvieron en vigor durante más de 23 años, la Comisión Europea sólo ha podido estudiar lo ocurrido entre 2003 y 2013, ya que las normas comunitarias sólo permiten analizar los diez años anteriores al inicio de la investigación.
Con la publicación del dictamen no confidencial, Bruselas pretende añadir transparencia a su decisión, de tal manera que el resto de países puedan calcular cuántos impuestos ha dejado de pagar Apple en su territorio.
Varios Gobiernos, con el francés y el alemán a la cabeza, llevan años denunciando las prácticas fiscales de Dublín. No obstante, otros como Bélgica, Irlanda y Luxemburgo, llevan a cabo prácticas similares.
La Comisión Europea ya culpó a Holanda por sus pactos con Starbucks y ha abierto dos investigaciones a Luxemburgo por sus tratos con Amazon y McDonalds.