El pasado martes CaixaBank se reunía con los sindicatos para trasladarles su plan de recorte de plantilla y de sucursales tras haber absorbido a Bankia, la entidad que hace casi una década había sido rescatada por el Estado con más de 24.000 millones de euros. La cifra que se puso sobre la mesa ha escandalizado a los representantes de los trabajadores. 8.300 despidos. Nunca antes un banco en España, ni siquiera en los peores momentos de la crisis financiera con el colapso de la cajas de ahorros, había realizado un ERE que afectase a tanta gente. El problema es que apenas 48 horas después llegaba la noticia de que BBVA pretende despedir a 3.800 trabajadores en toda España.
Ninguno de los dos ERE pillaron por sorpresa, aunque sí la gravedad de sus cifras. En el caso de CaixaBank, desde que anunciaran el pasado verano la negociación para absorber Bankia se conocía que se concluiría con un recorte de plantilla y de la red de sucursales, dentro de un plan de ajuste de costes. En lo que respecta a BBVA, su consejero delegado, Onur Genç, ya anunció a finales del año pasado que se acometería un plan de reducción de costes en España que incluiría despidos. Esta pasada semana ambos procedimientos han cristalizado y suman 12.100 despidos que se realizarían durante los próximos meses.
Estas cifras son las que han planteado de partida las entidades a los sindicatos, y es de esperar que en la negociación se modifique el perímetro de afectados. Sin embargo, cabe recordar que no son los únicos planes de despidos que se han aprobado en los últimos meses en la banca. Banco Santander acordó con los sindicatos su tercer ERE en seis años, que afecta a 3.572 trabajadores del grupo. Banco Sabadell, por su parte, planteó 1.800 bajas voluntarias en su plantilla. La aragonesa Ibercaja selló un recorte de empleo que afectó a 750 trabajadores. Pese a que todos estos acuerdos se firmaron en 2020, las salidas se están ejecutando en los primeros meses de este año.
Con estos cinco ERE sobre la mesa, el sistema bancario español suma 18.213 despidos por el momento para ejecutar durante este año. A ello se sumaría a finales de 2021 el recorte de empleo en Unicaja, una vez culmine su fusión con Liberbank, ya aprobada por ambas entidades, a la espera del visto bueno de las autoridades. Distintas informaciones sitúan este ajuste en entre 1.500 y 2.000 puestos de trabajo. El acumulado supone superar el peor año de la historia del empleo en el sector financiero español, que fue en 2013, en plena crisis financiera y reestructuración de las antiguas cajas de ahorros. Entonces fueron 18.339 trabajadores los que se vieron afectados. Con este ejercicio se puede llegar ya al despido de más de 120.000 empleados de banca desde que estallara la burbuja inmobiliaria, más del 43% del total de puestos de trabajo que había en 2008.
Pese al numeroso recorte que tiene la banca española sobre la mesa, en el sector no se da por terminado el plan de ajuste de costes a base de cierres de oficinas y despido de trabajadores. El presidente de una de las patronales bancarias, la AEB, José María Roldán, señalaba esta semana que todavía hay “margen” para más cierres de oficinas en España. El responsable de la organización justificaba esta capacidad de seguir reduciendo el tamaño en que “el número de empleados en España por cada 100.000 oficinas sigue siendo muy elevado, incluso el doble que en Europa”. Concluía apuntando que los bancos buscan adaptarse con estos recortes “a los cambios de la demanda y las presiones de rentabilidad”.
Un informe de la agencia crediticia Moody's de esta semana caminaba en la misma dirección que el presidente de la patronal, hablando de posibles nuevos recortes en el sector. Y eso pese a que destacaba este documento que el sistema bancario español ha pasado de ser uno de los más atomizados a unos de los más concentrados de Europa tras una década de fusiones. De hecho, antes de las nuevas fusiones, los cinco principales bancos ya controlaban el 67%, por encima de la media europea. Con ello, los costes operativos del sector bancario se han recortado en un 15% desde la pasada crisis financiera, gracias fundamentalmente a las fusiones y los recortes en plantilla y de oficinas.
El sistema bancario español ha pasado de ser uno de los más atomizados a unos de los más concentrados de Europa tras una década de fusiones. Antes de las nuevas fusiones, los cinco principales bancos ya controlaban el 67%, por encima de la media europea
Sin embargo, los problemas de rentabilidad para la banca española siguen sobre la mesa pese a los numerosos ajustes de costes. El Banco Central Europeo ha señalado continuamente al sistema bancario español a la cola de la rentabilidad y la solvencia en Europa. Moody's señala a España como el sector bancario más expuesto y “vulnerable” a los tipos de interés negativos que, señala, pueden permanecer todavía una década, debido al alto nivel de créditos concedidos a tipo variable en este país. Es por ello que la agencia considera que todavía hay una falta de eficiencia en el sector financiero español y que, en la medida que los planes de ajustes de costes que hay actualmente en el sector no logren los objetivos marcados, se podrían ver en España nuevas fusiones.
Peores condiciones que antes
Más allá de que finalmente se alcancen acuerdos sobre los ERE que se han puesto sobre la mesa, los sindicatos han advertido que la nueva oleada de despidos que llegan en CaixaBank y BBVA se hace con condiciones de partida peores de las de anteriores recortes que se han realizado en los últimos años. CaixaBank, sin ir más lejos, afronta su segundo ERE en dos años. Ricard Ruiz, secretario general de CCOO alertaba esta semana que “las condiciones económicas que se han planteado son muy inferiores a las del pasado, hasta un 60%”.
“Por encima de los 50 años las condiciones son muy bajas y es complicado que la gente, voluntariamente, abandone la entidad”, alertó. “Además quieren que el 50% de las salidas sean menores de 50, por lo que no se puede hablar de ERE voluntario sino que es forzoso”, lamentó. Además, denuncian que las condiciones de quienes quedan en la empresa también quedan mermadas.
En BBVA todavía no se han planteado las condiciones económicas del ERE, pero los sindicatos ya han planteado que se trata de una medida con cifras “estremecedoras” y ya se han hecho llamamientos a la movilización contra la entidad. Tanto en un banco como en otro, los sindicatos critican que los ajustes se estén realizando sobre las condiciones laborales de la plantilla y no sobre la cúpula.
Esta idea se ha planteado en los últimos días incluso en el seno del Gobierno central y no solo en el ala de Unidas Podemos. La ministra portavoz, María Jesús Montero, apuntó el mismo día que se conoció el volumen de despidos que pretendía CaixaBank que “no era el momento de los despidos” cuando el Ejecutivo hace “esfuerzos titánicos para mantener el empleo”, aunque matizó posteriormente que el número de salidas habría sido mayor si no se hubiera realizado la fusión. Cabe recordar que el Estado es el segundo accionista de CaixaBank, con el 16%, como herencia del rescate de Bankia con 24.000 millones de dinero público.
La vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, de cuyo departamento depende el FROB a través del cual está en el consejo de la entidad, elevó posteriormente el tono sobre los despidos en el sector bancario y, sobre todo, los salarios de las cúpulas de las entidades. “Creo que los salarios y bonus de los ejecutivos bancarios deben estar alineados con la evolución del sector y la economía en su conjunto”, apuntó la ministra de Asuntos Económicos a medios extranjeros esta semana, tras haber tildado de “inaceptables” estos sueldos. Por ello, el Ministerio ha trasladado la preocupación por esta situación al Banco de España, que considera que es quien debe intervenir.
Otra de las ministras que se ha referido a la situación que vive el sector bancario ha sido la responsable de Trabajo, Yolanda Díaz, quien este viernes ha expresado en una entrevista en la cadena SER que Calviño “ha abierto un debate de sumo interés” en torno a los salarios de la banca. “Muchas veces hablamos de salarios mínimos, y hablamos poco de salarios de grandes responsables de entidades financieras”, aseguró la vicepresidenta tercera del Gobierno. Avanzó que el Ejecutivo “está trabajando” para mitigar el ere en la entidad participada por el Estado.