La justicia francesa condena a dos directivos de Deliveroo a un año de cárcel por el abuso de falsos autónomos

Primera condena por lo penal por el fraude laboral en la economía de plataformas en Francia. La multinacional británica de reparto de comida a domicilio Deliveroo ha sido condenada este martes 19 de abril por el tribunal penal de París a pagar la multa máxima de 375.000 euros por su abuso de falsos autónomos, como había pedido la Fiscalía, informan varios medios franceses. El tribunal también ha condenado a ex tres directivos de la multinacional en Francia a penas de prisión, desde un año a cuatro meses (que no se ejecutan salvo reincidencia), y a multas económicas.

En concreto, los directivos condenados son dos antiguos directores generales de Deliveroo en Francia, a los que se imponen penas de doce años de prisión y una multa de 30.000 euros. Un tercer ejecutivo fue declarado culpable de “complicidad” en el fraude de falsos autónomos, delito que ha conllevado una pena de cuatro meses de prisión y una multa de 10.000 euros. Los ejecutivos no tendrán que entran en prisión, ya que la pena se suspende, salvo que reincidan y acumulen otras condenas.

Además de la multa de 375.000 euros, Deliveroo ha sido condenada a pagar otros 50.000 euros por daños morales a cinco sindicatos (CGT, Union Solidaires, Sud commerces et services, Sud commerces et services Ile-de-France y Syndicat des transports légers).

Un fraude laboral para reducir costes

En su dictamen, el tribunal subrayó que la multinacional británica tejió “un camuflaje jurídico ficticio”, recoge la agencia EFE. El tribunal afirmó que había “una relación jerárquica permanente” entre la empresa y los empleados, a los que presionaba para realizar entregas más rápidas y que eran objeto de vigilancia. El periodo analizado en este proceso judicial abarca desde 2015 a 2017.

El tribunal de París siguió íntegramente las exigencias de la Fiscalía, destaca el diario Le Monde, en el primer caso en el que la justicia francesa juzga por la vía penal los abusos laborales de lo que denominan en el país galo como “l’ubérisation” y que en España se suele llamar “economía de plataformas”, gig economy en inglés.

La sentencia francesa reconoce la existencia de fraude laboral al simular Deliveroo el trabajo autónomo de sus repartidores (o riders), cuando en realidad deberían haber estado contratados como asalariados por existir una relación laboral entre las partes. El Tribunal Supremo en España también falló en este sentido, en una condena de la justicia social, no penal como en este caso. Deliveroo abandonó España el pasado noviembre, un mercado en el que había perdido posiciones frente a otros competidores y donde se veía obligado a contratar laboralmente a los mensajeros tras la aprobación de la llamada Ley Rider.

La Comisión Europea ha propuesto laboralizar a miles de trabajadores en plataformas digitales en la UE, muchos de ellos riders pero también de otros modelos de negocio que ahora son falsos autónomos.

Deliveroo ha apuntado en un comunicado que “impugna categóricamente” el contenido de la sentencia del tribunal francés y que está estudiando si apelar la resolución judicial, recoge Reuters.

Además, la multinacional ha añadido que mantendrá sus operaciones en el mercado francés y ha destacado que la sentencia afecta al funcionamiento de Deliveroo en el pasado, no al actual. Este argumento era continuo por parte de la empresa en España tras cada condena por uso de falsos autónomos. La empresa, antes de abandonar el país, reconoció el estatus laboral de los trabajadores para aplicar un despido colectivo del personal.

Como apuntó la Fiscalía francesa, la justicia considera que el objetivo del “fraude” pretendía emplear a los repartidores “al menor coste”. La fiscal Céline Ducournau recordó en el juicio el pasado marzo que la justicia estaba valorando el abuso laboral de Deliveroo de la figura de los falsos autónomos y que no importaba si algunos de los mensajeros estaban “satisfechos” con esta condición o “se sentían libres”, como argumentó la multinacional en su defensa.