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Las consecuencias de la recesión de Alemania: riesgo para España y freno a las subidas de tipos del BCE

La debilidad de la economía de Alemania tiene dos consecuencias contradictorias. Por un lado, es un riesgo directo para España, ya que es “el segundo cliente” de nuestro país, según el ICEX (Instituto español de comercio exterior), solo por detrás de Francia. Y, por el contrario, indirectamente podría reducir el daño de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) si provoca que la institución rebaje la agresividad de los últimos meses.

La actividad en la primera economía de la eurozona se contrajo entre enero y marzo por segundo trimestre consecutivo, tras haber sido revisado el dato de PIB (Producto Interior Bruto) a la baja este jueves. Según la teoría, está en recesión técnica. De hecho, su PIB, tras completar la recuperación en 2022, ha vuelto a caer por debajo del nivel previo a la pandemia.

Alemania está sufriendo especialmente la crisis de inflación. Con un impacto crítico en su industria, muy intensiva en energía y que dependía en gran medida del gas de Rusia. Y también con un claro reflejo en el consumo de las familias. “Los hogares gastaron menos en alimentos y bebidas, ropa y calzado, y en muebles”, señala las oficina de estadística del país, respecto a su revisión de los datos del primer trimestre. También compraron menos automóviles eléctricos por los menores incentivos.  

Recesión técnica

Su PIB cayó un 0,3% en el primer trimestre, tras contraerse otro 0,5% entre octubre y diciembre. En 2022, Alemania desplegó un gran paquete fiscal de estímulo que sostuvo la actividad, pero que será muy inferior este año, con la Comisión Europea pidiendo ya que se controle el aumento del gasto público y con las nuevas reglas fiscales a debate, con previsión de que se reactiven en 2024.

“La revisión a la baja de los datos del PIB de Alemania significa que es probable que el crecimiento de la eurozona se revise a la baja en el primer trimestre, con riesgo de que también caiga en recesión”, advierte el equipo de analistas de 'Bloomberg'.

Este contexto es un desafío para España, cuyo crecimiento económico destaca en Europa por el 'boom' del turismo y la fortaleza del resto del sector exterior. Alemania es el tercer origen del que provienen más turistas extranjeros, cerca de 10 millones al año, por detrás de Reino Unido y Francia. Pero los alemanes gastan más, entre 1.000 y 1.400 euros de media por visitante, según el INE.

En total, la 'locomotora' de la eurozona es el segundo cliente de nuestro sector exterior. Además del turismo, el país compra principalmente “bienes intermedios” (piezas, maquinaria...) que acaban en su industria, donde se finalizan los automóviles, electromésticos... En total, Alemania importa alrededor de 34.000 millones de euros al año, casi tres puntos del PIB de España.

También es muy importante la inversión de sus empresas y familias en nuestro país. Es la novena economía en la que más invierten, casi 50.000 millones en total. Por último, “otro aspecto novedoso y potencialmente ventajoso para España es la necesidad alemana de diversificar el suministro de gas, dada la intención de prescindir en todo o en parte del gas de Rusia”, recalca el ICEX.

“En agosto de 2022, Olaf Scholz [el canciller de Alemania] se ha mostrado favorable a mejorar la conexión gasística entre la Península y el Continente para facilitar la exportación del gas natural licuado (GNL) regasificado así como del gas de Argelia. Se trata de una oportunidad doblemente ventajosa puesto que a largo plazo esta infraestructura puede servir igualmente para la exportación de hidrógeno al continente, aspecto en el que España también tiene consideración de socio potencial”, concluye.

Subidas de tipos

Hasta aquí el potencial impacto directo de la recesión en Alemania. Indirectamente, puede tener consecuencias sobre la política monetaria del BCE.

Esta semana, el economista David Cano, socio de AFI, preguntado por la posibilidad de que se produzcan bajadas de los tipos de interés el tras el histórico aumento de 3,75 enteros desde julio, resumía con precisión: “Si se cumplen las previsiones (inflación en la eurozona del 2%) y crecimiento económico moderado (zona del 1,5%), [el BCE comenzará a bajar los tipos] en 2024. Si se produce una recesión o un 'accidente bancario', en otoño. Si la inflación no se modera o el PIB avanza a más del 2,5%, no se producirán”.

Esta misma semana, el Banco de España calculó que las subidas de los tipos de interés apenas bajaron 2 décimas la inflación en 2022 en nuestro país, que de media fue en España del 8,4%. Según el mismo ejercicio, la institución estima que el golpe del endurecimiento de la política monetaria del BCE al crecimiento económico fue de 6 décimas, pese a lo que el PIB (Producto Interior Bruto) avanzó un 5,5%.

En 2023 y en 2024, proyecta que la agresiva estrategia del BCE apenas conseguirá moderar 5 ó 6 décimas las subidas de precios, según proyectó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. En cambio, el impacto del encarecimiento de la financiación será mucho mayor para la actividad económica en general tanto este ejercicio como el próximo. El incremento del 'precio' oficial del dinero y el fin de las compras de deuda del BCE llegarán a restar 1,1 puntos al crecimiento en 2024, añadió Hernández de Cos.