El empleo indefinido sigue avanzado mes tras mes y ya ha dejado un mínimo de un 16% de trabajadores temporales entre el total de afiliados, ha anunciado este miércoles el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. Los indefinidos llegan así al 84%, 14 puntos porcentuales más que antes de la reforma laboral.
El responsable de la Seguridad Social ha informado del dato en su habitual rueda de mitad de mes, en la que comenta la marcha del empleo y hace previsiones. Los cálculos de la Seguridad Social estiman que el empleo crecerá de media en algo más de 100.000 afiliados en octubre, una cantidad en línea con años de crecimiento previos a la pandemia.
La Seguridad Social se centra siempre en el dato de empleo desestacionalizado, que margina efectos propios de la estacionalidad del mercado laboral. Según este, el empleo crecerá en 15.000 personas afiliadas en octubre, una dato inferior a los que se vienen registrando en lo que va de año (excepto en julio, que fue un mal mes).
El ministro ha valorado aun así como “muy positiva” la evolución del empleo, dado el contexto actual de incertidumbre económica internacional y crisis inflacionista. “La resiliencia del mercado laboral es extraordinaria”; ha insistido.
Escrivá ha destacado también que el Ministerio observa cierto cambio en el patrón en las contrataciones en el sector de Educación, con una desviación de octubre a septiembre, que creen que explica que el pasado mes los datos fueran más altos y este mes, inferiores a lo habitual. “No vemos aún ningún elemento que ponga de manifiesto una desaceleración desde el inicio de año”, ha sostenido.
Los contratos duran más
Junto a la media de un 84% de trabajadores indefinidos, José Luis Escrivá ha subrayado el gran aumento de empleados jóvenes con contratos indefinidos, que se sitúa en el 75%. Supone un aumento mayor que la media total, de 28 puntos por encima del periodo previo a la reforma laboral.
Los contratos suscritos en lo que va de año han aumentado su duración media, ha añadido el ministro. La ampliación es de “40 días más”, un alza del 20% respecto a 2019.
Si se atiende a los contratos más precarios, aquellos de solo un día de duración, en lo que llevamos de año se han reducido en más de 1,3 millones. Y los que van de los dos a los 7 días de duración han caído en 918.008. Hay que recordar que ambas modalidades iban al alza antes de la reforma.
Rechazo a no subir las pensiones más altas
El ministro ha respondido sobre las recomendaciones de gabinetes de estudios como Fedea y Esade para que las pensiones más elevadas no se revaloricen con la inflación, como ha acordado el Gobierno en los Presupuestos según establece la ley de la Seguridad Social tras la reforma de pensiones. José Luis Escrivá ha rechazado estas propuestas, que también ha lanzado el gobernador del Banco de España, que considera que no se justifican ni desde el punto de vista de la “sostenibilidad” ni desde una perspectiva de “equidad”.
El ministro ha recordado que las personas beneficiarias de las pensiones más elevadas ya hicieron un ejercicio de solidaridad al cotizar más y acceder después a una pensión topada. Escrivá ha subrayado que España tiene una pensión máxima inferior a muchos otros estados europeos. Y, por otro lado, el ministro ha reiterado la sostenibilidad del sistema público de pensiones, que no justifica ninguna medida extraordinaria.
Su número dos, el secretario de Estado Borja Suárez, insistió ayer en la misma idea desde la premisa de que la revalorización de las pensiones “es un derecho”. “Esta es una cuestión que no podemos decidir: si la situación es buena, revalorizo y si no, no revalorizo o no revalorizo tanto. Esto no es así, los derechos no funcionan así”, reiteró el secretario de Estado de la Seguridad Social.
En un mensaje velado al Banco de España, el ministro Escrivá ha destacado también que quienes disponen de los mejores datos e instrumentos para hacer previsiones sobre pensiones y empleo son el propio Gobierno y la AIReF. “El resto no tienen instrumentos específicos”, ha deslizado.