La OIT alerta de que la pandemia amenaza los avances en igualdad en el mundo laboral
La igualdad en el mundo del trabajo enfrenta un nuevo obstáculo: la pandemia del coronavirus y su gestión. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca este martes que la crisis derivada de la emergencia sanitaria ha afectado más a sectores económicos con gran presencia de trabajadoras, ha destruido más empleo de mujeres que de hombres y ha llevado a los hogares todo el cuidado de los niños, mayores y dependientes fruto de los cierres de centros educativos y asistenciales, un trabajo que durante la pandemia tampoco se ha repartido equitativamente y que sigue recayendo sobre todo en las mujeres. Este combo hace peligrar los avances en igualdad en el ámbito laboral, advierte el organismo.
“Las trabajadoras han sido afectadas de manera desproporcionada por la pandemia, creando el riesgo de que algunos de los modestos progresos en materia de igualdad de género alcanzados en las últimas décadas se pierdan y que las desigualdades de género relacionadas con el trabajo se agudicen”, alerta el último informe de la OIT sobre los efectos de la pandemia en el mundo del trabajo.
El estudio informa, de manera general, de que los daños de la pandemia sobre el empleo han sido mucho mayores a los previstos por el organismo. Las horas de trabajo perdidas a nivel mundial en el segundo trimestre de 2020 fueron del 14%, el equivalente a la destrucción de 480 puestos de trabajo a tiempo completo (de 40 horas semanales), mientras que su estimación se había quedado en los 365 millones de empleos perdidos.
Los empleos de las mujeres están más en riesgo
El organismo facilita algunos datos que sostienen esta preocupación, en un contexto en el que la participación de las mujeres en el mercado laboral todavía es inferior a la de los hombres y existen importantes retos como la brecha salarial y el techo de cristal, que les impide llegar a los puestos de más poder.
A diferencia de crisis anteriores, el empleo de las mujeres está en mayor riesgo que el de los hombres, sobre todo debido a los efectos de la crisis en el sector de los servicios. A nivel mundial, casi 510 millones, o el 40% de todas las mujeres empleadas, trabajan en los sectores más afectados, en los que la OIT incluye los servicios de alojamiento y alimentación; el comercio mayorista y minorista; las actividades inmobiliarias, comerciales y administrativas; y la industria manufacturera. La proporción de hombres empleados en estas áreas es algo menor, del 36,6% respecto al total.
En concreto, la OIT destaca que el servicio doméstico han sido muy vulnerable a las medidas de contención y es un sector que está protagonizado por mujeres. Según estimaciones del organismo del 4 de junio, 55 millones de personas, “el 72,3% de los trabajadores domésticos de todo el mundo”, corren “un riesgo considerable de perder sus empleos e ingresos como consecuencia del cierre y de la falta de una cobertura efectiva de seguridad social”.
En España, las empleadas del hogar aún no tienen reconocido el derecho al desempleo. El Gobierno aprobó un subsidio temporal para estas trabajadoras durante la pandemia, que solo alcanza a aquellas en situación regular.
Los trabajadores informales, entre los que también hay más mujeres a nivel mundial y destacan sobre todo las personas migrantes, han quedado muy desprotegidos en esta crisis por la pandemia, que ha limitado los movimientos de la población, imposibilitado el trabajo de estas personas, que no tienen acceso a la protección social.
La OIT señala con el ejemplo de varios países que los datos confirman que la disminución interanual del empleo en los meses de abril y mayo “ha sido significativamente mayor para las mujeres que para los hombres” en todos los casos. En Canadá, la reducción del empleo entre las mujeres fue del −16,5% y entre los hombres, del 13,8%, por ejemplo.
En España, el ministro José Luis Escrivá ha destacado que la pérdida de empleo en los primeros meses de la pandemia afectaron más o menos por igual a hombres y a mujeres (-524.000 y -423.000 afiliados y afiliadas, aproximadamente), pero la recuperación del empleo registrada hasta mediados de junio estaba dejando atrás a las mujeres, con el aumento de unos 226.000 trabajadores y solo 62.000 trabajadoras.
Retroceder en el reparto de los cuidados
El riesgo que corren los empleos de las mujeres no son el único obstáculo de la pandemia a la igualdad laboral. El confinamiento y los cierres de centros educativos y de asistencia a personas dependientes han devuelto a los hogares todas las tareas de cuidados familiares. Una vez en el hogar, estas tareas suelen recaer más en las mujeres que en los hombres, como ya están apuntando algunos estudios en España.
Antes de la pandemia, “las mujeres asumían alrededor de tres cuartas partes de todo el trabajo de cuidado no remunerado”, recuerda la OIT, y ese tiempo de cuidados de las mujeres “aumenta con la presencia de niños en el hogar”, algo que se ha producido con la clausura de los colegios.
El organismo destaca además la especial dificultad que enfrentan en este sentido las familias monoparentales, que también son en su mayoría encabezadas por mujeres (“el 78,4%”).
Los horarios de trabajo flexibles y el teletrabajo han sido las medidas por las que han apostado muchas empresas durante estos meses de confinamiento y “pueden ser más comunes en el futuro”, sostiene la OIT. El organismo pide que los países vigilen que existe igualdad de oportunidades para teletrabajar entre hombres y mujeres, así como “que se aborden adecuadamente las cuestiones de seguridad y salud en el trabajo, incluida la violencia doméstica”.
La OIT recuerda que “las crisis anteriores han demostrado que cuando las mujeres pierden sus empleos, aumenta su participación en el trabajo de cuidado no remunerado, y que cuando los empleos son escasos, a menudo se les niega a las mujeres las oportunidades de trabajo disponibles para los hombres”.
Por todo ello, esta crisis “amenaza con anular las ganancias de las mujeres en el mercado laboral junto con los cambios positivos (aunque lentos) en la distribución del trabajo de cuidado no remunerado”, avisa el organismo internacional.
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