Daniel Lacalle: de gestor de fondos fallido a azote en el PP de la gestión pública
Entre los personajes mediáticos que ha elegido el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, para formar su candidatura a las elecciones generales del 28-A se encuentra el economista Daniel Lacalle (Madrid, 1967), número cuatro por la lista de Madrid. Curtido en los platós de televisión donde se ha batido en decenas de debates, Lacalle cumple con varias de las premisas que exige Casado entre sus más cercanos colaboradores: un alto índice de reconocimiento por parte de la población por su constante participación en los medios y un posicionamiento ideológico ultraliberal sin complejos que se desarrolla con una locuacidad provocadora.
Ese reconocimiento mediático fue el que impulsó a Lacalle en su última aventura financiera fallida. Entró en la firma de inversión Tressis en 2015 como director de inversiones pero en 2017 pasó a ser economista jefe de la compañía, fuera de la operativa y centrado en la elaboración de análisis macroeconómicos y sectoriales y de evaluar su impacto en los mercados financieros. Sin embargo, su reconocimiento mediático le sirvió de palanca en Tressis para lanzar su fondo Adriza International Opportunities a principio de 2016, que invertía en acciones mundiales, con el objetivo de alcanzar 20 millones de euros de patrimonio en su primer año.
Menos de tres años después, Tressis se veía obligada a fusionar el fondo que gestionaba Lacalle con otro fondo de la firma, Adriza Global, ante el escaso éxito comercial: no supero en ningún momento los cinco millones de patrimonio. Además, nunca consiguió superar la rentabilidad de su índice de referencia y el último año acabó en número rojos. En 2016, consiguió una rentabilidad del 3,09% frente al 10,7% del índice de referencia, MSCI World, mientras que en 2017 cerró con un 4,11%, cuando su referente alcanzaba una rentabilidad del 7,5%. En 2018, Adriza International Opportunities acabó con perdidas del 6,5%.
Tressis devolvió a Lacalle a sus estudios y análisis llevando el asesoramiento macroeconómico del fondo. La firma de inversión ha explicado a eldiario.es que “el volumen a la hora de gestionar fondos de inversión es muy importante para lograr eficiencia y mejorar los resultados. Ese es el único motivo de la fusión”. Un portavoz ha asegurado que “en Tressis estamos muy satisfechos con el desempeño de Daniel Lacalle como economista jefe de la entidad”. De su etapa como gestor no hay comentarios.
Nieto del militar y ministro del Aire durante la dictadura franquista, José Daniel Lacalle Larraga, hijo del sociólogo y responsable de la sección de Economía y Sociedad de la Fundación de Investigaciones Marxistas, José Daniel Lacalle Sousa, el fichaje de Pablo Casado trata de matar al abuelo y al padre mediante una especial aversión a todo lo que se asemeje al intervencionismo público, aunque siempre ha estado bajo el ala de prominentes políticos como Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes y ahora el presidente del PP.
Lacalle, autor prolífico de libros donde plasma su ideología, es doctor en Economía por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, con una tesis (Inflación, paro y productividad: El caso español y europeo) en la que pretende “identificar la importancia de la productividad, y no la inflación, a la hora de reducir el desempleo en España”. En el tribunal que lo examinaba se encontraba otro de los adalides del liberalismo hispano, Carlos Rodríguez Braun.
Fichaje fallido de Aguirre
Aguirre trató de ficharle para sus listas en la candidatura del PP para las elecciones municipales a la alcaldía de Madrid de 2015 pero el economista rechazó la invitación con la excusa de que “tenía muchos compromisos”. En ese momento se encontraba en Londres como vicepresidente de la gestora Pimco. Solo tres meses después salía de la compañía de inversión. Alguna fuentes señalaron entonces que su salida respondía a su implicaciones políticas.
Ya en Madrid, trabajando para Tressis, Cristina Cifuentes lo contrató en octubre de 2016 por 50.000 euros anuales para atraer firmas financieras que se encontraban en Londres y que buscaban plaza europea ante la amenaza del Brexit. En los dos primeros años el balance fue “pobre”, aunque el propio Lacalle calificó como “un trabajo espectacular” que diez empresas recalaran en Madrid.
El pasado enero, junto a Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid tras la caída de Cifuentes, anunció como un éxito que unas 30 empresas y 4.500 millones de euros hubiesen llegado a Madrid entre 2017 y 2018. Un informe de la consultora New Financial es menos triunfalista y reduce esa cifra al 4% del total de empresas que ha dejado Londres por el Brexit.
Cómo conseguía compaginar Daniel Lacalle las tertulias en televisión, la publicación de libros, sus colaboraciones en prensa, su trabajo en Tressis y su empleo para atraer empresas a Madrid es parte del enigma. De momento, tras la llamada de Pablo Casado para que sea candidato, Lacalle parece que no va a abandonar sus otras ocupaciones. En octubre de 2018, Casado lo nombró responsable del área económica de la nueva Fundación ligada al partido, Concordia y Libertad. En Tressis aseguran que “el compromiso de Daniel con Tressis es firme y su disposición total, como hasta ahora”.
Defensor de las políticas de Thatcher
Defensor encarnizado de las políticas liberales de Margaret Thatcher, incluso cuando atacaba a la Unión Europea y al Euro: “Thatcher tuvo una absoluta clarividencia en rechazar la moneda única y los avances intervencionistas de Europa”, afirma. Lacalle apuesta por la rebaja de impuestos como la principal herramienta de política económica. El fichaje de Casado ha llegado a decir que “España es uno de los países de la Unión Europea en el que las empresas pagan más impuestos”, a pesar de que es totalmente falso.
“Se recauda más bajando impuestos a las familias y a las empresas, para que los ciudadanos tengan más de su propio dinero, para que no venga nadie más a decirles que lo que ganan lo tienen que dar” es otra de las ideas que repite Lacalle aunque no hay ninguna teoría económica que respalde estas afirmaciones.
Es uno de los impulsores de la visión apocalíptica de la economía española que se lanza desde el PP, pese a que los datos no le acompañen, aboga por que “las pensiones tienen que estar ligadas a varios factores, no solamente el IPC, hay que ligarlas al crecimiento económico” y no tiene problemas en vilipendiar la gestión pública: “La sanidad gestionada por el sector privado es más eficiente y económica”. En su obsesión por el gasto público llegó a señalar que “la solución en España está en que aparezca en el Código Penal el concepto de despilfarro de fondos públicos. Porque cuando haya un riesgo personal se reducirá el riesgo a que eso suceda”.
Está por ver que el nuevo fichaje de Pablo Casado vuelva a fallar y, como en Tressis, siga sin cumplir las expectativas y no consiga incrementar el número de votantes del PP que se disputan en el espectro de la derecha.