El cuadro macroeconómico sobre el que el Gobierno pretende levantar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2025 —si la aritmética del Congreso lo permite— incluye la proyección del despertar de la inversión de las empresas. Este es el componente de la actividad económica que ha mostrado más atonía en el destacado crecimiento de nuestro país en los últimos años. De su reactivación depende el avance del PIB (Producto Interior Bruto) y la creación de puestos de trabajo en los próximos ejercicios, y ya hay datos que animan a confiar en ella.
Por ejemplo, la inversión en equipo, maquinaria y software de “las grandes empresas” en España supera en casi un 26% el nivel previo a la pandemia, según los datos de la Agencia Tributaria. Las cifras hasta junio de la estadística de Ventas, Empleo y Salarios en las Grandes Empresas (Vesge, que se conocieron este jueves) señalan un intenso incremento de las “ventas interiores” con “destino bienes de capital” en 2023, un frenazo en 2024 y un nuevo repunte en el último mes.
Esta estadística se basa en las declaraciones de impuestos de cerca de 32.000 empresas con más de 6 millones de cifra de negocio “durante el año natural inmediatamente anterior”. Según aclara la propia Agencia Tributaria, “suponen algo menos del 1% del total de declarantes por IVA, pero su peso en la facturación del total de empresas es superior al 60%”. Están excluidas “del análisis algunas actividades que presentan problemas, bien porque la mayor parte de sus ventas no están sujetas a IVA, bien porque la forma en que se obtiene la información no permite una cuantificación correcta de sus ventas. Estas actividades excluidas son la energía, las financieras y de seguros, las de las Administraciones Públicas, la educación y la sanidad”.
En el primer gráfico de esta información se puede observar el tirón de la inversión desde 2019 en “bienes de equipo y software”. Estos datos incluyen “gran parte de la industria de fabricación de productos metálicos, la fabricación de maquinaria, la industria de fabricación de equipo eléctrico, electrónico, informático y óptico y la fabricación de material de transporte. También recoge parte de actividades de servicios como las informáticas o I+D”.
En el mismo gráfico se lee la extraordinaria distorsión que supuso la construcción en los datos de inversión en nuestro país durante los años del 'boom' inmobiliario. Eso sí, desde el nivel previo a la pandemia, la ventas interiores de “las grandes empresas” relacionadas con la construcción de viviendas, otros edificios e infraestructuras y la promoción inmobiliaria han aumentado casi un 4%. Aunque siguen muy muy lejos de los años previos al 'pinchazo' de 2008. Si se agregan ambos componentes, la inversión de “las grandes empresas” se ha elevado un 18% desde 2019.
Estos datos discrepan con el diagnóstico de la inversión que se obtiene de Contabilidad Nacional que calcula el INE (Instituto Nacional de Estadística) y que sirve para conocer la evolución del PIB. Según esta estadística (más completa), la inversión de las empresas cerró el segundo trimestre de este año 1,3 puntos porcentuales por debajo del nivel previo al shock de la COVID.
De hecho, solo la inversión en “productos de la propiedad intelectual” ha superado claramente el nivel de 2019, según la Contabilidad Nacional —en el segundo gráfico de esta información—. Una atonía que se ha explicado por las agresivas subidas de los tipos de interés del Banco de Europeo (BCE) desde julio de 2022, que han encarecido la financiación que normalmente necesitan las empresas para abordar inversiones, con la excepción precisamente de las más grandes y con más capacidad financiera.
El cuadro macroeconómico del Gobierno con previsiones para 2024, 2025, 2026 y 2027 señalan un cambio de tendencia en esta atonía, más pegada a los datos de “las grandes empresas” de la Agencia Tributaria. Según estas proyecciones, es vital el papel del Plan de Recuperación, que tiene su pico de incidencia en el PIB en este 2024 y en 2025.
“En un contexto de sólido crecimiento estructural, la inversión y el consumo privado serán los principales motores de demanda entre 2024 y 2027. El escenario macroeconómico contempla una aceleración de la inversión en el horizonte de proyección, en especial de los bienes de equipo, gracias a la recuperación de los niveles de confianza empresarial y el continuado impulso del Plan de Recuperación”, explica el equipo de expertos del Ministerio de Economía.
Las empresas tienen que coger el relevo al 'esfuerzo' inversor del Estado en los últimos años, ya que la exigencia de contener el gasto público de las nuevas reglas fiscales de la Unión Europea (UE) frenará irremediablemente este impulso al crecimiento de la actividad (del PIB). El corsé fiscal comunitario se ha reactivado este año para garantizar “la sostenibilidad de las cuentas públicas” —tras permanecer suspendidas desde 2020 para permitir la respuesta al shock sanitario, social y económico de la COVID—.
Datos positivos de ventas de las empresas
Este jueves también se publicó la estadística de Ventas, Empleo y Salarios en Grandes Empresas y Pymes hasta el segundo trimestre (la Vesgep). Estos datos, también de la Agencia Tributaria, no detallan la inversión como sí lo hace la Vesge (que se ciñe a las grandes sociedades). Pero extiende la muestra a 1,1 millones de empresas. Hay que tener en cuenta que en ambas estadísticas “están excluidas [además del sector financiero, el energético, el público, la sanidad y la educación] las sociedades que operan exclusivamente en los territorios gestionados por las haciendas [forales] del País Vasco y Navarra y, en el caso de las variables obtenidas de los modelos de declaración del IVA, las empresas que lo hacen en los territorios que quedan fuera del ámbito de aplicación de dicho impuesto (Canarias, Ceuta y Melilla)”.
La Vesgep muestra cifras positivas de ventas de las empresas, que aumentaron un 1,6% en el segundo trimestre en total, frente al mismo periodo del ejercicio anterior, pese a la caída de un 1% de las exportaciones. La cifra negocio de las sociedades en España encadena trece trimestres consecutivos de incrementos (desde el segundo trimestre de 2021) —en tasa interanual y eliminando el efecto de la inflación—.
Si se realiza un análisis sector por sector, se percibe que “las industrias extractivas”, “el transporte y almacenamiento”, “los servicios sociales, culturales, recreativos y otros” y “otros servicios a la producción [contabilidad, auditoría, arquitectura, ingeniería, marketing, limpieza...]” han logrado crecimiento crecimientos de entre el 25% y el 30% desde 2019. Mientras, resaltan todavía más “las actividades inmobiliarias”, con un 51%.
Entre los datos más contundentes que se pueden extraer de esta estadística está la diferencia entre ventas y compras de las empresas. Esta aproximación a un margen bruto de beneficios se ha disparado en los últimos trimestres el cálculo total, alcanzando máximos históricos (en el último gráfico).