La luz sale más cara y comprar un móvil más barato: así han cambiado los precios tras una década de crisis

A principios de 2008, con la crisis bancaria a punto de estallar y la tasa de paro todavía alrededor del 10%, una tienda de “todo a un euro” abre en la esquina de tu calle. Si el negocio hubiera aguantado estos diez años de crisis sin cerrar, hoy tendría que llamarse “todo a 1,15 euros”. Esa diferencia (15% más) es lo que ha variado, de media, el nivel de precios de los bienes y servicios de consumo en España entre 2008 y 2018, medido según el Índice de Precios de Consumo (IPC).

¿Qué significa esto? ¿Que los precios de la cerveza, el agua o los aguacates han subido por igual un 15%? No, esto es una media general de cuánto ha subido el coste de la vida en ese periodo. Esto supone que hay servicios o productos que pueden haberse encarecido mucho, otros que han subido un poco de precio o también que algunos artículos sean ahora más baratos que en 2008.

Para comprobar qué productos y servicios se han encarecido y se han abaratado durante la crisis, eldiario.es ha analizado los datos mensuales del IPC en 85 productos distintos entre septiembre de 2018 y enero de 2008.

¿Cuánto ha subido la factura de la luz en una década de crisis? ¿Y el alquiler? ¿Cuesta lo mismo hoy comprarse un ordenador que hace un año? ¿Qué es más barato hoy respecto a enero de 2008? Compruébalo tú mismo en el siguiente gráfico:

Los datos señalan algunas tendencias claras durante una década de crisis. Hoy, sale un 70% más caro comprar un anillo respecto a lo que  podría costar en enero de 2018. Una subida que seguramente ha tenido más impacto en los tramos de población de mayor renta. Sin embargo, las subidas de precios en los últimos diez años también afectan a algunos de los bienes más básicos.

Pagar las facturas de la luz y el agua, abonar las mensualidades del alquiler o incluso comer fruta sale hasta un 50% más caro que hace una década. Un aumento del coste de la vida que también se ha notado en los sectores más golpeados por la crisis: sanidad y educación. Con el aumento de la tasas universitarias, el precio de la enseñanza superior ha subido un 55%, y los seguros de salud han crecido un 63%.

La tecnología, por el otro lado, es mucho más barata que en 2008. Comprar un teléfono sale casi un 75% menos que hace diez años. Pasa igual al adquirir ordenadores, cámaras fotográficas o televisores, que se han abaratado a más de la mitad de su precio original.

En la cesta de la compra, pocas cosas salen hoy más baratas respecto a hace una década. Si en enero de 2008 te podías gastar 100 euros en el supermercado, hoy pagarías de media 112 euros por la misma cesta. Pero esta subida no afecta a todos los alimentos y bebidas sin alcohol por igual. Las fruta, legumbres, hortalizas o el pescado están entre los artículos que más se han encarecido.

El coste de la carne y los productos azucarados como el chocolate y las golosinas suben ligeramente de precio y los lácteos son el único grupo alimenticio que está más barato que hace una década.

Además de la factura del supermercado, el coste de la vida se ha disparado dentro de las casas. La factura de servicios básicos como el agua, la luz, la basura o el gas ha crecido hasta un 50% desde 2008.

Precisamente, es el precio de la electricidad el que más ha subido y ya está en el segundo punto más alto de la década: solo en enero del año estuvo tan cara la factura eléctrica como actualmente. Una anomalía dentro de Europa que nos ubica entre los cinco países con la luz más cara.

La inflación también ha encarecido el movimiento de los residentes dentro de las ciudades y la conectividad entre los distintos territorios. Aunque esta subida es generalizada, es en los transportes colectivos (avión, autobús, tren) en los que más se ha notado esta escalada de precios.

A pesar del auge de las compañías aéreas de bajo coste, el transporte aéreo es el modelo que más se ha encarecido durante la crisis. Comprar un billete de avión en septiembre de este año sale un 34% más caro que en 2008. Un precio que fluctúa mucho a lo largo del año y que alcanza sus picos en los meses estivales.

Adquirir un coche o comprar sus piezas y accesorios, sin embargo, apenas ha subido de precio en la última década: un 8% más.

La crisis también ha dejado mella en el coste de productos y servicios relacionados con la salud y el bienestar. Los seguros de hogar, viaje, coche y salud son los productos en los que que más ha crecido el coste en la última década.

El copago farmacéutico, introducido en la reforma sanitaria de julio de 2012, aumentó el coste de los medicamentos en los hogares españoles. En noviembre de 2012 el coste de los fármacos era un 27% más barato respecto a enero de 2008. En el mes pasado, el coste ha crecido un 11%.

En paralelo al crecimiento de ofertas de 2x1 en las ópticas españolas, la compra de gafas graduadas y audífonos está entre los productos que se abaratan durante la crisis: un 8% menos.

En un periodo de crisis para la prensa de papel, que han perdido una gran parte de la difusión en la última década, discurre en paralelo a un aumento de los precios. Comprar un periódico o una revista sale hoy un 25% más caro que en 2008. Es el artículo de ocio o cultural que más se ha encarecido durante la crisis.

Una tendencia que se repite en otros productos culturales como comprarse un libro, ir a un museo o conseguir una entrada para un concierto. Se abarata la tecnología y el ocio digital: adquirir un televisor, una cámara fotográfica o un ordenador personal es hasta un 60% más barato que al inicio de la recesión.

Las adicciones perjudiciales para la salud, alcohol y tabaco, también se han visto afectadas por la escalada de precios. El mercado de los cigarros ya poco tiene que ver con el que existía antes de la crisis. Las medidas destinadas a reducir su consumo, como la ley antitabaco y las subidas de impuestos, prácticamente han duplicado el precio de cada cajetilla. Hoy, comprar cigarros sale un 80% más caro que en 2008.

Beber una cerveza, una copa de vino o un ron es más que hace una década pero el coste no ha subido tanto como en los cigarrillos. Las consecuencias parecen claras: una investigación de El Confidencial demostró que los españoles fuman la mitad que al inicio de la crisis mientras que el consumo de cerveza se ha disparado en el mismo periodo.