Declarada en quiebra la sociedad del magnate José María Aristrain, acusada de defraudar a Hacienda 211 millones

Una jueza de Luxemburgo acaba de declarar en quiebra a Corporación JMAC BV, la sociedad que tiene en ese país el multimillonario José María Aristrain de la Cruz, acusado por la Fiscalía española de un fraude fiscal de 211 millones de euros y absuelto hace año y medio en primera instancia por la Audiencia Provincial de Madrid.

La jueza del Tribunal de Primera Instancia de Luxemburgo Muriel Wanderscheid dictó el pasado 11 de agosto un decreto de declaración de suspensión de pagos de esa sociedad, equivalente al concurso de acreedores en España. 

Un extracto del decreto se publica en dos periódicos luxemburgueses y en el Registro Mercantil de ese país. “Sin embargo, la sentencia que declara la quiebra de la empresa no puede consultarse”, dicen a elDiario.es fuentes judiciales del Gran Ducado. Esas fuentes no detallan los motivos de la decisión de la jueza.

En 2021 Corporación JMAC BV contabilizaba 304 millones en activos, según las cuentas que depositó en Luxemburgo hace unos meses, cuando entregó de golpe sus estados financieros de los ejercicios 2018 a 2021, tras tres años sin dar señales de vida.

Esta empresa tiene un papel fundamental en el caso Aristrain, en el que la Administración se juega cientos de millones de euros, en uno de los mayores litigios fiscales de la historia de España. En el pleito, que arranca con una denuncia en la Fiscalía presentada por la Agencia Tributaria en junio de 2011, hasta ahora la suerte se ha decantado a favor del multimillonario.

En enero de 2022, tres jueces de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Madrid absolvieron al empresario de todos los delitos de los que se le acusaba, rechazando asimismo cualquier tipo de responsabilidad civil de esa sociedad de Luxemburgo. Tras el varapalo de la Audiencia, la Fiscalía decidió recurrir la sentencia, según informó El País.

Los magistrados determinaron que “la prueba practicada es insuficiente y no permite tener por acreditado que el acusado simulara un traslado de su residencia habitual durante los años 2005 a 2009, ni que la dirección efectiva de Corporación JMAC BV estuviera en España”. 

Los magistrados no consideraron probado que el magnate permaneciera en España más de 183 días en el año 2006, “ni tampoco en alguno de los tres siguientes, 2007, 2008 y 2009”. Y ante la “duda razonable” sobre la culpabilidad de Aristrain, el conocido como magnate del acero fue absuelto.

En el caso de Corporación JMAC BV, asumieron la tesis de su defensa: que su constitución no fue “más que el legítimo ejercicio de la libertad de establecimiento, admitido por la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea incluso cuando tenga por finalidad la obtención de un más favorable tratamiento fiscal”.  

El Ministerio Público y la Abogacía del Estado consideraban a Corporación JMAC BV, ahora en concurso en Luxemburgo, como responsable civil de los delitos contra la Hacienda Pública por los que acusaron al multimillonario. En sus conclusiones definitivas, reclamaron que Corporación JMAC BV fuera condenada a pagar más de 131,9 millones en concepto de responsabilidad civil y otros 263 millones de multa.

La Fiscalía pidió inicialmente para Aristrain 64 años de cárcel por quince delitos fiscales, el pago en concepto de responsabilidad civil de 210.980.706,23 euros y que se le impusiera una multa de 1.190 millones. Pero nada más arrancar el juicio los magistrados ya dieron por prescritas varias imputaciones, por las cuales se solicitaban 24 años de cárcel y 410 millones de multa. 

La acusación mantenía que el industrial diseñó una compleja estructura societaria para no tributar en España por las ganancias de esos años mientras fingía vivir en Gstaad (Suiza), cuando en realidad lo hacía en un chalé de 2.655 metros cuadrados de superficie en Pozuelo de Alarcón (Madrid). El año pasado ese inmueble estuvo en venta en idealista por 7 millones.

Y en ese esquema de presunto fraude tenía un papel protagonista Corporación JMAC BV, la sociedad que ahora ha declarado en quiebra la jueza Wanderscheid.

Aristrain creó esa empresa en diciembre de 1998, tras convertirse en accionista de Aceralia aprovechando la ola de privatizaciones del gobierno de José María Aznar. Inicialmente, la radicó en Países Bajos, siguiendo los consejos del bufete Cuatrecasas, para, según la Fiscalía, acogerse “artificiosamente” y de forma “abusiva” al “muy beneficioso” tratamiento fiscal de aquel país para ese tipo de sociedades “mediante la exención de tributos de los dividendos repartidos por las sociedades participadas y las plusvalías obtenidas por las ventas de dichas participaciones”. 

En 2002, y en paralelo al proceso de opas que derivó en la creación de ArcelorMittal, Corporación JMAC BV pasó a estar domiciliada en Luxemburgo, donde está la sede del gigante siderúrgico. El multimillonario pasó entonces a tener un 4,1% de esa multinacional, por debajo del 5% que dejaba exentos de impuestos los dividendos la legislación holandesa.

Así que Corporación JMAC BV se trasladó al Gran Ducado, donde “continuaría gozando de la exención de tributación de los dividendos repartidos y plusvalías obtenidas”, según la Fiscalía. Y “los beneficios obtenidos por Corporación JMAC, B.V. eran en parte reintroducidos en España y en parte desviados a otras sociedades radicadas en territorios considerados como paraísos fiscales” como Islas Vírgenes o Malta. 

1.200 millones de dólares

Para su defensa en este proceso judicial, Aristrain contó con, entre otros, los servicios del conocido penalista y ex juez de la Audiencia Nacional José Antonio Choclán, que ha defendido a Francisco Correa, Cristiano Ronaldo, Cristina Cifuentes o a la familia Carceller.

La defensa de esa sociedad luxemburguesa corrió a cargo del bufete Écija, y en concreto, su vicepresidente, Pablo Jiménez de Parga, hijo del exministro y expresidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga, secretario de Prisa o el Atlético de Madrid o máximo accionista del Real Zaragoza FC.

Fuentes de Écija han declinado hacer declaraciones: “La firma no tiene ni ha tenido ninguna intervención en ningún procedimiento que se haya podido llevar, en el pasado o actualmente, en Luxemburgo”, indican.

Aristrain es una de las personas más ricas de España. El último listado de Forbes le coloca en el puesto 23 del ranking de ricos españoles y entre los 2.400 seres humanos más acaudalados del planeta. Actualmente le atribuye una fortuna de unos 1.200 millones de dólares que incluye una participación de en torno al 2% en ArcelorMittal o un 11% de la cotizada española Tubacex, primer fabricante mundial de tubos de acero inoxidable sin soldadura. 

Este último paquete cuelga de Corporación JM Aristrain, SL, que lleva años sin presentar cuentas en España y de la que tiene un 83,71% la sociedad luxemburguesa ahora declarada en quiebra. Esta participación, con un valor contable de 239 millones, figura junto a otras como WASP Limited, domiciliada en Malta y con activos de 176 millones, según las últimas cuentas presentadas por esa empresa ahora en concurso.

La Fiscalía aseguraba que esa sociedad maltesa “corrió con los gastos de adquisición y mantenimiento del chalet en Suiza en el que trapaceramente el acusado fingía tener su domicilio, del yate de recreo denominado ”My Steel“, de los coches de lujo que integraban su colección automovilística particular así como otros gastos personales, utilidades que tampoco fueron declaradas”, se lee en la sentencia.

En paralelo a este procedimiento judicial, Aristrain fue denunciado a finales de 2021 por el Ministerio Público por posible insolvencia punible al simular la venta de un palacete en el centro de Madrid para eludir a Hacienda, según contó en El Periódico de España Rafael Méndez, el periodista que mejor ha seguido su rastro en los últimos años.

Unos meses después, el nombre del magnate apareció por primera vez en la lista de morosos de Hacienda de 2022, con una deuda de poco más de un millón de euros, aunque ha dejado de figurar en la publicada en junio pasado.

Nacido en 1962 en Annemasse (Francia), cerca de Suiza, aunque históricamente vinculado a Guipúzcoa, el magnate posee una de las mejores colecciones de coches del mundo, un palacete en Sevilla, latifundios en Andalucía y Extremadura, inmuebles en Alemania o Suiza, una ganadería de reses bravas y una manzana de edificios prácticamente entera en la calle Fernando el Santo del barrio madrileño de Chamberí.

Entre ellos está el del número 16 de esa calle, una de las zonas más caras de la capital. El inmueble, muy cerca de la Audiencia Nacional, de la sede del PP y de la Fiscalía General del Estado, es un referente de la arquitectura brutalista con un diseño inspirado en una plaza de toros que albergó la embajada de Reino Unido en España durante décadas y fue adquirido por Aristrain en 2009 por más de 50 millones de euros. El edificio salió al mercado a finales de 2022 para alquilarlo como oficinas.

El multimillonario apenas se deja ver en público y vive obsesionado por la seguridad, tras las amenazas que sufrió en la década de los 80 de la banda terrorista ETA. Aristrain acudió a las sesiones del juicio en una silla de ruedas, consecuencia, según dijo entonces su entorno, del desgaste provocado por ese proceso judicial, que desembocó en órdenes de embargo millonarias de la Agencia Tributaria.

El magnate heredó su fortuna con solo 24 años tras fallecer en 1986 en un accidente de helicóptero en la Costa Azul francesa su padre, José María Aristrain Noain. Este último se hizo de oro en el franquismo con el gigante siderúrgico que forjó a partir de un modesto negocio de chatarra.

Aristrain Noain, que en los años 80 llegó a ser la segunda fortuna española por detrás de José María Ruiz Mateos, ocultó durante años un patrimonio millonario en Liechtenstein y Suiza, como reveló la investigación de Los Papeles de la Castellana. Para ello, contó con la ayuda de Gregorio López-Bravo, exministro del dictador Francisco Franco y miembro, como el industrial, del Opus Dei.