El sector bancario español vive durante este curso una nueva oleada de despidos de trabajadores y cierres de oficinas. Una oleada que, en realidad, es una continuación de la que vive la banca desde la pasada crisis financiera. Esta evolución, impulsada por la concentración de entidades financieras y la búsqueda de una rentabilidad que nunca termina por aumentar, han convertido a España en uno de los países europeos donde las cinco principales entidades han ganado más cuota de mercado, más trabajadores se han quedado sin su puesto y más oficinas han echado el cierre. Y un dato más: es el país europeo con un menor número de empleados por oficina.
Es una de las conclusiones que puede extraerse de las estadísticas anuales del Banco Central Europeo, recientemente actualizadas al cierre de 2020. Si se divide el número de trabajadores total del sector bancario entre el número de oficinas que permanecen abiertas, España es el país europeo con un número más bajo, algo menos de 8. Únicamente Bulgaria se acerca al dato español. Dista mucho de otros grandes mercados como Italia o Francia, con 12, o Alemania, con 24. La media comunitaria se sitúa en 15,7, el doble que en España.
Esta ha sido una circunstancia habitual de la banca española desde hace mucho tiempo pero la distancia con otros países del entorno ha ido creciendo en los últimos años. Cabe recordar que esta ratio contempla el total de la plantilla de banca, no solo la que trabaja en las sucursales sino también en servicios centrales y otras divisiones de los bancos. Es por ello que se produce un dato tan destacado en Luxemburgo, con 140 trabajadores por cada sucursal, o en Países Bajos, con casi 80. Se trata de países con un sistema financiero bastante amplio pero no precisamente en la atención a los consumidores particulares.
No es la única peculiaridad española que se extrae de las estadísticas del BCE. España es el país europeo que más oficinas ha cerrado desde la crisis de 2008: 23.673. De hecho, una de cada cuatro sucursales bancarias cerradas durante estos últimos 12 años en toda la Unión Europea era española. Prácticamente todos los países europeos han reducido su red bancaria durante este periodo, pero ninguno tanto en términos absolutos como España. Ni siquiera Alemania o Francia. En términos relativos, más del 51% de las oficinas que estaban abiertas en 2008 están a día de hoy cerradas. Solo países más pequeños como Grecia o Letonia tienen un nivel más alto.
Habitualmente las grandes acciones de cierres de sucursales se han incluido en los expedientes de despidos colectivos. Pero no siempre. Por ejemplo, durante el año de la pandemia, en España se cerraron 1.600 oficinas, pese a que no estaba abierto ningún ERE, salvo los últimos coletazos de los de Santander y CaixaBank de 2019. Esta inercia que ya acompaña al sistema bancario español desde hace más de una década hace que, incluso en un año sin grandes recortes, siga siendo uno de los países que más oficinas cerró durante el pasado ejercicio. Solo Alemania, Francia y Polonia cerraron más.
Estas estadísticas no incluyen todavía el efecto de los cierres que se están acometiendo en los despidos colectivos de Banco Santander, Sabadell, Ibercaja o los que se acordarán en CaixaBank y BBVA. Por tanto, los cierres que se han producido durante el pasado ejercicio se deben ya a una inercia en el sector que se ha visto urgido en los últimos años a reducir costes, principalmente en base a oficinas y despidos, para adaptarse a los problemas de rentabilidad del sector, más grandes en España que en otros países de la UE. El ejercicio con mayor número de clausuras se produjo en 2013, con más de 4.400 sucursales desaparecidas, unas cifras a las que se acercará tras los nuevos ERE.
Con un cierre tan grande de oficinas en España sería de esperar que el ratio de trabajadores por sucursal hubiera sido mayor. Sin embargo, este ajuste en la red de los bancos ha ido acompañado de una drástica reducción de empleo. Han sido 105.065 trabajadores entre 2008 y el cierre de 2020, según las estadísticas del BCE. Únicamente Alemania, con un sistema financiero mucho más grande que el español ha reducido más el número de trabajadores de banca, con algo más de 110.000 personas. Con los ERE cerrados o en camino, España superará ampliamente esa cifra durante este ejercicio.
A nivel europeo han desaparecido en apenas 12 años casi un millón de puestos de trabajo en el sector bancario de la UE. En términos relativos supone que el 38% de la plantilla de la banca en España en 2008 haya desaparecido, frente al 30% de la media comunitaria. El caso español contrasta también con países como Francia, con un recorte de solo el 5%, Italia (19%) o Alemania (16%). Solo Grecia y Letonia han reducido en mayor porcentaje el empleo en este sector desde la pasada crisis.
Las estadísticas muestran que, a pesar de la ausencia de grandes ERE abiertos en 2020, fueron más de 2.000 despidos. Fuera de los expedientes colectivos, los bancos llevan años reduciendo sus plantillas mediante el acuerdo individual de salidas incentivadas con aquellos trabajadores de mayor edad o sin cubrir las jubilaciones que se van produciendo. El pasado año fue BBVA, que este 2021 ha presentado el primer ERE de su historia, el banco que redujo más su plantilla en 2020, sumando casi una de cada dos salidas en banca. Pese a ser cifras importantes, fue el ejercicio desde la pasada crisis financiera en el que menos despidos se produjeron en el sistema bancario español. Los datos de 2020 contrastarán con los de este año, en el que se espera que el ajuste de empleo se aproxime al de los peores años de la crisis financiera. Santander, Sabadell, Ibercaja, CaixaBank, BBVA y presumiblemente Unicaja cuando absorba a Liberbank han ejecutado o ejecutarán despidos masivos en los próximos meses.
Es tal el nivel de salidas del sistema bancario español que, incluso en el año con menos recortes desde que estalló la pasada crisis, España se sitúa entre los países europeos con más despidos durante el año 2020. Por delante se encuentran únicamente Polonia e Italia, cuyos principales bancos han realizado ajustes de empleo durante el pasado año y donde se superan los 6.000 despidos, y Grecia, que ha sumado otras 3.600 salidas a su ya adelgazado sistema bancario.
Las estadísticas del BCE muestran, sin embargo, un cambio de tendencia en algunos países. Mientras que España, Grecia o Polonia siguen con grandes ajustes de empleo en 2020 y los que se prevén en 2021, hay ya algunos mercados europeos donde las plantillas han vuelto a crecer durante el año de la pandemia. Es el caso fundamentalmente de Países Bajos, que ha sumado más de 4.700 trabajadores durante el último ejercicio, el primero desde la pasada crisis en las que no se recortan empleos en el país. Pero también Alemania ha ampliado su plantilla de banca en 2020, al sumar 2.846 empleos. Como ocurre con su país vecino, es la primera vez que la banca alemana no recorta empleo, sino que lo crea.
Recapitulando, España es el país que más sucursales ha cerrado; el segundo con más trabajadores despedidos, solo superado por Alemania; y encabeza la lista de la UE de menos trabajadores por cada sucursal. La situación no mejorará este año, llamado a ser uno de los peores para el empleo en la banca de nuestro país desde la crisis financiera. Hay entidades que, incluso, ya han comenzado a hablar de nuevos recortes en 2022. Es el caso de Sabadell, que la pasada semana presentaba un plan estratégico en el que planteaba un recorte de costes en España de 100 millones de euros que afectará a la plantilla y las oficinas, sin aportar más detalles por el momento.
Dos ERE en la banca terminarán por aclararse presumiblemente durante la próxima semana. El primero, y el más claro, es el de BBVA. Las últimas concesiones planteadas por el banco en los últimos días ha aproximado posturas con los sindicatos y ambas partes se han citado el próximo martes para, a priori, cerrar el acuerdo. Serán finalmente, si nada cambia en los próximos días, 2.935 despidos y 200 trabajadores en excedencia incentivada por la empresa. Más complicado se antoja el acuerdo en CaixaBank, donde las posturas se encuentran más alejadas tal y como expresan públicamente los sindicatos. Durante los próximos días concluye el periodo formal de negociación del ERE, que podría ampliarse para lograr un acuerdo. En este caso fueron 8.291 despidos los propuestos por el banco, que luego fueron rebajados por la entidad con distintas recolocaciones. Sin embargo, los sindicatos no reconocen que éstas sean un avance y consideran que la cifra se afectados sigue siendo la inicialmente propuesta.
De esta manera, CaixaBank y BBVA sumarían, a falta de conocerse las cifras definitiva de los acuerdos unos más de 10.000 despidos. A ellos se añadirían los 3.572 empleos eliminados en Santander, los 750 despidos en Ibercaja, y las 1.800 bajas en Sabadell. Estos últimos despidos colectivos, aunque acordados a finales de 2020, se han ejecutado durante el comienzo de este año. En conjunto, serían 16.000 trabajadores menos en el sector financiero español. La cifra ascendería si Unicaja acomete este ejercicio el recorte de empleo tras absorber Liberbank.