El plan puesto en marcha por el Ministerio de Fomento para desviar el tráfico pesado de las carreteras convencionales a las autopistas en aquellos puntos de más concentración se extenderá sobre un total de 16 tramos y 1.300 kilómetros.
El objetivo de esta medida, según ha anunciado hoy la ministra de Fomento, Ana Pastor, en unos desayunos organizados por Europa Press es el de evitar la congestión de las carreteras convencionales, mejorar la seguridad vial y disminuir los costes.
El proceso puesto en marcha por su departamento se ha iniciado en Cataluña con unos “resultados excelentes”. Es el caso de la AP-7, donde se ha desviado el tráfico de camiones pesados con una bonificación del 50 %.
El pasado 20 de enero, Pastor avanzó que se está elaborando un plan en el que se analizan los lugares con tráfico intenso de camiones para que, a través de bonificaciones, se puedan desviar de las carreteras convencionales a la autopista con bonificaciones.
La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) se opone frontalmente a que se les prohíba circular por algunos puntos. Si bien, estaría dispuesta a que se dejaran abiertas las dos opciones: que exista una subvención al peaje, que según algunas informaciones podría ascender al 50 % de su coste, y se deje a elección del conductor elegir entre usar la autopista o la carretera convencional.
El PSOE también ha criticado la medida y asegura que el Gobierno pretende utilizar como argumento la seguridad vial y la congestión de las carreteras nacionales al querer penalizar a los transportistas con el pago del 50 % del peaje en esos recorridos con el único fin de subvencionar las pérdidas de las autopistas de peaje en quiebra.