El presidente de Audi, Rupert Stadler, ha sido detenido este lunes por su supuesta implicación en el caso de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen, del que forma parte Audi.
Según confirmó un portavoz de la multinacional alemana, las autoridades del país germano deben determinar ahora si el directivo permanece retenido, informa Europa Press. La fiscalía alemana incluyó al presidente de la firma de los cuatro aros entre los sospechosos acusados de fraude y publicidad falsa por el escándalo de las emisiones de vehículos diésel del grupo Volkswagen.
Además, la semana pasada registró el apartamento de Stadler y aseguró que está investigando a 20 sospechosos, entre los cuales también se encuentra otro miembro actual del consejo de administración de Audi.
Los fiscales alemanes aseguraron que todos los sospechosos están siendo investigados por presunto fraude y publicidad falsa y por su papel en ayudar a comercializar vehículos con software ilegal en el mercado europeo.
Hace dos semanas, la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania obligó a Audi a revisar los modelos A6 y A7 con motor diésel de tres litros y paralizara la venta de nuevos vehículos de este modelo por contar con un dispositivo ilegal para manipular las emisiones de gases contaminantes.
La KBA anunció a principios de mayo que había abierto una investigación a este respecto y Audi reconoció “incidentes” que habían llevado a la suspensión temporal de la entrega de los vehículos fabricados a los concesionarios.
Según informó el semanario “Der Spiegel” se trata de un nuevo “software”, distinto al que ya se había descubierto en diferentes modelos diésel del grupo Volkswagen dentro del escándalo de la manipulación de emisiones que se destapó en 2015.
El pasado febrero la Fiscalía Estatal de Múnich ya registró varios inmuebles de dos exdirectivos de Audi y otro trabajador más en relación a la investigación por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes.
A aquellos registros les precedieron los que la Fiscalía realizó el 6 de febrero en la sede central de Audi y en una planta de esta filial del Grupo Volkswagen como parte de las investigaciones por la manipulación de emisiones contaminantes en vehículos diésel.
En marzo del año pasado la Fiscalía de Múnich adelantó que investigaba a Audi por fraude y publicidad ilegal en la venta en EE.UU. entre 2009 y 2015 de alrededor de 80.000 vehículos.
Según explicó entonces, la sospecha era que se habían instalado dispositivos para manipular los valores de las emisiones con el fin de cumplir los límites fijados en Estados Unidos, sin informar a los compradores.
En enero la Oficina Federal de Vehículos a Motor (KBA) de Alemania, dependiente del Ministerio de Transportes, ordenó a Audi llamar a talleres y reparar más de 127.000 vehículos diésel manipulados.