Los 'vigilantes' que intentan que no caigas en ningún fraude de inversión: “Tenemos material para aburrir”

Analía Plaza

2 de febrero de 2021 22:50 h

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Cuando el pasado mes de septiembre contamos en estas páginas la historia de Arbistar —una plataforma con sede en Tenerife que prometía un 1% diario de rentabilidad y en la que un juez ya ha visto estafa piramidal—, mencionamos la que parecía la siguiente en explotar. Se llama Kuailian, está fundada por cuatro españoles, prometía una rentabilidad de entre el 6% y el 17% mensual y la CNMV ya la había incluido en su listado de entidades advertidas. Desde entonces, la captación de usuarios de Kuailian ha caído con creces. La plataforma retiene el dinero de sus inversores durante mil días antes de permitir que lo saquen.

“Aguantan gracias a eso”, apunta Chuiso, un youtuber y divulgador que les tiene fichados desde hace tiempo. “Han bajado los retornos de inversión e intentan alargar su superviviencia para captar nuevos inversores”. Chuiso ha analizado el rendimiento de Kuailian —lo que uno gana si mete su dinero ahí— y ha observado una llamativa caída. Es, explica, la fórmula para que el esquema piramidal sobreviva. Con lo que antes pagaban a uno, ahora pagan a más. Y como los inversores no pueden sacar su dinero porque está retenido, la bomba no estalla. Todavía.

Chuiso es una de las personas más activas alertando de los presuntos fraudes que proliferan en internet. En elDiario.es hemos tratado varias tipologías, todas cortadas por un patrón común: prometer duros a pesetas, rentabilidades disparatadas que no da ni el mejor fondo de inversión.

Están las empresas de crowdlending (préstamos entre personas) que dejan tirados a sus inversores y se esfuman con el dinero, como las bálticas Kuetzal y Envestio, que cayeron a principios de 2020. Están los esquemas multinivel con producto, siendo el más popular InCruises, que capta a jóvenes bajo la promesa de “ganar dinero viajando”. Y están los multinivel con criptomonedas, que dicen tener sofisticados algoritmos para sacarles rentabilidad.

“Este tipo de empresas se articulan sobre la desinformación que la gente tiene sobre el producto. Se llama a lo complejo y a la cultura de la necesidad”, añade Esteban García, un abogado canario que lleva casos de afectados por Arbistar y otras plataformas que han dejado de pagar, como Nimbus, y Mind Capital (fundada por Gonzalo García-Pelayo, de la familia Los Pelayos, famosa por su método para ganar al casino). “Nadie razonable se cree que le van a dar un 10% por una inversión. Luego ni siquiera reconocen que están metidos en una estafa y no quieren salir. Entran en dinámicas de 'sí, me pagarán'”.

García llegó a este mundo gracias a otro 'vigilante' de YouTube: el usuario Davidoski, que sin ser demasiado popular fue de los primeros que avisó sobre Arbistar. Davidoski tiene vídeos de casi todas las plataformas sospechosas y consejos para “aprender a no ser estafado”.

“Hace un año empecé a curiosear porque un cliente mío invirtió”, cuenta el abogado. “Me lo comentó, a ver qué me parecía, y le dije que era un atrevimiento. Empecé a seguir el tema y a ver que detrás de cada plataforma siempre hay alguien con trayectoria en esquemas piramidales. Entré en varios canales de Telegram para precisar cosas, pero creo que no dio ningún resultado. Y a los YouTubers que alertaron sobre Arbistar les costó disgustos, porque les amenazaban”. Por contextualizar: Santiago Fuentes, el líder de Arbistar, es un profesional de los esquemas piramidales que salió absuelto de la anterior estafa con la que se le relacionó, Finanzas Forex (el 'Madoff español').

Alertar —con vídeos, en foros, con análisis publicados en hilos de Twitter— es una tendencia en auge. “Hay material para aburrir”, reconoce Chuiso en conversación con elDiario.es. “Hay mucha gente dentro, miles de personas atrapadas en esquemas así”. Recomienda la investigación de otro youtuber, Tamayo, sobre la “academia de Forex” IM Academy y los hilos de Twitter de Tulip Research, un usuario con conocimiento sobre criptomonedas que analiza con detalle el funcionamiento de las plataformas y anuncia las que van surgiendo. Una de las últimas en el punto de mira de los consultados es Bull Run, cuya portavoz procede de Mind Capital. “Esto es un no parar”, afirma. Tulip Research prepara una lista para explorar presuntas estafas relacionadas con las criptomonedas.

Dos de los alertadores con más exposición son Simón Pérez y Silvia Charro, famosos por aquel vídeo viral en el que recomendaban las hipotecas a tipo fijo. También alertaron de Arbistar pronto y no dudaron en entrar públicamente a las amenazas de Fuentes, que les llamó “yonkis justicieros”.

“Vimos que el tema tenía mucha tirada en YouTube. Durante el confinamiento le dimos caña al tema de las estafas: tenía tráfico y era una forma de blanquear nuestra marca personal”, reconoce Pérez en conversación con elDiario.es. Economista de formación, insiste en sus vídeos en la “santísima trinidad de la regulación. Aquí tienes la CNMV, el Banco de España y la Dirección General de Seguros. No deberías meter tu dinero en nada que no esté bajo uno de los tres”.

Como parte de su nuevo posicionamiento, Pérez y Charro han abierto un foro especializado en el tema: Foroestafas. Por la procedencia del tráfico detectan qué nuevos proyectos son sospechosos y en qué países hay más afectados. “Ganancias Deportivas es el que más está tirando. Y Xifra, que pasa muy desapercibido en España pero no en Latinoamérica. Estos dicen que tienen un fondo de inversión que lleva dentro marihuana, trading, cripto... Todo lo que suena mal hoy en día”.

Uno de los problemas a los que se enfrentan los alertadores es que, técnicamente, uno no puede llamar “estafa” a algo hasta que no lo dicte un tribunal. “Tienes que tener cuidado”, reconoce Chuiso. “Debes usar 'presuntamente' y decir que es 'tu opinión' cuando lo llamas estafa. De Kuailian me han contactado varias veces. Ellos tienen sus abogados, yo el mío y si me quieren denunciar, pueden hacerlo. Tendrán que demostrar que existe lo que dicen que hacen”.

Alertar y que se entere la gente

En España, cualquier empresa que preste servicios de inversión o mueva fondos de terceros debe solicitar una licencia de actividad al regulador, la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Si no lo hace, tarde o temprano pasará a formar parte de la lista de “chiringuitos financieros” o de “otras entidades” con advertencia. Los chiringuitos son empresas sin licencia que realizan actividades que requieren supervisión; las otras entidades, empresas que captan fondos o prestan servicios financieros y no han solicitado licencia.

La CNMV actualiza con frecuencia ambos listados. “La detección, vigilancia y alerta de chiringuitos es una de las principales tareas del departamento de inversores”, explican fuentes del organismo. Analizan información que aportan los afectados y cuentan con un “equipo específico que rastrea internet y redes sociales”. La actividad de los chiringuitos ha aumentado desde que comenzó la pandemia, añaden, razón por la cual han aumentado los recursos dedicados y el número de advertencias.

La CNMV debería aprender del Twitter de la Policía, por ejemplo, que hace años se supo adaptar a todo esto

La CNMV no alertó a tiempo del fraude de Arbistar (aunque sí de su líder, Santiago Fuentes) pero en el último año ha lanzado alertas sobre Kuailian, Mind Capital, Ganancias Deportivas, Nimbus y IM Academy, por mencionar a las más famosas. Envía un email a la prensa que suelen recoger las agencias de noticias e incluye a las entidades advertidas en su base de datos con buscador, que no siempre posiciona en Google. Y ahí termina su papel.

“La CNMV debería dar un giro de 180º”, considera Chuiso. “Me da la sensación de que hace falta gente joven y con conocimientos de redes sociales, internet y marketing para que puedan tener un tacto real de lo que se mueve y lo que se vende. Dar avisos cuando un ponzi ya está en fase de exit scam [cuando la gente ya no puede sacar su dinero] sirve de poco y nada. No tienen presencia en redes sociales ni avisan o protegen al público objetivo de estas estafas. Deberían de aprender mucho del Twitter de la Policía, por ejemplo, que ya hace años se supo adaptar a todo esto”.

Los consultados apuntan, además, a la responsabilidad de YouTube. Hay canales que viven de vender ponzis —sugieren los nombres de Miguelox, que aún promociona a Nimbus, y de Crytposhark, que ya habla bien de BullRun— y cuyos vídeos no se borran ni incluyen ninguna alerta.

Desde la compañía dirigen a sus guías de contenido, que aseguran que “menos del 1% del contenido que se ve en YouTube en Estados Unidos [no dan datos de España] se acerca peligrosamente a lo que se consideraría una infracción de las normas de la comunidad. Nuestros sistemas de recomendación no muestran este contenido de forma proactiva, lo que ayuda a mantener a raya el contenido cuestionable o los vídeos que divulgan información falsa”. Asimismo, aseguran que el 25,5% de los vídeos que retiran tienen que ver con spam o estafas. Es la segunda categoría con más retiradas, después de la de seguridad infantil.

Incluso aunque la CNMV haya lanzado su alerta, sigue siendo necesario divulgar para la gente que aún está dentro. Un truco de estos esquemas es prometer que devolverán el dinero aunque el asunto ya haya estallado. O devolver pequeñas cantidades para retener a la gente. “Yo le hice una entrevista al creador original de Ganancias Deportivas. Le dije: hacemos un vídeo y lo cuentas todo, a ver si así la gente recapacita. Mucha gente sabe que es un esquema piramidal, pero como sigue funcionando no sale”, concluye Chuiso. “Y la de Los Pelayo, Mind Capital, ahora te pide muchos datos (el famoso Know Your Customer) para sacar el dinero. Lo usan como excusa, porque si tienen que pagar a todo el mundo la pirámide se derrumba. El regulador debería adaptarse e impactar a la gente que suele ser víctima de estas estafas”.