El vicepresidente e ingeniero de Amazon Web Services Tim Bray ha dimitido y publicado una carta en la que acusa a la empresa de despedir a los trabajadores más críticos con sus condiciones de trabajo.
“Renuncio consternado ante Amazon despidiendo a quienes levantaron la voz por los empleados de almacén preocupados por el Covid-19”, comienza la carta.
Bray trabajaba desde 2014 en la oficina de Vancouver de Amazon Web Services, la división de almacenamiento web de la compañía.
Su escrito narra cómo, al empezar la crisis del coronavirus, Amazon despidió a un trabajador de almacén que reclamó mejores condiciones de protección. Aquello fue en Estados Unidos a principios de abril. La prensa accedió a un documento interno que desvelaba la estrategia de Amazon para justificarse. “[El trabajador] no es ni listo ni elocuente. Dado que la prensa quiere enfocarse en nosotros versus él, estaremos en mejor posición si solo explicamos por enésima vez cómo tratamos de proteger a los trabajadores”.
Los empleados de almacén acudieron entonces a los de 'cuello blanco', del área tecnológica, que disfrutan de mejores condiciones y salarios más altos. El año pasado, cerca de 9.000 de ellos se organizaron y crearon el grupo de Empleados de Amazon por la Justicia Climática (Amazon Employees for Climate Justice, AECJ). Estos prepararon y enviaron una petición de firmas en la que demandaban mejores medidas protección en almacenes.
Amazon despidió entonces a dos de las líderes del movimiento, Emily Cunningham y Maren Costa. “Las justificaciones fueron de broma: estaba claro que se las despidió por denunciar”, continúa la misiva de Bray.
“La empresa podía haberse opuesto, exigido que se excluyera a personas externas, que los jefes estuvieran representados o cualquier otra cosa. Pero, simplemente, despidieron a las activistas”, añade. “En ese momento estallé. Lo escalé internamente. Una vez hecho esto, seguir como vicepresidente de Amazon hubiera significado estar de acuerdo con las acciones que criticaba. Por eso dimití”. Bray apunta además que todos los despedidos son personas “de color, mujeres o ambos”. “Seguro que es una coincidencia, ¿no?”, dice.
En su carta, el ex-vicepresidente añade varias frases que en su opinión describen los despidos de activistas: “mierda de gallina” ['chickenshit'], “matar al mensajero”, “no conocer el efecto Streissand” o “diseñado para crear un clima de miedo”. Los sindicatos de almacenes españoles también reclamaron al comienzo de la crisis mejores medidas de seguridad. Amazon no cerró sus almacenes, pese a haber detectado casos de coronavirus en la plantilla.
“Despedir a denunciantes no es solo un efecto colateral de las fuerzas macroeconómicas. Es la evidencia de la toxicidad que recorre la cultura de la compañía”, concluye Bray. “Los trabajadores de almacén son débiles y se debilitan cada vez más, debido al desempleo masivo y al seguro sanitario ligado a un puesto de trabajo en Estados Unidos. Serán tratados como mierda debido al capitalismo. Cualquier solución empieza con su fuerza colectiva”.