Viernes, ¡por fin! O no. Para muchos trabajadores, el fin de semana ya no es sinónimo garantizado de descanso. El domingo, tradicionalmente jornada de respiro laboral por excelencia, lo es cada vez menos. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) apuntan que 4,3 millones de personas en España trabajaron al menos un domingo al mes en 2018, un 22% de los trabajadores. Uno de cada cinco. Se trata de la cifra más alta registrada por la encuesta, con datos desde 2006.
Susana (nombre ficticio) es una de estas trabajadoras. Está empleada como dependienta en unos grandes almacenes de Madrid, comunidad en la que el Gobierno de Esperanza Aguirre inició la liberalización total de los días de apertura en el comercio en 2012, de tal modo que los comerciantes pueden escoger los días que abren sus negocios independientemente del tamaño. “Trabajo un domingo sí y libro los dos siguientes. La semana que trabajo en domingo libro un día de esa semana de lunes a jueves, nunca viernes ni sábado”, explica la joven, de 25 años.
Los datos de la submuestra de la EPA sobre condiciones laborales dibujan el aumento progresivo del número de personas que, como Susana, trabajan durante el fin de semana. La cifra de las personas que declaran haber trabajado al menos un sábado al mes fue de 7.037.900 en 2018, un 36,4% del total de ocupados. En 2006, primer año para el que INE aporta datos, el número era un 7% inferior (6,6 millones) y representaban un porcentaje menor respecto al total de trabajadores en ese momento (un 32,9%).
Aumento del 30% respecto a 2006
Los domingos, aunque trabaja menos gente que los sábados, están experimentando un gran crecimiento como escenario laboral. En 2018, 4.290.100 personas aseguraron que trabajan al menos un domingo al mes, un 22% del total de ocupados. La cifra era un 30% inferior en 2006: 3.328.400 personas. Entonces, representaban el 17% de los trabajadores.
“Lo que se puede ver dado el avance progresivo es que, aunque aún son mayoría las personas que no trabajan durante el fin de semana, el modelo tradicional de horario de lunes a viernes se va eliminando. Se está avanzando en la laboralización del fin de semana”, explica Luiz Zarapuz, del gabinete económico de Comisiones Obreras. El economista precisa que, al no ofrecer el INE la información desagregada por sectores de actividad, no es posible sacar conclusiones detalladas sobre el origen de este aumento.
El crecimiento del empleo en las actividades turísticas y de ciertos servicios, como la hostelería, podría explicar en parte este incremento, ya que son áreas en las que el trabajo durante el fin de semana es habitual. Pero, recuerda Zarapuz, puede haber detrás también otros factores, como la extensión de este tipo de jornadas atípicas en sectores que antes no solían ampliar sus horarios a los sábados y domingos. “Pero sin la información por sectores no lo podemos saber, lo que vemos es el aumento general”, sostiene.
Por Comunidades Autónomas, las que más proporción de trabajadores tienen con horarios en domingo respecto a su total de ocupados son Canarias (33%), Baleares (27%) y Andalucía (26%).
La subida se debe a los empleados
Lo que sí diferencia el INE es si los ocupados que trabajaron en domingo son autónomos o si están empleados por cuenta ajena. Fruto de esta distinción se observa que el gran aumento de personas que trabajan en domingo se adjudica al incremento de estas jornadas en el caso de los asalariados: el número de empleados por cuenta ajena que trabajan en domingo se han disparado un 43% respecto a 2006, frente a la ligera disminución de los autónomos (-1%).
Si tomamos los porcentajes respecto al total de asalariados y de autónomos en 2018 y 2006, en ambos casos los datos han experimentado un aumento, de 6,2 y 3,6 puntos porcentuales, respectivamente. Así, en 2018 el 20,2% de los asalariados y el 32,5% de los autónomos declararon trabajar al menos un domingo al mes.
En la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), vinculada a UGT, explican que la liberalización del comercio en algunas comunidades, de manera general en la Comunidad de Madrid y en algunas regiones vinculado a las zonas turísticas, empuja a muchos autónomos a abrir sus negocios para competir con los grandes almacenes, “fundamentalmente del textil”, explica su presidente, Eduardo Abad.
La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED) –que cuenta entre sus asociados con El Corte Inglés, Fnac y Ikea, entre otros– apuesta por que las Comunidades Autónomas extiendan la liberalización de apertura a los domingos y festivos para facilitar la competencia frente al comercio electrónico. Eduardo Abad considera que este enfoque es erróneo: “No por abrir más tiempo se vende más. El consumidor tecnológico, que consume a través de las nuevas tecnologías, lo hace fuera de horas muchas veces, como por la noche”. Por ello, en opinión del presidente de UPTA, ese consumidor online seguirá comprando por Internet aunque los comercios abran más horas o durante más días.
“Me pagan igual un domingo que un martes”
En el análisis del aumento del trabajo durante los fines de semana se debe abordar también en qué condiciones se realiza, sostiene Luis Zarapuz, ya que en algunas ocasiones supone una pérdida de derechos adquiridos por los empleados.
Susana explica a eldiario.es que en su puesto actual no obtiene “ninguna remuneración especial” por trabajar un domingo. “Me pagan igual un domingo que un martes”, resume. En cambio, en otro comercio en el que estuvo empleada en el pasado, también en el sector del comercio, sí se distinguían los turnos de domingo y los festivos con un mayor salario en esos días.
Lo mismo le ocurre a Marta (nombre ficticio), enfermera en una residencia de ancianos de la provincia de Cádiz. “No me pagan más aunque trabaje en domingo o festivo. La verdad que sí me motivaría más a ir en esos días al trabajo si, al menos, estuvieran mejor pagados”, explica a este medio. La sanitaria tiene claro que dejaría su puesto de trabajo si le ofrecieran un empleo de lunes a viernes.
La aportación económica extra ha servido tradicionalmente para compensar los inconvenientes en la conciliación de la vida personal de los trabajadores en estos días considerados de descanso. “Cómo voy a conciliar si el sábado entro a las 16h hasta las 22h de la noche y el domingo tengo que empezar a las 11h y estoy ahí hasta las 21h. El domingo cuando empiezo mi jornada me da la sensación de que no he salido del trabajo”, explica Susana.
Esta dependienta considera que este tipo de jornadas deberían ser opcionales, para personas que prefieran trabajar durante los fines de semana para complementar sus ingresos o por cualquier otro motivo, como una ayuda durante los estudios, pero no que se instalen como una norma para toda la plantilla. Y menos aún, afirma, sin ninguna compensación adicional.