La economía del Reino Unido se contrajo en el segundo trimestre por primera vez desde 2012, un 0,2 %, entre temores a las consecuencias de la salida sin acuerdo de la Unión Europea (UE) que parece determinado a ejecutar el próximo 31 de octubre el primer ministro británico, Boris Johnson.
El sector manufacturero fue el más castigado, con una caída del 2,3 %, su peor dato desde abril de 2009, en medio de la crisis económica, y tan solo los servicios contribuyeron de forma positiva a la economía, con un crecimiento del 0,1 %.
La estimación preliminar de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) llega pocos días después de que el Banco de Inglaterra recortara dos décimas sus expectativas anuales de crecimiento, hasta el 1,3 %, por la incertidumbre que causa el “brexit” y las tensiones comerciales globales.
El conjunto del sector productivo cayó un 1,4 % y la construcción se frenó un 1,3 % entre abril y junio, según unos cálculos que han quedado por debajo de las expectativas de la mayoría de economistas, que esperaban que el PIB se mantuviera plano en el segundo trimestre.
Los datos pesaron además sobre la cotización de la libra esterlina, que ya ha retrocedido un 3,4 % respecto al euro desde el 24 de julio, cuando Johnson asumió el cargo como jefe de Gobierno.
Poco después de conocerse los datos del segundo trimestre, la divisa británica caía este viernes un 0,32 % frente a la comunitaria, hasta 1,0821 euros, y un 0,18 % respecto al dólar estadounidense, hasta 1,2112 dólares.
A pesar de la contracción en los tres meses hasta junio, el ministro británico de Economía, Sajid Javid, aseguró que las bases de la economía del Reino Unido siguen siendo “sólidas”.
“Los salarios están creciendo, el empleo está en niveles de récord y prevemos crecer más rápido que Alemania, Italia y Japón este año”, dijo Javid, que recalcó que “el crecimiento se está ralentizando en muchos países”.
El Reino Unido entraría técnicamente en recesión si el PIB del tercer trimestre vuelve a ser negativo, un dato que se conocerá el 11 de noviembre.
El Banco de Inglaterra calcula que existe un 33 % de riesgo de una recesión a principios de 2020 incluso con una retirada negociada del bloque comunitario y ha advertido de que las consecuencias de un “brexit” abrupto serían aún más duras.
“El primer paso para reavivar la economía es lograr un acuerdo sobre el 'brexit' antes de la fecha límite del 31 de octubre”, afirmó el economista jefe de la Confederación de la Industria Británica (CBI), Alpesh Paleja.
“El segundo es centrar la atención en prioridades nacionales vitales, como proyectos clave de infraestructuras, para impulsar la productividad y el potencial de crecimiento en el largo plazo”, agregó.
El primer economista del centro de estudio Instituto de Consejeros, Tej Parikh, sostuvo que la contracción en el segundo trimestre lanza al Gobierno una “señal de alarma” y supone la “confirmación de las preocupaciones que las empresas han expresado”.
“Dado que parece que la naturaleza de la salida del Reino Unido de la Unión Europea se determinará en el último momento, la economía se enfrenta a un trayecto accidentado en el tercer trimestre”, advirtió.
Otros economistas, en cambio, creen que el producto interior bruto británico reconducirá su rumbo entre julio y septiembre.
Sus análisis se basan en que la debilidad mostrada en el segundo trimestre se debe en parte a que la industria acumuló excedentes durante los tres primeros meses en previsión al “brexit”, originalmente previsto para el 29 de marzo, lo que frenó su actividad en las semanas posteriores a esa fecha.
Subrayan también que las compañías automovilística adelantaron sus paros anuales programados a marzo y abril, ante los posibles problemas que se preveían por la salida de la UE, pero estarán activas en agosto, lo que impulsará la economía.
“Esperamos que el PIB se recupere en el tercer trimestre”, afirmó en un comunicado la firma Capital Economics UK.
La Federación de Pequeños Comercios pidió al ministro de Economía que tome “acciones radicales” para evitar “un otoño caótico y un invierno muy largo”.
Javid avanzó este viernes que prevé presentar en septiembre una revisión del presupuesto del Estado para el siguiente ejercicio, en lugar del plan trianual que preveía publicar el anterior Ejecutivo, liderado por Theresa May.
La revisión se centrará en dotar a los diversos ministerios de la “seguridad financiera” necesaria para prepararse ante el “brexit”, destacó Javid.