La economía crece un 0,2% en el tercer trimestre por la resistencia del consumo al golpe de la inflación
La economía creció un 0,2% en el tercer trimestre por la resistencia del consumo al golpe la inflación, respecto al periodo entre abril y junio. El dato adelantado de PIB (Producto interior bruto) entre julio y septiembre confirma el frenazo de la actividad en España, aunque también refleja el impulso de la primera temporada turística completa y sin restricciones por la pandemia de COVID desde 2019.
En el segundo trimestre, el PIB rebotó un 1,5%, por encima de todas las grandes economías de la eurozona y de las previsiones. De nuevo, el estancamiento esperado para el tercer trimestre era más acusado, pero la sorpresa vuelve a ser positiva pese a la crisis energética y la incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania.
Según el dato publicado por el INE (Instituto Nacional de Estadística) este viernes, el principal motor del crecimiento durante el verano fue el gasto de los hogares, que avanzó un 1,1% frente al segundo trimestre. Solo un décima menos que lo que creció trimestralmente en ese periodo anterior.
“El sector turístico ha tenido un 'boom' espectacular, pero también el sector industrial sigue bien y las exportaciones han ido muy fuertes”, detalló este semana la vicepresidente primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Y añadió que se sigue creando empleo y que mes a mes “se refuerza la posición de España en este contexto tan difícil”.
“La economía española ha seguido creciendo, incluso en un trimestre marcado por el deterioro del entorno exterior y las subidas de los tipos de interés”, destacó este mismo viernes el Ministerio de Calviño. “La solidez del crecimiento se refleja en el ritmo de avance de la demanda interna, la cifra récord de exportaciones y el buen tono de la actividad industrial”, incidió.
De cara al conjunto de 2022, el Gobierno prevé un incremento de la actividad del 4,4%. El aumento interanual (respecto al mismo periodo del año anterior) de la actividad económica del 6,7% en el primer trimestre, del 6,8% en el segundo y del 3,8% en el tercero apuntan ya a una media en el año que prácticamente cubre esta nueva estimación.
Es decir, el propio Ejecutivo asumía una ralentización de la economía en el tercer y el cuarto trimestre. Este frenazo de la economía española en la segunda parte del año se debe al golpe de la inflación, incluso pese al positivo verano. De hecho, está siendo mucho más preocupante en la industria que en los servicios. Pero podría no ser “una recesión técnica”.
Con el crecimiento del tercer trimestre, el PIB de España está todavía un 2% del nivel previo a la pandemia, el del cuarto trimestre de 2019. Tanto Francia, como Italia y Alemania completaron antes la recuperación del shock de la COVID.
Impulso del Plan de Recuperación
“Por su parte, en un contexto de incertidumbre elevada y de expectativas de recesión a nivel europeo, el Plan de Recuperación impulsó un mayor dinamismo de la inversión en bienes de equipo y propiedad intelectual”, añaden fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos.
Por otra parte, las exportaciones volvieron a registrar un comportamiento muy favorable, superándose niveles históricos tanto en exportaciones de bienes como de servicios “y confirmando la buena salud de la competitividad de nuestras empresas”, concluye desde la institución de la que está al frente la vicepresidenta Calviño.
Lo más preocupante para nuestra país ahora es la pérdida de poder adquisitivo de las familias sin subidas de salarios, y con el Banco Central Europeo apretando todavía con sus subidas de tipos.
El principal dique de contención es la fortaleza del mercado laboral, aunque también se resiente. Por eso, el Gobierno intenta promover un acuerdo para que amortigüe el impacto de la subida de los tipos de interés en las hipotecas. Y los sindicatos subidas de sueldo.
Pero la banca en concreto y la patronal en general se resisten, y muchos trabajadores tienen ya verdaderos problemas con el esfuerzo que supone pagar la vivienda o cuando acuden al supermercado.
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