La economía española creció un 5,5% en 2022, por encima de todas las expectativas, según ha confirmado el INE (Instituto Nacional de Estadística) este viernes. El PIB (Producto Interior Bruto) se queda cerca de completar la recuperación tras el shock de la pandemia y lidera el avance entre los principales socios de la Unión Europea (UE).
El crecimiento de la actividad fue del 0,2% en el cuarto trimestre, respecto al trimestre anterior, por la resistencia del consumo privado y de la inversión de las empresas al golpe de la inflación. Eso sí, inevitablemente se dejó notar en la recta final del año.
En concreto, la demanda interna aguantó el daño histórico de las subidas de precios al poder adquisitivo de las familias y del aumento de los costes a las empresas (aportó 3,1 puntos al crecimiento), con un importante incremento del gasto de los hogares y de la inversión en 2022, frente a 2021.
“En un contexto internacional de enorme incertidumbre, marcado por las consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la economía española ha mantenido una gran solidez y resiliencia”, destacan fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos.
El sector exterior tuvo una importante contribución al crecimiento durante el año pasado, de 2,4 puntos, aún en un entorno de ralentización de nuestros principales socios comerciales.
Esta fortaleza se instala en el dinamismo de las exportaciones y por supuesto del turismo. Y en los últimos meses de 2022, en la caída del precio del petróleo o el gas en los mercados internacionales, que rebajó la factura de las importaciones.
“Se trata de un crecimiento equilibrado con una aportación positiva de la demanda nacional, impulsada por el consumo y la inversión, y un excelente comportamiento de las exportaciones, que refleja la competitividad de la economía española”, añaden en Economía.
En el cuarto trimeste, sí se hacen visibles ya las consecuencias de la inflación en el bolsillo de las familias y también de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). El consumo privado retrocedió un 1,8% en la recta final del año respecto al trimestre anterior, incluso con la moderación del IPC (Índice de Precios de Consumo) y el impulso de la primera campaña navideña sin ninguna restricción sanitaria por la COVID desde 2019.
El Gobierno ha aprobado distintos planes de choque para moderar el daño de la inflación a las familias. Y Economía defiende que las medidas focalizadas por renta han aliviado un 40% del daño de la inflación a los más pobres. La suma de estas medidas focalizadas (subida del 15% del IMV y de las pensiones contributivas, cheque de 200 euros...) y las de precios en general (bajadas de impuestos, descuento a los carburantes...) habría amortiguado en total un 60% de la pérdida de poder adquisitivo de las familias con menos ingresos en 2022. En el siguiente gráfico se ve el golpe a la capacidad de compra de cada nivel de renta.
El doble golpe de inflación y encarecimiento de la financiación también se hizo palpable en la inversión, que sufrió sobre todo en la parte que las empresas dedican a “maquinaria, bienes de equipo, sistemas de armamento y recursos biológicos cultivados”, según recoge el INE, y cayó menos en el gasto en vivienda en general.
Previsiones para 2023
Este miércoles, el Banco de España elevó tres décimas su previsión de crecimiento de la economía, del 1,3% que proyectaba en diciembre al 1,6%, en el presente año por el impulso de un 2022 mejor de lo esperado, el abaratamiento de la energía, la fortaleza del sector exterior, el despliegue de los fondos europeos y las medidas de choque del Gobierno.
En esta actualización de proyecciones, el Banco de España rebaja la estimación de inflación para el conjunto del ejercicio del 4,9% al 3,7%. Una desinflación [es decir, menor subida de las precios respecto a 2022] que supone un alivio sobre todo para el poder adquisitivo de los hogares, ya que la institución admite que “los salarios siguen registrando incrementos moderados en los primeros meses de 2023”.
La nueva previsión de crecimiento del PIB, el principal indicador para medir la actividad económica) en 2023 del Banco de España todavía se queda por debajo del 2,2% que el Gobierno incluyó en el cuadro macro de los Presupuestos Generales del Estados (PGE). Eso sí, está en la línea con la de la OCDE, conocida recientemente, y ya es suficiente para completar la recuperación del shock de la COVID. Y también para liderar el crecimiento entre los grandes países de la eurozona.