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La economía española sufrirá este año un derrumbe histórico del 9,2% del PIB por la crisis del coronavirus

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta Nadia Calviño durante la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Andrés Gil

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Derrumbe sin precedentes del 9,2% del PIB para 2020. La economía española cerrará 2020 con una caída del PIB histórica por el impacto de la crisis sanitaria y económica del coronavirus, que ya ha llevado a un desplome del 5,2% del PIB en el primer trimestre del año. El déficit ascenderá al 10,34% del PIB –2,8 en 2019–, el mayor desde 2012, cuando se alcanzó el 10,7%; la deuda pasará del 95,5% del PIB al 115,5%; y el paro, alcanzará el 19%. En total, el Gobierno cifra el impacto de las medidas adoptadas para combatir el coronavirus en 138.923 millones de euros. 

Así lo recoge el Gobierno en su actualización del Programa de Estabilidad 2020 y el Plan Nacional de Reformas, que ha remitido a Bruselas apurando los plazos, que concluían a las 12.00 de la noche del 30 de abril. Y así lo han comunicado este viernes la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y la portavoz y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quienes prevén que en 2021 la economía crezca el 6,8%. 

“Se trata de previsiones prudentes sobre la base de la información disponible en estos momentos”, ha afirmado Calviño, “con un escenario de V asimétrica, como se prevé para el resto de países. La situación económica es coherente con las importantes medidas de contención. Se abre ahora la progresiva desescalada”.

“Es la consecuencia de una crisis con velocidad y profundidad inédita”, ha reconocido María Jesús Montero: “Los ingresos públicos caerán en 25.000 millones de euros, y el gasto público aumentará hasta el 51,5% del PIB, casi diez puntos más que el año anterior”. En todo caso, Montero ha querido espantar el fantasma de los recortes: “No está previsto hacer ajustes, se trata de estimular el consumo y la demanda interna”.

Para reforzar los ingresos, Calviño ha instado a “aprobar cuanto ante” los “impuestos de digitales y de transacciones financieras” que anunció el Ejecutivo y que se encuentran en tramitación parlamentaria: “Será importante que el Congreso apruebe estas dos nuevas figuras impositivas”. Montero ha puesto una fecha: “En el último cuatrimestre deberían entrar en vigor, especialmente el impuesto digital porque el de transacciones financieras es algo más complejo”.

Para combatir la crisis, Calviño ha recordado las medidas aprobadas por la UE, que está previsto entren en vigor el 1 de junio, para acceder a créditos blandos: los 240.000 millones del fondo de rescates –MEDE sanitario–; los 200.000 millones del Banco Europeo de Inversiones –para las empresas vía ICO; y los 100.000 millones para ayudar en los ERTE. “Son decisiones necesarias”, ha dicho Calviño, “pero no suficientes”, abriendo la puerta a pedir dinero al MEDE –a España le corresponderían hasta 25.000 millones– condicionado a los gastos sanitarios. Una puerta, la del MEDE, que España había mantenido cerrada del todo hasta ahora.

“Aún  nos faltan detalles para saber en qué cantidad y en qué medida podemos acudir a estos mecanismos”, ha matizado Calviño sobre el alcance de los instrumentos de financiación comunitarios.

Entre los informes que ha enviado el Gobierno al Ejecutivo comunitario se encuentran las previsiones macroecónomicas, extraordinariamente afectadas por la crisis sanitaria y económica del coronavirus. El nuevo Programa de Estabilidad incluirá también el escenario fiscal a medio plazo, recogiendo por primera vez el impacto de la crisis del coronavirus, junto a la agenda de reformas y las medidas presupuestarias aprobadas y previstas a corto plazo por el Ejecutivo.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que ha avalado los planes del Gobierno, considera que “el escenario macroeconómico del Gobierno es razonable en un contexto de gran incertidumbre económica” y  “alerta de riesgos a la baja referidos a la posibilidad de que se materialicen escenarios epidemiológicos más adversos o daños más persistentes en la capacidad productiva de la economía y el empleo que dificultarían la recuperación proyectada para la segunda mitad de 2020 y para 2021”.

En los tres trimestres precedentes (segundo, tercero y cuarto trimestre de 2019), la economía española estaba creciendo a tasas del 0,4%. El retroceso del 5,2% registrado en el primer trimestre supera las estimaciones que había realizado el Banco de España, que había previsto una caída del 4,7%.

Antes del coronavirus, el Ejecutivo calculaba que el déficit cerraría este año en el 1,8%, para bajar al 1,5% en 2021, al 1,2% en 2022 y al 0,9% en 2023, en paralelo a una reducción de la ratio de deuda pública sobre PIB, que disminuiría al 96,6% del PIB este año y seguiría cayendo hasta el 93,4%, el 91,7% y el 89,8% los tres siguientes ejercicios.

El Banco de España cuantificaba la caída del PIB este año entre el 6,6% y el 13,6%, en tanto que el FMI y el BBVA la cifran en un 8% y Funcas en un 7%, aunque para el próximo año prevén crecimientos: Banco de España entre el 5,5% y el 8,5%, FMI un 4,3%, BBVA un 5,7% y Funcas un avance del 5,4%.

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