La portada de mañana
Acceder
El aval del PPE a la ofensiva contra Ribera aboca a la UE a una crisis sin precedentes
Sánchez impone al PSOE evitar el cálculo partidista en la crisis valenciana
OPINIÓN | El extraño caso del doctor Óscar y el señor Puente, por Enric González

La oferta económica del PSOE: qué gustará y qué no gustará a Podemos y Ciudadanos

El PSOE ha presentado una oferta económica para negociar un programa de Gobierno con otras formaciones políticas que es una suerte de director's cut, (la versión montada por el director de una película distinta a la estrenada en cines) de su programa de campaña. Aunque a grandes rasgos la mayor parte de las iniciativas fueron desgranadas antes de las elecciones, el nuevo documento del PSOE está mucho más trabajado que el programa nodriza, es más concreto y está montado a medida del público al que quiere seducir.

La primera sensación que da el documento es la de estar escorado a la izquierda. Al visionar el tráiler (un resumen con 43 medidas enunciadas en apenas una frase y aglutinadas en cuatro grandes bloques de las que diez son económicas) la impresión es la de una oferta diseñada para desactivar el no de Podemos. En el decálogo económico, el PSOE ha sacado lustre y realzado los puntos en común con la formación de Pablo Iglesias. La transición energética, la negociación del déficit con Bruselas o el nuevo Estatuto de los Trabajadores, son los puentes que con más claridad se tienden entre ambas formaciones. Teniendo en cuenta que el negociador de esta parte será Jordi Sevilla (al que se sitúa en el espectro socioliberal), la formulación de la propuesta ha causado estupor incluso entre las propias filas del PSOE por el distinto tono entre lo negociable y el negociador.

Sin embargo, la propuesta más extensa (53 páginas) entra en materia económica de una forma mucho más pausada. Las primeras medidas recogidas en el bloque “consolidar una recuperación económica justa”, están pensadas para un público que se sienta más cómodo en el terreno del partido naranja. La innovación tecnológica, las medidas para pymes, emprendedores y autónomos, el fortalecimiendo de la competencia, la regulación financiera o los derechos de los consumidores, son los elementos con los que abre boca la propuesta económica, con un regusto mucho más próximo al paladar de Ciudadanos.

Estos son los dardos de amor, los dardos envenenados y los posibles “no es no” de las prioridades destacadas por el PSOE (aviso:hay spoilers).

Reforma laboral, plan de choque y políticas activas de empleo

Reforma laboral, plan de choque y políticas activas de empleoLe gustará a Podemos: proponen suprimir la prioridad del convenio de empresa y dar así de nuevo papel a los convenios sectoriales. Mantener la ultraactividad (un anatema que no se había recogido en el programa de las elecciones para el 20D) lo que significa que los convenios no decaerán al caducar sino que se prolongarán las condiciones pactadas al menos durante la negociación y hasta que resuelva un árbitro. El empresario no podrá imponer unilateralmente las condiciones sustanciales de trabajo y se acaban los descuelgues (las excepciones) en los convenios colectivos. El plan de choque es con cargo a impuestos (Presupuestos Generales).

No le gustará a Podemos: se habla de “derogación de la reforma laboral” pero no es completa ya que son unas medidas que modifican aspectos concretos. No se habla de recuperar la indemnización de 45 días.

Le gustará a Ciudadanos: la apuesta por las políticas activas de empleo (formación) con colaboración público-privada. La vinculación de estas políticas al cobro de las prestaciones. El plan de Garantía Juvenil para financiar programas de primera experiencia profesional. Un plan de recolocación externa de trabajadores despedidos para asistir en la búsqueda de empleo a los mayores de 45 años despedidos en un ERE. Un plan de formación para acreditar competencias a jóvenes.

No le gustará a Ciudadanos: aunque hay medidas para combatir la temporalidad, no se contempla el contrato único que es una de las medidas estrella del partido de Albert Rivera. El plan de empleo es expansivo ya que la mayor parte recae sobre las arcas del Estados aunque desde el PSOE asegura que se financierá con la supresión de las actuales bonificaciones (e impuestos).

Reforma tributaria y auditoría del gasto público

Le gustará a Podemos: se aumentará la tributación de la riqueza, los Impuestos de Sucesiones y Donaciones, la fiscalidad medioambiental y el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF). Se propone una ofensiva para luchar contra el fraude fiscal, con un aumento de 5.000 empleados públicos y refuerzo de las competencias inspectoras.

No le gustará a Podemos: no se toca el IRPF (Podemos quería aumentar la progresividad del impuesto).

Le gustará a Ciudadanos: el spending review, un anglicismo que se ha colado en el decálogo principal y que no estaba en el programa del PSOE y que es una “auditoría del gasto público” para “limitar las inercias, eliminar el gasto superfluo, establecer prioridades y mejorar la eficacia”.

No le gustará a Ciudadanos: no se toca el IRPF (querían bajarlo).

Negociar la reducción del déficit público con Bruselas

Pedro Sánchez había lanzado esta idea durante los debates electorales pero no estaba reflejada en el programa.

Le gustará a Podemos: casi todo. El PSOE pone negro sobre blanco la imposiblidad de recortar las medidas extra que le exige Bruselas a las cuentas aprobadas por Rajoy y asume que tendrá que negociar una desviación del déficit para 2016 y en menor medida para el resto de los años, lo mismo que Podemos llevaba en el prograna. El compromiso es lograr un déficit del 1% en 2019.

No le gustará a Podemos: es difícil que no le guste porque incluso el PSOE quiere justificar ante Bruselas la desviación del déficit por la situación de “emergencia social” que le obligará a planes especiales.

Le gustará a Ciudadanos: En un primer momento había defendido los compromisos contraídos con Bruselas a rajatabla pero ahora ya está de acuerdo en presionar para que Bruselas retrase un año la posibilidad de bajar de un 3% el déficit (para este año en principio).

Ley del Cambio Climático y Transición Energética

Le gustará a Podemos: el concepto “transición energética” ha sido un pilar para el programa de Podemos, hasta el punto de ser la primera de sus casi cuatrocientas medidas. El PSOE plantea cero emisiones, la prohibición del fracking, el cierre de las nucleares y la regulación del autoconsumo.

No le gustará a Podemos: el partido de Pablo Iglesias ha sido especialmente agresivo en su propuesta energética así que la del PSOE se le puede quedar corta. La formación morada quiere cerrar progresivamente las centrales de carbón, hacer una auditoría del déficit de tarifa, o no permitir que se corte la electricidad a consumidores vulnerables. Aunque la oferta del PSOE hace una propuesta sobre pobreza energética, se queda muy difuminada. También la recuperación de las renovables se queda aparcada en esta propuesta.

Le gustará a Ciudadanos: el partido de Albert Rivera apoya el autoconsumo y también ha hecho suyo un plan contra la pobreza energética.

No le gustará a Ciudadanos: están a favor de las nucleares y este será un punto de fricción importante.

Que los autónomos tributen en línea con sus ingresos

Le gustará a Podemos: la formación de Iglesias lleva la misma medida con igual falta de concreción en lo que calificaron de “cuotas justas”.

Le gustará a Ciudadanos: es un guiño a los emprendedores a los que el partido naranja se dirige constantemente.

No le gustará a Ciudadanos: se queda corto con su propuesta de que los autónomos no coticen hasta alcanzar el salario mínimo interprofesional.

Rehabilitación de viviendas y eliminación de cláusulas suelo

Los tres partidos habían abogado por estas dos medidas. En el caso de los planes de rehabilitación el impulso nace de que son muy intensivos en mano de obra, profundizan en el ahorro energético y salvan en parte la actividad ligada al ladrillo.

Además, Podemos, PSOE y Ciudadanos, pidieron la eliminación de las cláusulas suelo y otros abusos financieros, las dos últimas formaciones de forma retroactiva.