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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

La oposición venezolana, indignada por la compra por Goldman Sachs de bonos del Estado

EFE

Washington —

Goldman Sachs apuesta dinero por la Venezuela de Maduro para ganar dinero en el futuro. En apenas 24 horas, un polémica insospechada ha explotado al banco de inversión estadounidense, uno de los de cabecera de la Casa Blanca y de donde han salido varios de sus altos cargos con Donald Trump, poniendo en peligro una operación especulativa millonaria.

Goldman Sachs compró la semana pasada bonos emitidos en 2014 por un valor de 2.800 millones de dólares al Banco Central de Venezuela mediante un bróker, según informó The Wall Street Journal.

Goldman pagó 31 céntimos por dólar, es decir, unos 865 millones, por los bonos emitidos por la compañía estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en 2014 que vencen en 2022, de acuerdo con cinco fuentes cercanas a la operación consultadas por el periódico. Los bonos se compraron al 31% de su valor, lo que supone un descuento del 69%, según el WSJ. Este descuento supone que la operación puede ser muy lucrativa para el banco estadounidense.

La operación beneficia de inmediato al Banco Central venezolano que recibe 865 millones en divisas que necesita de forma acuciante. Por eso, la oposición ha reaccionado indignada por esta operación financiera al suponer una ayuda para las finanzas del Estado y del Gobierno. 

Los bonos venezolanos se comercializan ampliamente por su alta rentabilidad, dada la mala situación económica del país, que encadena años de recesión y se encuentra cerca de la hiperinflación, y por el compromiso expresado por el presidente Maduro de pagar las obligaciones de deuda.

Si Caracas cumple con el pago, el banco de inversión de Wall Street obtendrá unos beneficios cercanos al 40%.

La inversión se ha conocido en medio de una ola de protestas a favor y en contra del Gobierno de Nicolás Maduro que en ocasiones acaban en violencia y, desde hace casi dos meses, han dejado 59 muertos y un millar de heridos, según cifras de la Fiscalía.

Con una economía que ha caído un 27% desde 2013, señala el diario estadounidense, esta transacción es un “salvavidas” financiero para el Ejecutivo venezolano, cuyos detractores criticaron la decisión de Goldman tanto desde el punto de vista ético como el económico. Venezuela debe pagar 4.600 millones de dólares en los pagos por su deuda hasta finales de año.

La oposición advierte de la irregularidad

El diputado de la oposición venezolana Ángel Alvarado, miembro del comité de finanzas del Congreso venezolano, denunció que la firma de inversiones se ha puesto “en el lado erróneo de la historia”. Según las fuentes del diario, la operación responde a un incremento de las participaciones venezolanas por parte del gestor de activos de la compañía, puesto que “un cambio en el Gobierno podría más que duplicar el valor de la deuda”, que se comercia a precios rebajados por miedo al impago.

El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, envió una carta al jefe ejecutivo de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, en el que le advierte de que los compromisos económicos hechos con el Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro no serán válidos en un “futuro Gobierno democrático”.

“Venezuela y su futuro Gobierno democrático no olvidará dónde estuvo Goldman Sachs cuando le tocó decidir”, agregó Borges en la misiva enviada este lunes.

El banco se ha justificado asegurando que “como muchos otros en este sector, creemos que la situación en ese país tiene que mejorar con el tiempo”, según recoge Efe. “Reconocemos que la situación es compleja y cambiante y que Venezuela está en crisis. Y coincidimos en que la vida (en ese país) tiene que mejorar y en parte hicimos esta inversión porque creemos que así será”, añade el banco.

A estas críticas se ha unido ahora la visión del gobierno estadounidense que también se ha sumado a la ola de comentarios en contra de la operación. El Ejecutivo ha calificado de “altamente problemática” la operación ante la “potencial ilegitimidad” de la transacción, que no ha contado con la aprobación del parlamento venezolano.

“Claramente, hay preocupación en las mentes de todos los que están mirando para realizar este tipo de compras de deuda hoy, es altamente problemática”, ha asegurado un alto cargo del Departamento de Estado en una conferencia telefónica para comentar la crisis venezolana.

El funcionario, que pidió mantener el anonimato, recordó las advertencias de la Asamblea Nacional de Venezuela “a todas las instituciones financieras, tanto venezolanas como extranjeras, sobre la potencial ilegitimidad de los acuerdos alcanzados sin la aprobación” del legislativo.