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DATOS

Los efectos de la vacunación ya se notan en el desplome de las bajas de sanitarios y el personal de las residencias

La auxiliar de enfermería Mónica Tapias, primera sanitaria en recibir la vacuna contra el coronavirus.

Raúl Sánchez / Laura Olías

24 de marzo de 2021 22:29 h

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La efectividad de la vacunación se puede seguir gracias a un nuevo rastro: las bajas por infección de COVID de sanitarios y trabajadores de residencias de ancianos. Así lo ha evidenciado este miércoles la Seguridad Social, que ha hecho pública una gran base de datos sobre las bajas por incapacidad temporal debido al coronavirus. El desglose de datos por profesiones permite observar el desplome de las bajas en estos dos colectivos tras el inicio de la vacunación, de tal manera que su incidencia ha pasado a ser inferior a la de conjunto de los trabajadores por primera vez en lo que llevamos de pandemia.

Minutos después de que Araceli hiciera historia como la primera persona en ser vacunada contra la COVID en España, Mónica Tapias recibía su inyección. Tapias, auxiliar de enfermería, se convertía así en la primera sanitaria en recibir la vacuna en el país. Aunque la estrategia del Ministerio de Sanidad se ha basado sobre todo en buscar la inmunidad de los grupos de edad más avanzados, los sanitarios y los trabajadores de las residencias fueron seleccionados también como un grupo prioritario en la vacunación.

Por eso es relevante observar qué ha ocurrido con las bajas por infección en estos dos colectivos, ahora que ha pasado ya un tiempo desde el inicio del suministro de las vacunas y todavía no se ha avanzado tantos en otros grupos profesionales, como el de los profesores.

Las cifras publicadas muestran, por ejemplo, cómo a finales de febrero las bajas por infección de coronavirus habían caído notablemente desde el pico registrado en la tercera ola (mediados de enero). Destacan especialmente dos ocupaciones en este descenso: los trabajadores de residencias y entre los profesionales de la salud.



Como se muestra en el gráfico anterior, de cada 100 bajas COVID por infección que había en el pico de la tercera ola, a comienzo de marzo se registraban 12 bajas de media en el conjunto de trabajadores. Entre los trabajadores de residencias, el dato cae al 4 y, en el caso de los sanitarios, es de 5.

Dicho de otra manera: las bajas por infección cayeron 8 veces a nivel nacional en ese periodo. Si atendemos solo al personal de las residencias, el desplome se cifra en 24,8 veces y entre los sanitarios, de 19,3 veces.



La caída ha permitido que las bajas de los sanitarios y el personal de las residencias caiga al mínimo desde el inicio de la pandemia, el 5%. En la primera ola, el dato rozó el 50%: casi la mitad del total de bajas por contagio de coronavirus eran de trabajadores de estos dos ámbitos.



Escrivá: “Vemos la eficacia de la vacuna”

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha sido el encargado de presentar estas cifras en una rueda de prensa, en la que ha destacado el proceso de vacunación como un punto de inflexión en la limitación de los contagios entre los sanitarios y el personal de residencias. En un momento en el que aumenta el escepticismo de parte de la población sobre las vacunas, especialmente la de AstraZeneca, el ministro ha subrayado la “eficacia” de las inyecciones suministradas.

En la primera ola, estos dos colectivos de profesionales concentraban en un altísimo grado las bajas por infección del virus, muy por encima del conjunto de ocupaciones. Esto se mantuvo en la segunda ola, en la que “en términos relativos, el personal de las residencias tenía una probabilidad de contagio del doble incluso que cualquier otro profesional”, subrayó Escrivá.

Sin embargo, en la tercera ola, a partir de la vacunación, “está ocurriendo crecientemente lo contrario”, destacó el ministro. “Vemos la eficacia de la vacunación, cómo estos trabajadores ahora se infectan crecientemente menos que el resto”.

La caída de las bajas por contagio del personal sanitario puede ser especialmente relevante. Los estudios sobre la eficacia de las vacunas contra la COVID están centrados sobre todo en el desarrollo de síntomas, pero todavía hay muchas dudas sobre su repercusión en el contagio. Es decir, si el virus puede seguir circulando entre personas vacunadas que no enferman (desarrollan síntomas). Los sanitarios son un colectivo con un nivel de testeo frente a la COVID bastante alto, por lo que el descenso de las bajas por infección del virus son esperanzadoras.

3,8 millones de trabajadores protegidos

En total, unas 3,8 millones de personas han sido protegidas por las bajas COVID creadas desde el inicio de la pandemia, asimiladas a un accidente laboral en su cuantía. De ellas, “1,3 millones corresponden a bajas por infección y 2,5 millones a las bajas por cuarentena”, ha destallado José Luis Escrivá.



El ministro ha destacado que las bajas por infección de coronavirus han evolucionado de la mano respecto a los contagios confirmados por el Ministerio de Sanidad.



Según los últimos datos facilitados por la Seguridad Social, a finales de febrero había unas 3.500 personas de baja por aislamiento y otras 1.600 por infección del virus. Al igual que ocurre con los contagios, después de importantes descensos desde la última semana de enero, parece que se estabiliza la cifra. Ante los temores a una cuarta ola, José Luis Escrivá ha sostenido que la mejor estrategia es que todo el mundo se esfuerce para que esta no llegue, cumpliendo con las medidas de prevención.

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