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El sector eléctrico afronta un brusco descenso de la demanda con la mitad del consumo vinculado a la industria

Torres de alta tensión.

Antonio M. Vélez

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“Vamos a tener un problema de demanda gordísimo y obviamente se va a notar en el consumo eléctrico”. Lo dice un ejecutivo que preside varias empresas industriales que ha sido consejero de una de las grandes empresas del sector eléctrico en España ante lo que se avecina: “Un 'shock' de oferta y, a la vez, un 'shock' de demanda”, como lo definía este sábado el exministro y expresidente de Red Eléctrica Jordi Sevilla, que advertía de que el impacto económico de una pandemia de esta magnitud es algo “nunca visto” hasta ahora.

Las medidas para abordar la emergencia sanitaria de la crisis del coronavirus van a impactar duramente en las próximas semanas en todos los aspectos de la sociedad y la economía española, con unas consecuencias que aún están por calibrar. España probablemente entrará en una recesión tras las medidas de aislamiento social forzoso que va a implicar el estado de alarma decretado por el Gobierno el sábado, que contempla incluso la posibilidad de intervenir empresas del sector eléctrico, gasista o petrolero si es necesario para garantizar el suministro.

Para tratar de contener la epidemia, van a permanecer cerrados comercios, gimnasios, restaurantes, establecimientos hoteleros, y se van a limitar drásticamente los desplazamientos. Los ciudadanos van a ver restringida su libertad de movimientos salvo para ir a trabajar (cuando no sea posible hacerlo a distancia) y proveerse de los artículos indispensables. Y sectores enteros van a paralizar su actividad. Eso previsiblemente va a tener un fuerte impacto a corto plazo en la demanda de electricidad, que es un buen termómetro de la actividad económica.

Ya el viernes, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmó que se declararía el estado de alarma, algunas empresas automovilísticas habían empezado ya a paralizar sus plantas en España y a anunciar los primeros ajustes de empleo. Es solo el principio y el escenario que se vislumbra es el de un abrupto descenso del consumo de la industria, que supone en torno a la mitad del consumo eléctrico total, y de los suministros profesionales. Mientras, repuntará en los domésticos, que suponen un 25% del total.

Si el espejo en el que mirarse en esta situación extraordinaria es China, allí la demanda de electricidad en la provincia de Hubei, epicentro inicial de la crisis, llegó a desplomarse más de un 20% el pasado enero. En Italia, el jueves Bloomberg contaba que la demanda había caído un 7,4% el miércoles respecto a una semana antes, tras el cierre de escuelas y la petición de que los ciudadanos se queden en casa. Un descenso que apenas recogía el efecto de la cuarentena generalizada decretada por el Gobierno de Giuseppe Conte a partir del lunes, una situación similar a la que vive ahora España.

Ante el escenario que se avecina, la incógnita es cuál será el alcance del descenso en el consumo eléctrico. En una crisis que evoluciona no por días, sino casi por horas, sería “temerario” hacer predicciones, resume un experto del sector. Las grandes suministradoras, que están anunciando medidas para aplazar y fraccionar el pago de las facturas a sus clientes con dificultades de pago, prefieren no pronunciarse.

Un especialista del sector, que pide no ser citado, señala que “aún es pronto para valorar el efecto de este episodio sobre la demanda” y recuerda que venimos ya de un escenario de caídas por un invierno más cálido de lo habitual y el menor consumo de los electrointensivos en los primeros meses del año. En enero, la demanda ya registró un descenso del 1,9%.



Antes de anunciarse la declaración del estado de alarma, los primeros datos disponibles apuntaban ya a fuertes descensos en Madrid y La Rioja, las regiones afectadas por las primeras medidas asociadas a esta crisis: el cierre de centros educativos y la apelación al teletrabajo allá donde fuera posible. En La Rioja, el descenso el jueves alcanzó el 16%, según REE.

Hasta el viernes la España peninsular no había experimentado grandes variaciones a la baja en el consumo, con un retroceso del 3,8% en la punta de demanda el viernes con respecto a una semana antes, aunque sin tener en cuenta el efecto del calendario y las temperaturas. 

“Esta semana la demanda es un 7% inferior a la pasada, pero el tiempo es mucho más suave. De hecho, es exactamente igual que la de la misma semana del año pasado. Habrá que ver cuando el domingo vuelva el frío”, explica el empresario del sector de las renovables y experto en energía Jorge Morales de Labra.

“El consumo industrial va a bajar y el consumo residencial va a subir. Cuánto lo haga este último será determinante para ver el efecto global y depende muchísimo de la temperatura”, resume Morales, que recuerda que esta “afecta mucho más al consumo doméstico que al industrial” y señala que hasta ahora se ha visto un claro un desplazamiento del segundo al primero. 

El exministro y ex presidente de Red Eléctrica Luis Atienza subraya que esta situación se está afrontando “sin ningún drama” desde el punto de vista del funcionamiento normal del sector y la seguridad del suministro gracias a los planes de contingencia que han puesto en marcha las empresas. El sector está impulsando el teletrabajo de su plantilla en la medida de lo posible, aunque también tienen a miles de trabajadores velando in situ por la garantía del ministro, como subrayaba el sábado la consultora especializada Ingebau.

Os imagináis pasar la cuarentena sin electricidad?#YoMeQuedoEnCasa
porque hay miles de personas trabajando en generación, transporte, distribución y operación del sistema que salen todos los días a trabajar.
Muchas gracias a todos

— ingebau (@ingebau) March 14, 2020

El exministro Atienza, que destaca que hasta este viernes el impacto en la demanda estaba siendo “relativamente reducido”, se muestra partidario de que el parón de actividad sea “brusco” y “corto”, aunque tiene sus dudas de que España sea capaz de imponer las durísimas medidas de restricción de movimientos que aplicó China.

La clave estará en la duración de esta situación y si tras este abrupto parón se podrá recuperar la actividad. La hipótesis más optimista la expresaba este sábado en una entrevista en eldiario.es el exministro de Industria Miguel Sebastián, que incidía en la necesidad de salvar la temporada de verano si se logra salir de esta en, como mucho, mes y medio.

Déficit tarifario

Varios expertos del sector advierten de que, en función de la duración de este episodio excepcional, un descenso pronunciado y sostenido en el tiempo de la demanda eléctrica puede acabar resucitando el fantasma del déficit de tarifa eléctrico o desfase entre ingresos y costes regulados del sector, al ser el consumo muy inferior a lo previsto.

Joaquín Giráldez, socio y cofundador de Ingebau, recuerda que “la caída de la demanda siempre es mala para el déficit de tarifa” y considera que “si nos vamos a una caída al estilo de China, de parar todas las fábricas, tendremos un problemón”. 

En China, la demanda industrial supone un 70% del consumo del país, mientras que en el caso de España la alta tensión supone en torno a la mitad del consumo anual (unos 250 TW hora). Y “si cae el consumo industrial, la demanda total se va a la mitad”, dice Giráldez.

“No creo que sea distinto a las problemáticas de cualquier otro sector, con todos pensando en cómo esta situación descuadra todo”, indica el investigador Pedro Fresco, que señala que un desplome del consumo, “puede generar déficit de tarifa y que no se cubran los pagos de primas o el déficit de la época anterior. Pero como no sabemos si la demanda va a caer un 3, u 5 o un 30%, ni cuánto tiempo va a durar esto, resulta del todo especulativo” hacer una estimación. 

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