El empleo sigue creciendo con fuerza y con un gran empuje del trabajo indefinido tras el despligue de la reforma laboral. El segundo trimestre del año dejó 383.300 empleos más, hasta rozar casi los 20,5 millones de personas trabajando, máximos desde 2008, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica hoy el INE. Por su parte, el paro cayó en 255.300 personas, hasta situarse en un total de 2.919.400 desempleados, por fin por debajo de la barrera de los tres millones de personas. La tasa de paro descendió hasta el 12,5%, también batiendo el mínimo de 2008, en los primeros compases de la pasada crisis financiera.
En este trimestre, destaca el fuerte empuje del empleo indefinido, con 616.700 asalariados más con este tipo de contrato respecto al anterior, una vez que entraron en vigor las restricciones a la temporalidad de los nuevos contratos de la reforma laboral. El total alcanza los 13,5 millones de trabajadores con este tipo de contrato más estable, el dato más elevado de la serie histórica.
Los empleados con contratos temporales cayeron en cambio en 241.300 personas entre abril y junio, la tercera mayor caída de trabajo temporal de la serie histórica con una importante diferencia. En los dos descensos anteriores (2020 y 2009) el contexto era de destrucción de empleo. Ahora, aumentan los trabajadores y parte del empleo está pasando de ser temporal a indefinido.
La imagen final en forma de tasa de temporalidad, es decir cuántos trabajadores temporales hay entre el total de asalariados, desploma el dato al 22,3%, el segundo más bajo de la serie histórica, solo por detrás del año 2013 (21,9%) cuando la enorme destrucción del empleo en la pasada crisis se cebó con los temporales. El dato sigue siendo muy elevado si se mira al entorno europeo, pero la caída del empleo temporal alcanzada no tiene precedentes en España.
El siguiente gráfico muestra la evolución de los asalariados por tipo de contrato en el primer semestre del año, desde que entró en vigor la reforma laboral en enero. Su despliegue fue progresivo, con el inicio de los nuevos contratos en el mes de abril.
Avance del empleo pese a los retos
El segundo trimestre del año suele ser favorable para el mercado laboral gracias al buen tiempo, la Semana Santa (cuando cae en abril, como en este caso) y el inicio de la temporada turística, entre otros factores, que se plasman en un aumento de trabajadores y la caída del paro.
Este año, abril ponía por delante varios retos importantes. El primero, la entrada en vigor de una pieza clave de la reforma laboral: los nuevos contratos, que limitan la posibilidad de contratar temporal y tratan de extender el empleo indefinido. En segundo lugar, el fin de los ERTE y las ayudas de 'paro' extraordinarias a los autónomos, después de dos años de apoyo público por la pandemia. Y, por último y no menos importante, los efectos de la guerra en Ucrania tras la invasión rusa, que ha disparado la deriva inflacionista, con elevadas subidas de precios, especialmente en la energía.
Pese a estos retos, el mercado laboral se ha mantenido fuerte, con el empleo al alza y el paro en caída, en niveles similares a trimestres de años anteriores.
El mercado laboral además ha contado con más personas dispuestas a trabajar. La población activa aumentó este trimestre en 128.000, hasta los 23,4 millones de personas, lo que dejó la tasa de actividad en el 58,71%.
Si echamos la vista atrás doce meses, el ritmo de creación de empleo baja unas décimas pero se mantiene elevado, en el 4%, con 796.400 personas más trabajando en el último año. Hay que destacar, ante las voces que señalan lo contrario, que el empuje del empleo viene de la mano del sector privado: en los doce últimos meses, el empleo se ha incrementado en 782.100 personas en el sector privado y en 14.300 en el público. Respecto al paro, ha disminuido en 624.400 personas desempleadas en el último año, con un ritmo de caída del 17,6%.
Por sectores, en el último año los servicios son los que más tiran del empleo (+4,7%), lo que deja 693.300 ocupados más, y destaca el gran empuje de la industria (+4,2%), con 111.500 trabajadores más. Le sigue la construcción (+1%), con 13.400 personas más ocupadas y, en sentido contrario, en la agricultura se registran pérdidas de puestos de trabajo, con 21.700 trabajadores menos (-2,7%).
Una cifra importante, por la especial vulnerabilidad de estas familias, es que los hogares con todos sus miembros en paro cayeron en 62.600 en el segundo trimestre, un 5,95% menos respecto al trimestre anterior, hasta quedar por debajo del millón. Se situaron en los 990.300, indica la encuesta del INE.