Chiclana y Arcos de la Frontera (Cádiz), Arona (Tenerife), Puerto del Rosario (Las Palmas), Benidorm (Alicante), Adeje (Tenerife)... Puede parecer un catálogo de destinos turísticos, pero son algunos de los grandes municipios donde más empleo se destruyó en el mes de marzo, impactado por la crisis del coronavirus.
La pandemia impactó en marzo, tradicionalmente favorable para el mercado laboral en España debido a la llegada del buen tiempo que empuja sectores como el turismo, la hostelería y la construcción, así como por la Semana Santa cuando cae en este mes. Los datos de afiliación a la Seguridad Social de ese mes por municipios, publicados este martes, evidencian el daño que ha ocasionado la pandemia en el empleo de muchos destinos turísticos.
En general, el mapa de la variación en el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social entre el último día de febrero y marzo de este año ofrece pocas alegrías, con una pérdida generalizada de empleo.
El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, explicó los datos de afiliación del pasado mes, que ocasionaron una pérdida muy intensa y extraordinaria de empleos. Casi 900.000 puestos de trabajo solo en las dos últimas semanas, cuando eclosionó la emergencia sanitaria y se aprobó el estado de alarma.
Los datos de los municipios con muy pocos trabajadores pueden estar infraestimados por secreto estadístico -el Ministerio de Seguridad Social no publica datos cuando hay menos de 5 trabajadores en alguno de los regímenes del sistema- y mostrar variaciones irreales por esta razón. Ver metodología.
Más allá de esa caída muy extendida del empleo, se pueden observar puntos más afectados por el descalabro en la afiliación. Es especialmente intenso, en términos relativos (la caída de la afiliación respecto a los ocupados existentes), en los municipios de Andalucía, Canarias, Murcia y la Comunidad Valenciana, entre otras. También, en toda la zona del turismo de nieve de Huesca (como en Jaca) y del Valle de Arán (Lleida).
El sector turístico es uno de los que se vio más rápidamente afectado por las medidas restrictivas para poner freno a la expansión del coronavirus, que se centraron en restringir la movilidad de los ciudadanos y prohibir la apertura de comercios, bares y restaurantes entre las primeras medidas.
También se puso fin a los viajes internacionales con el cierre de fronteras y, desde los primeros contagios se recomendó también a la población que no viajara dentro del país. Llegando a mediados de mes, y casi en el último momento se cancelaron también las Fallas de Valencia, que suponen un gran atractivo turístico nacional e internacional.
Del análisis de la pérdida de trabajadores afiliados en estos puntos turísticos mencionados destacan dos cuestiones: estos destinos se encuentran entre los municipios que se han visto más erosionados en el empleo y, además, lo han hecho en un momento del año que generalmente es favorable para estas regiones.
Chiclana de la Frontera (Cádiz), por ejemplo, sufrió una caída de la afiliación del 14%, con 2.600 trabajadores menos al término de marzo respecto al de febrero, cuando en los últimos años experimenta aumentos de afiliados superiores al 5%. En Benidorm, el descalabro en el empleo fue del 11,5%, cuando en 2019 aumentó en un 7,6%; en 2018, un 11,1%; y en 2017, un 7,1%.
Este cambio en la tendencia queda recogido en la siguiente gráfica, que ordena las mayores pérdidas de empleo por municipios de más de 30.000 habitantes.
Los otros focos: construcción y comercio
Al igual que ocurre con el mapa por municipios, el balance entre las altas y bajas de afiliación en el Régimen General por sectores de actividad dibuja una pérdida generalizada de trabajadores afiliados a la Seguridad Social.
Es así en todas las actividades excepto en dos, principalmente: las actividades sanitarias, con 10.012 altas más en marzo en la Seguridad Social, y en la asistencia en establecimientos residenciales, con 6.430 altas más. Ambas están vinculadas con el cuidado de las personas afectadas por el virus, con un mayor impacto sobre la población de avanzada edad.
En el resto de actividades, la tónica general ha sido la pérdida de trabajadores. El mayor número de bajas registradas en marzo corresponde a los sectores de hostelería, comercio y construcción, principalmente.
En concreto, las bajas en las actividades de “servicios de comidas y bebidas” fue de 152.256 y le siguen las bajas en la “construcción de edificios” (69.690), a la que se suman también las 65.197 bajas de las “actividades de construcción especializada”.
El comercio al por menor se vio más resentido que el de al por mayor, con 51.832 bajas registradas en el Régimen General en el primer caso y 27.502 en el segundo. La educación también destaca como uno de los sectores con un número importante de bajas: 49.288. Los centros educativos fueron de los primeros espacios en cerrar por orden de las autoridades para evitar la propagación del virus.
En estos días, se ha repetido mucho la misma pregunta: ¿por qué la construcción se ha visto tan afectada por la pérdida de empleo pese a que no está entre las actividades que restringió el Gobierno en el mes de marzo? El ministro José Luis Escrivá respondió al respecto señalando hacia la temporalidad en el empleo. Dos de cada tres empleos destruidos en estas dos últimas semanas de marzo eran temporales y la construcción es uno de los sectores que presenta un peso de los trabajadores temporales muy superior a la media.
La temporalidad general en el mercado laboral, la proporción de trabajadores temporales sobre el total de asalariados, es del 26,3%, según los datos de la EPA de 2019. La tasa de la construcción es del 38%. Ante las crisis o la incertidumbre en el empleo, la destrucción de contratos temporales es muy rápida y muchas empresas españolas ajustan sus costes por la vía de expulsar a los trabajadores eventuales.
Una crisis que se ha cebado con los jóvenes
Este es uno de los factores que también influye en la mayor pérdida de empleo entre los jóvenes respecto a los trabajadores de mayor edad, que se puede observar en el siguiente gráfico. Tanto en términos absolutos, como sobre todo en los relativos, se constata que la mayor destrucción de puestos de trabajo se acumula entre los jóvenes y va descendiendo conforme aumenta la edad de los trabajadores.
En este sentido, cabe destacar que los jóvenes presentan una tasa de temporalidad en el mercado laboral muy alta: del 46,7% entre las personas de entre 25 y 29 años y del 66,6% entre las que se sitúan entre los 20 y 24 años.
Además, en el caso de tener un contrato fijo, los trabajadores jóvenes suelen acumular menos tiempo en las empresas y, por tanto, en caso de despido sus indemnizaciones son menos cuantiosas para los empleadores.
Metodología
Esta información se ha realizado recopilando en una base de datos las cifras de afiliados en alta laboral en el último día de los meses de febrero y marzo desde 2008 hasta 2020, publicados por el Ministerio de la Seguridad Social. Los datos muestran el número de trabajadores afiliados en cada municipio según el lugar de trabajo y no el lugar de residencia.
El Ministerio no detalla el número de afiliados en alguno de los regímenes (General, Carbón, Autónomos, Agrario, Hogar y Mar) si el número de trabajadores es menor a 5. Es decir, si un municipio tiene 7 afiliados en régimen general y 4 en el régimen de autónomos, el total de afiliados que publica el ministerio para esa localidad es de 7. Por esta razón, los datos de los municipios con muy pocos trabajadores (menos de 30) pueden presentar caídas o subidas de empleo artificiales de un mes a otro ya que no están mostrando el número real de trabajadores.
eldiario.es ha identificado 8 municipios desaparecidos por segregación o incorporación en otra localidad para los que el Ministerio continúa publicando datos de afiliación. Las cifras de afiliados de esos municipios no se han incluido en el mapa.