Los empresarios escenifican su enfado con el Gobierno pero se juegan mucho en la mesa de diálogo: ERTE y ayudas tras la pandemia
“Irresponsabilidad mayúscula”, “desprecio indignante”, “auténtico dislate”... La patronal no ha escatimado en muestras de enfado con el Gobierno por el acuerdo alzando entre PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para derogar la reforma laboral. Tras el pacto, los empresarios han suspendido el diálogo con el Ejecutivo en una maniobra que escenifica su rechazo a la medida, pero que habrá que comprobar cuánto dura. Las empresas se juegan mucho en la mesa de negociación con el Gobierno y los sindicatos donde se están acordando las medidas laborales y económicas para la salida de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus.
El líder de la patronal, Antonio Garamendi, ha sostenido este jueves que le parece “muy grave lo firmado” y ha reiterado que el diálogo con el Gobierno “está en suspenso”. “Nos tendrán que aclarar muy bien qué significa esto”, ha afirmado el presidente de la CEOE, que ha defendido que la patronal no se va a sentar en la mesa de diálogo social “si ya está todo decidido”. “Si el menú del día está preparado, que lo lleven, pero que no cuenten con nosotros”, ha zanjado.
Garamendi ha reaccionado públicamente con dureza contra el Ejecutivo tras protagonizar hace diez días otro importante acuerdo con el Gobierno de coalición, que le costó sacar adelante dentro de la patronal. Las críticas de algunos sectores empresariales trascendieron en los medios y también las reacciones de Antonio Garamendi, que suele dejar las diferencias de puertas para dentro. “Igual a un catalán no le gusta, pero este vasco dijo no a dos decretos sobre los ERTE”, respondió el líder de la CEOE a la patronal catalana Foment del Treball, liderada por Josep Sánchez Llibre.
La suspensión de las conversaciones se ha hecho efectiva este jueves por la tarde en el plantón de la patronal a una reunión fijada con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, a propósito del Ingreso Mínimo Vital para familias de muy escasos recursos.
“Primero nos tendrán que explicar qué significa esto, que nos hemos enterado por parte de la prensa”, ha respondido Antonio Garamendi sobre qué sería necesario para que los empresarios retomaran las negociaciones con el Gobierno. Aclarar en qué consiste el acuerdo para derogar la reforma laboral del PP parece un reto para el propio Ejecutivo de coalición, con diferencias sobre el alcance del pacto entre PSOE y Unidas Podemos.
Las tensiones en el seno del Gobierno se han visibilizado a lo largo del día con posiciones encontradas entre varios miembros del Consejo de Ministros. Mientras el vicepresidente Pablo Iglesias insiste en que el pacto se compromete a la derogación “íntegra” de la reforma laboral, la vicepresidenta Nadia Calviño ha afirmado que es “absurdo y contraproducente” abrir este debate en estos momentos. Calviño ha insistido en que “cualquier cambio en materia laboral se hará de manera dialogada con los agentes sociales”.
Negociaciones clave para la salida de la crisis
Las patronales tendrán que decidir hasta dónde llevan su plantón al Gobierno. El último apenas duró, tras el anuncio de Pablo Iglesias de la renta mínima 'puente' que al final no existió. Porque no negociar no sale gratis a los empresarios. CEOE y Cepyme reconocen en su comunicado de condena del pacto con Bildu que estamos “en el momento más delicado de la economía española y, por tanto, cuando este diálogo se hace más necesario”.
La pandemia del coronavirus es una emergencia sanitaria, pero se ha convertido también en una crisis sin precedentes con consecuencias de alcance económico, laboral y social. Las muestras se pueden encontrar en cierres de empresas hasta desplomar su número a niveles de 2001, una destrucción de empleo histórica en cuestión de días y largas colas de personas que necesitan ayuda para comer.
Además del diálogo fluido y más informal, el Gobierno ha creado varias mesas de negociación con los empresarios y los sindicatos para negociar la respuesta en esta emergencia. El último gran acuerdo del diálogo social, calificado como un éxito por todas las partes gracias a cesiones “de todos”, se plasmó en el acuerdo para mantener los ERTE por fuerza mayor como mínimo hasta el 30 de junio y habilitar una Comisión tripartita para definir qué expedientes se podrán extender a partir de esta fecha.
En la negociación de. acuerdo, los empresarios transigieron, pero también se anotaron algunas cesiones a su favor. El Ministerio de Trabajo rebajó la exigencia del mantenimiento del empleo durante seis meses tras un ERTE, por ejemplo. Como explicó la propia ministra Yolanda Díaz, el Gobierno también limitó su intención inicial de que las empresas que hubieran aplicado uno de estos expedientes no pudieran repartir beneficios durante dos años (finalmente solo es uno) y que la prohibición de los despidos objetivos por la COVID-19 se alargaran hasta final de año (con su mantenimiento solo hasta el 30 de junio), entre otros “logros” de las patronales.
El debate pasa ahora por hasta cuándo y en qué sectores mantendrá el Estado su apoyo a las empresas, mediante exenciones en las cuotas a la Seguridad Social, y a los trabajadores, a través de las condiciones más ventajosas de desempleo acordadas para los ERTE debido a la pandemia. Las organizaciones de empresarios han insistido en que el Gobierno siga ayudando especialmente a los sectores que tendrán una recuperación más lenta, como el turismo, la hostelería, pero también la automoción.
“Hay temas claves. No sólo la comisión de los ERTE, que ya lo es. Sino porque en toda la fase de reconstrucción hay que abordar temas de reactivación de económica que son capitales: el apoyo al turismo, sobre el automóvil, también en la construcción...”, subraya a eldiario.es Unai Sordo, secretario general de CCOO. El líder de UGT, Pepe Álvarez, asegura a este medio que está “convencido de que la responsabilidad de la patronal es estar en la mesa y negociar la necesaria continuidad del acuerdo que firmamos hace una semana”.
Los sindicatos mayoritarios han pedido al Gobierno que aborde la modificación de la reforma laboral en el marco del diálogo social y, sobre la reacción de los empresarios, recuerdan que ya existía una mesa de negociación para desmontar la legislación del PP antes de la emergencia del coronavirus y de este pacto con Bildu. “El compromiso ya estaba”, recuerda Pepe Álvarez, que califica de cierta “escenificación” la postura de la CEOE.
Hay más intereses pendientes de los empresarios. La asociación de autónomos ATA forma parte de la CEOE y también se encuentra inmersa en negociaciones en estos días con el Ejecutivo para extender el 'paro' por cese de actividad creado para los trabajadores por cuenta propia. A día de hoy, la ayuda está vinculada al estado de alarma.
En cuanto al debate sobre la renta mínima estatal, estará sobre la mesa solo por escasos días, ya que va a ir al Consejo de Ministros la semana que viene. Los empresarios han mostrado sus reticencias al respecto, pero si quieren negociar algún aspecto sobre ella (como medidas de apoyo a la contratación de sus beneficiarios, itinerarios de inserción laboral o su vinculación a la búsqueda de empleo), van a tener que sentarse con prontitud con el ministro Escrivá.
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