El imparable desguace de Endesa se oficializa hoy en la junta extraordinaria en la que sus accionistas (y en particular, la italiana Enel) darán luz verde a la venta (precisamente, a Enel) de la chilena Enersis, sociedad con la que la española controlaba sus activos en Latinoamérica, y al reparto de dos dividendos extraordinarios por un total de 14.605 millones de euros.
Enel, propietaria del 92% de Endesa, recibirá 13.436 millones con el que será el mayor dividendo de la historia de España cuando lo cobre, el próximo 29 de octubre, y que elevará a 22.279 millones el importe ingresado vía dividendos como accionista de la empresa desde que tomó el control, a finales de 2007.
Con esa cifra, que equivale al 78,2% del déficit de tarifa acumulado en el sector eléctrico desde que el entonces ministro Rodrigo Rato se inventó esa deuda en el año 2000 (28.466 millones), puede decirse que la italiana habrá recuperado con los dividendos de Endesa casi el 80% (el 79,1%) de los 28.732 millones que abonó hace siete años a través de una oferta pública de adquisición (opa) con la que se hizo con un 67% del capital de Endesa.
Dos años después de esa operación, en 2009, Enel alcanzaba el 92% actual de Endesa tras la salida de Acciona, que se quedó con lo que le interesaba (8.200 millones en efectivo y 2.105 megavatios renovables valorados en 2.900 millones) a cambio de su 25% mientras Enel hacía lo propio, al alcanzar el 92% de Endesa y obtener el control absoluto.
Ese pacto fue el fin de la 'solución italoespañola' a la que dio el visto bueno el Gobierno socialista para neutralizar la opa de la alemana E.ON y marcó el inicio del vaciamiento de Endesa en favor de Enel, cuyo mayor accionista es el Ministerio de Economía y Finanzas del Estado italiano (31,2%).
Ese proceso no acabará con el macrodividendo que aprueba Endesa. Está previsto que en diciembre Enel coloque mediante una oferta pública de venta (OPV) un 22% de la española que, a los precios actuales, permitiría a la italiana ingresar otros 6.700 millones. Y en enero, Endesa abonará otro dividendo ordinario de 0,76 euros brutos por acción, que supondrá repartir entre los accionistas otros 804 millones.
La conclusión, calculadora en mano, es que en unos meses Enel va a recuperar, vía dividendos y a través de la venta de acciones de Endesa, todo lo invertido en su asalto inicial para tomar el 67% de Endesa, con una rentabilidad que, como subraya una fuente del sector, ya quisieran para sí, por ejemplo, los promotores fotovoltaicos, fulminados por el actual Gobierno (y el anterior) vía recorte de primas.
En grandes cifras, desde que el 11 de octubre de 2007 se liquidó la opa de la italiana y Acciona hasta hoy, Enel ha cobrado de Endesa 9.292 millones en dividendos (ordinarios y extraordinarios), a una media de más de 1.300 millones al año. La empresa que desde 2009 preside Borja Prado, máximo responsable del banco italiano Mediobanca en España y Latinoamérica, nunca ha recurrido en estos años al pago en acciones (el 'scrip dividend' conocido en la jerga financiera como 'papelitos'), que tanto han explotado las cotizadas españolas para mantener la retribución sin tocar la caja y vía ampliaciones de capital (perjudiciales para el accionista que quiere dinero en efectivo porque su participación se diluye).
En este historial de dividendos millonarios merece mención aparte el de 2009, cuando Enel, la eléctrica más endeudada de Europa, recibió 4.182 millones (en otro dividendo récord para la época en España) tras vender Endesa a E.ON sus activos en España (los mismos por los que ahora estudia pujar la propia Endesa, tras la anunciada espantada de la alemana de este mercado) y su negocio en Italia, Francia, Polonia y Turquía por 11.800 millones.
Los directivos, con sueldos millonarios
Parte importante del dineral que hoy Endesa aprobará entregar vendrá de Roma, pasará por Madrid e ipso facto viajará de vuelta a la sede de la italiana, previa entrega de los activos latinoamericanos de Endesa, la gran joya de la empresa. Enel pagará por ellos 8.252 millones y luego recuperará casi 7.600 millones gracias al primero de esos macrodividendos; y el segundo, de 6.352 millones, se financiará en parte a través de un préstamo de 4.500 millones y una línea de crédito de otros 1.000 millones que elevarán la deuda de Endesa (y la de Enel, que la consolida en sus cuentas). El argumento de Endesa para justificar esa operación es que quiere incrementar su pasivo para “optimizar su estructura financiera” de cara a la OPV.
La antigua empresa pública, privatizada al alimón y en varias etapas por Felipe González y luego José María Aznar (encargado de culminar el proceso de venta), va a quedar así reducida a una filial hispano-portuguesa muy alejada de la que llegó a ser la primera compañía del sector en España. Todo ello, previo pago de una considerable factura en retribuciones para su cúpula: desde 2008 hasta junio pasado, los sucesivos miembros del Consejo de Administración de Endesa se han repartido 77,7 millones de euros y sus altos directivos, 143,8 millones, incluyendo las millonarias indemnizaciones de los años 2008 y 2009.