De ERTE a ERE: Ávoris anuncia despidos y agrava la crisis de las agencias de viajes

Un anuncio de despidos, con cifras aún por concretar, que llega después de casi dos años de recortes temporales de empleo y de un millonario rescate con fondos públicos. El grupo Ávoris, resultado de la integración de las agencias de viaje de Barceló y Globalia, acaba de comunicar a los representantes de la plantilla que ha dado los primeros pasos para iniciar un despido colectivo.

“Después de una operación tan grande como la de Barceló y Globalia, podían venir ajustes. Ahora nos hemos encontrado con esto, a ver qué nos proponen”, indica José Luis Estévez, secretario general de SPV, el sindicato mayoritario en Ávoris, la mayor empresa del sector por número de empleados, más de 6.000. “Detrás de esta decisión está, sobre todo, la fusión”, ahondan fuentes de CCOO. “Tuvieron oficinas cerradas durante la pandemia y puede haber puestos duplicados. De momento, no han dado más detalles”, añaden.

Los representantes de los trabajadores desligan la decisión de la empresa de la situación que vive el sector, aunque asumen que es uno de los que más ha sufrido con el coronavirus, por las restricciones globales a la movilidad.

Aunque en España el turismo esté volviendo a cifras de 2019, a escala global el sector está tardando en recuperarse, dado que destinos tradicionales como el sudeste asiático o Japón siguen cerrados para los visitantes foráneos, a lo que se suma la situación generada por la invasión de Ucrania y la evolución de la inflación. Un golpe al negocio que también ha hecho que las agencias de viajes sean el primer sector en aplicar los ERTE del Mecanismo Red creados en la reforma laboral, en una actividad donde los gastos de personal pueden suponer el 80% de los costes de las compañías, según indican fuentes empresariales.

Un grupo nacido en pandemia

Ávoris, como tal, comenzó a diseñarse justo antes de la pandemia. En la recta final de 2019, el grupo Barceló y Globalia anunciaron la integración de sus redes de distribución con la intención de crear un conglomerado con más de 4.000 millones de euros de facturación, más de 6.000 empleados y que superaba los 1.500 puntos de venta.

Cada uno de ellos aportaba sus marcas. Por ejemplo, Barceló incluyó en la operación sus agencias de viajes minoristas B the Travel Brand, Catai, BCD Travel y BCD Meetings & Events. Mientras, Globalia hizo lo mismo con Viajes Ecuador y Halcón Viajes; así como Geomoon, Travelplan, Welcome Beds, la división de viajes corporativos Globalia Corporate Travel, Globalia Meetings & Events y Globalia Autocares.

Esos fueron los mimbres, pero la pandemia se llevó por delante los planes iniciales, retrasó la integración y llevó a la empresa a tener que ser rescatada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con fondos por valor de 320 millones de euros, que la compañía tendrá que devolver antes de 2026. “Ese es el eje, si esas ayudas llevan aparejadas limitaciones a la hora de poder hacer despidos”, indican fuentes sindicales. “Si anuncian despidos es porque pueden”, dicen.

La SEPI no comenta a elDiario.es si el acuerdo con la sociedad pública limita o no los despidos e indica que las condiciones de las inyecciones de fondos son confidenciales. Sin embargo, a principios de 2021 ya se plantearon despidos y la SEPI puso como tope 200 empleados lo que indica, según las citadas fuentes sindicales, que esa podría ser ahora la cifra de referencia en cuanto a posibles bajas.

Los argumentos de la empresa

La compañía, a través de un comunicado interno que ha remitido el departamento de Recursos Humanos a la plantilla, asegura que “han sido unos meses duros y complicados, en todos los sentidos, con un mercado que está teniendo enormes dificultades para recuperarse de manera muy paulatina, lenta y dispar en función de cada línea de negocio y por debajo de lo esperado”.

Ahora, cuando se cumple un año de la fusión, “con un ERTE que se ha ido reduciendo progresivamente, no solo en función de la recuperación sino en muchas ocasiones en mayores porcentajes de los estrictamente necesarios, para que podamos estar preparados y no perder oportunidades de mercado”.

Y reconoce que esa integración empresarial deriva en ajustes: “Ha llegado el momento de afrontar los necesarios ajustes organizativos y estructurales derivados de la fusión, además de la necesaria adaptación al nuevo comportamiento de la demanda del mercado y sus nuevas tendencias”. Entre las que cita el incremento de la venta online, la desintermediación en la contratación de viajes y cambios en los hábitos de los consumidores.

Con esos argumentos, la compañía justifica que el lunes comunicase a los representantes de los trabajadores la intención de negociar un ERE, no para todo el grupo, sino para las sociedades Ávoris Retail Division y Viajes Halcón, que suman más de 2.500 empleados. El ERE comenzará a negociarse a partir del 1 de junio. “Es de vital importancia abordarlo dentro de este año 2022, ya que de esta forma continuará resultando aplicable el mecanismo de 'marcador a cero' en las prestaciones por desempleo”, matiza el comunicado enviado a la plantilla.

Indicios de un recorte en ciernes

Los representantes sindicales consultados ponen de relieve que la compañía renunció en octubre a las exoneraciones de las cuotas a la Seguridad Social a las que podía acceder en los ERTE consecuencia de la COVID-19. Esto dejaba manos libres a la empresa para realizar un ERE cuando se cumpliera el plazo de seis meses, como finalmente ha ocurrido. 

“De momento no tenemos un planteamiento claro de cómo van a plantear las bajas, si quieren evitar duplicidades, cerrar oficinas, si quieren hacer un ERE más o menos lesivo. Intentaremos preservar el mayor número de puestos de trabajo y que las salidas sean en las mejores condiciones posibles”, afirma el secretario general de SPV.

Más allá de esta fusión, el recorte de empleo en Ávoris no es un elemento ajeno a la realidad que está viviendo la industria de las agencias de viaje. En marzo de este año, Viajes El Corte Inglés pactó con los representantes sindicales un ERE para 475 personas, de adscripción voluntaria, y que solicitaron más de 860 empleados. 

Una actividad en transformación

“En estos años de pandemia hemos hecho un esfuerzo muy grande para salvar mucho empleo”, asegura Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV). “En las agencias grandes ha habido una concentración, pero en las pequeñas ha habido dispersión. Ya pasó en la crisis de 2008, cuando una persona de este sector se queda sin trabajo muchas veces crea su propia agencia”, dice.

El responsable de la patronal apunta que “en los tres últimos años previos a la pandemia, hasta 2019, el sector creó empleo, más de un 7%. Es un sector fuerte y con capacidad. Tengo la esperanza y la convicción de que llegaremos a los 70.000 empleados y volver a cifras previas al la COVID-19”. Con el coronavirus, el sector recortó sus plantillas en un 20%. 

También el representante del sindicato SPV señala que ha habido un traslado desde personal asalariado a autónomos y que cerca de 7.000 agencias de viaje no tienen ningún empleado en plantilla. Esto complica, por ejemplo, la negociación colectiva en un segmento de actividad que el próximo año tendrá que dialogar sobre un nuevo convenio sectorial.