El vicepresidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, consideró hoy “razonable” adelantar los pagos pendientes al Frob por la compra de Novagalicia Banco, que ascienden a 600 millones de euros, los cuales pueden abonarse hasta finales de 2018.
Preguntado en conferencia de prensa, tras la presentación de los “excelentes” resultados de 2014, el ejecutivo recordó el acuerdo que establece los pagos de 100, 200 y 300 millones euros en los años 2016 a 2018 y dijo “no descartar” la posibilidad de adelantarlos, pero para ello es preciso un acuerdo con el fondo público que aún no se ha producido.
Escotet insistió en que esa posibilidad es “razonable, dada la holgura” de los resultados de la entidad financiera, que cerró 2014 con 1.157 millones de beneficios después de impuestos, una cifra más de sesenta veces superior al beneficio neto de 2013, que fue de 18 millones, cuando todavía el FROB no la había vendido a Banesco y era Novagalicia Banco.
El nuevo dato lo ha facilitado hoy en una conferencia de prensa en Compostela el vicepresidente de Abanca y máximo responsable de Banesco, Juan Carlos Escotet, y ha detallado que en el primer año de Abanca el beneficio consolidado antes de impuestos ha sido de 601 millones de euros, pero después de impuestos, de 1.157, y esto por los créditos fiscales, dado que la entidad recibió más de 500 millones en tasas negativas.
En el turno de preguntas, sobre las preferentes, señaló Escotet, que el 94% de ese problema está “resuelto” y el resto se encuentra en instancias judiciales.
También se refirió al expediente de regulación de empleo desarrollado por Abanca, que culminó en 2014 y destacó la “estabilidad laboral” de la financiera y su apuesta por el “crecimiento del capital humano”.
Se mostró asimismo “especialmente sensible” en la gestión que pudiera derivar en desahucios y subrayó que siempre han actuado “pegados” al código de buenas prácticas y que “en varias ocasiones” han ido “más allá” mediante concesiones “en la medida de lo posible” para responder a la indefensión en que se pueda encontrar alguno de sus clientes.
En este sentido, recordó que Abanca había dejado de aplicar en 2013 la cláusula suelo, lo que ha tenido una repercusión de 120 millones de euros anuales.
En cuanto a la posibilidad de reparto de dividendos, a la vista de los beneficios registrados, Juan Carlos Escotet explicó que la vocación de la dirección es a largo plazo y no repartir dividendos “más allá del 15% y eso habría que verlo”, porque primaría la reducción de la deuda con el Frob.
Aunque la dirección prefiere “claramente” el crecimiento orgánico, el directivo dijo no estar cerrado a otras opciones, “dada la holgura del patrimonio”, por lo que “estará pendiente de cualquier buena oportunidad que se presente”.
Preguntado por el proceso judicial que se sigue contra exdirectivos de las anteriores cajas, que dieron lugar a Novagalicia Banco, el consejero delegado, Francisco Botas, opinó que se trata de “un tema ajeno, de la etapa anterior y gestionado directamente por el Frob” y también rechazó pronunciarse sobre la situación de Martinsa-Fadesa, un caso en el que desean actuar “escrupulosamente”.
Sobre el futuro de la marca Banco Etcheverría contestó el propio presidente de Abanca, Javier Etcheverría, quien afirmó que es un banco “absolutamente gallego”, con una tradición de muchos años, que Botas calificó como “un activo que no vamos a perder” y del que Escotet resaltó los buenos ratios de eficiencia, que se situaron en torno al 39-42%.
Y precisamente de la eficiencia de Abanca, que tiene un objetivo del 40 por ciento, los directivos explicaron que se mejorará más en el ámbito de los ingresos, porque los gastos “están tocando fondo” y la entidad no desea dejar de invertir, por ejemplo, según el ejemplo que señaló Escotet, en la mejora de la tecnología, que será sometida a un “cambio drástico” y a una “modernización profunda”.
El vicepresidente de Abanca resumió que los resultados presentados hoy reflejan “el saneamiento y recuperación de la institución, después de años sumamente difíciles”.