“Europa está en un momento dramático, pero España no lo está”. La empresa que gestiona la red de gas, Enagás, lanzó este martes un mensaje de tranquilidad ante posibles cortes de suministro este próximo invierno si Rusia cierra el grifo a Europa. Una situación que puede generar tensiones en otros países europeos pero que en España, de momento, se mira con relativa confianza. Relativa porque, al mismo tiempo, el Gobierno insta a impulsar el ahorro energético, en un contexto con los precios disparados y sin visos de que tiendan a la baja en los próximos meses.
La primera clave para saber qué es lo que pasará en otoño la tendrá la Unión Europea el próximo 21 de julio. Ese día tiene que reactivarse la operativa del gasoducto Nord Stream 1, que lleva el gas ruso a Alemania y que el lunes dejó de funcionar, en teoría, porque está en fase de mantenimiento. “Si se produce un corte de gas definitivo, Europa se enfrenta a una situación muy complicada”, reconoció el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo Aizpiri, en un encuentro con medios donde la empresa presentaba su plan estratégico hasta 2030.
El CEO del gestor gasístico quiso llamar a la “tranquilidad” y a la “confianza” de los hogares españoles. “Somos el tercer país del mundo en plantas de regasificación. Fue una visión de un país periférico que estaba muy lejos de las redes de gasoductos” y que coloca al país en situación similar a la de otros mercados con aislamiento geográfico, como Japón, Corea del Sur y Reino Unido, enumeró.
“España hizo un gran esfuerzo y hoy podemos ver el escenario con tranquilidad. No podemos ser optimistas porque Europa está en un momento dramático, pero España no lo está”, insistió. Ese dramatismo afecta más a Alemania y a los países que dependen de gasoductos hacia el este y que no tienen capacidad para suplir ese suministro con gas licuado.
Aquí, no se prevén cortes, aunque Gobierno y Enagás están dialogando sobre un plan de contingencia, que se haría público en las próximas semanas, donde se recogerán más detalles respecto a cómo se prepara el sector para el invierno. “Puede haber escenarios que [ahora] no contemplemos” pero “desde el punto de vista técnico, hoy nuestro análisis es que no hay riesgo de cortes de suministro. Bajo las condiciones que hoy conocemos hoy no tenemos riesgo”, repitió.
Prácticamente al mismo tiempo que el CEO de Enagás hablaba de cómo se está preparando España para el próximo invierno, el presidente del Gobierno instó en el Congreso de los Diputados a avanzar en el ahorro energético si Vladímir Putin decide cerrar el grifo del gas como “arma de guerra” contra Europa. Sánchez habló de la diversificación de fuentes de energía como mecanismo de España para mitigar una acción energética por parte de Moscú pero también pidió “incrementar el teletrabajo, fomentar el transporte público, bajar la temperatura de la calefacción o subir la del aire acondicionado”. “Nada que atente contra nuestro modo de vida pero sí acciones que nos permitan defender nuestros valores y nuestro modo de vida cuando se vea atacado”, aseguró Sánchez.
¿Qué está haciendo España y con qué reservas de gas llegará al invierno?
Acelerar en el almacenaje de gas. “Hay varias líneas de actuación, cumplir con los niveles de llenado de los almacenamientos de gas, ahí estamos en los niveles más altos de llenado. España está cumpliendo como alumno aventajado”, aseguró el CEO de Enagás, donde el Estado controla una participación del 5% a través de la SEPI.
El nivel actual de llenado de los almacenamientos subterráneos en España es del 73,2%. Dato que está por encima del 71% que se tiene que alcanzar en agosto. Al mismo tiempo, los tanques de gas natural licuado (GNL) están en el 84%, el nivel más alto en los últimos cinco veranos.
Esa capacidad de almacenamiento subterráneo no es suficiente para todo el invierno, pero sí garantiza, por sí sola, el suministro para casi un mes, al que se suma la capacidad de abastecimiento de gas licuado que, sobre todo, viene de Estados Unidos. En concreto, el almacenamiento garantiza el gas para 27 días a partir del próximo 1 de noviembre, ya que la exigencia de reservas es diferente en verano y en invierno. En concreto, habrá gas para 10 días, en concepto de reserva estratégica; otros 10 días de reserva operativa, que tendría que liberar el Gobierno; y otros 7,5 días de los que pueden tirar las comercializadoras de gas y que se calcula en función de la demanda del año anterior.
En cuanto al gas licuado, para este mes de julio está prevista la llegada de otros 26 buques y se va a reforzar el puerto de El Musel, en Gijón, como planta logística, con capacidad para recibir grandes barcos.
A partir de ahí, con esa capacidad de almacenamiento, España y su red gasista se perfila como el 'hub' para distribuir y garantizar el suministro de gas al resto de la Unión Europea, sobre todo, a través de los dos gasoductos que unen España y Francia. “España está haciendo mucho y vamos a hacer más, en comunicación con el Ministerio, en el marco de los acuerdos de solidaridad, para aportar gas al resto de Europa”. “Nos jugamos el proyecto de Europa de solidaridad y de libertad, las reglas las marcarán los Gobiernos y la UE” y ahí, la empresas gestora de la red de gas elabora “todos los escenarios de contingencia que se pueden desarrollar. Lo ha pedido la ministra [en referencia a Teresa Ribera] y estamos en colaboración con el Gobierno”.
Actualmente, España cuenta con dos gasoductos a Francia con capacidad para 225 GW hora/día, que están funcionando a plena disponibilidad y, en algunos momentos, a plena capacidad. Precisamente, la necesidad de abastecimiento de Francia ha hecho que, en junio, Rusia se haya convertido en el segundo país por volumen de abastecimiento de gas licuado a España, por detrás de Estados Unidos. “El gas procedente de Rusia tiene un carácter transitorio que es habitual en todos los meses de junio, que se ha acentuado porque las plantas de regasificación en Francia están teniendo mantenimiento y algunos barcos que iban allí se han dirigido a España”, justificó Gonzalo Aizpiri.
Y no se prevén problemas de suministro con Argelia. El gasoducto que une España y Argelia, el Medgaz “funciona con plena normalidad”, a pesar de la ruptura de relaciones comerciales decidida por el Gobierno argelino. “Argelia siempre ha cumplido sus contratos y han dicho que van a seguir haciendo”, confía Enagás.