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España se desmarca de Alemania, Francia e Italia y quiere “esperar” antes de investigar a Volkswagen

El Ministerio español de Industria no considera necesario de momento abrir una investigación como las que ya han anunciado Alemania, Francia e Italia tras el estallido del escándalo de falseamiento de emisiones de los motores diésel de Volkswagen, primer fabricante mundial de vehículos. Preguntado por si no cree necesario investigar si el fraude también se ha cometido en España, la respuesta oficial del departamento que encabeza José Manuel Soria es que “hasta no conocer la información que puedan aportar las autoridades alemanas y la opinión de los otros Estados miembros y de la Comisión Europea es conveniente esperar”.

La respuesta de Industria llegó antes de que Seat confirmara a El País que miles de vehículos fabricados en la planta de Martorell llevaban instalado el motor con el software fraudulento. Según el rotativo, la planta la filial española ha podido producir hasta medio millón de coches con este defecto, la mitad vendidos en España. En cualquier caso, Industria no ha vuelto a dar señales de alarma ante la trascendencia de estas informaciones.

Este miércoles, minutos antes de conocerse la dimisión del presidente mundial de Volkswagen, Martin Winterkorn, por el escándalo, Industria envió a los medios una nota de prensa y un audio del ministro para dar cuenta de que Soria ha expresado su “preocupación” por este asunto a la multinacional alemana, que en mayo anunció la mayor inversión industrial de la historia de España (4.200 millones de euros en el próximo lustro) para modernizar las factorías de Volkswagen en Landaben (Navarra) y Seat en Martorell. Los trabajadores de estas plantas, que emplean a más de 16.000 personas, ya han dado la voz de alarma por los posibles efectos del escándalo a escala local.

El ministro español de Industria se ha puesto en contacto con el vicepresidente mundial de Volkswagen, el español Francisco Javier García Sanz, y con la comisaria de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y de la PYME, Elzbieta Bienkowska, mediante sendas misivas “en las que expresa la gravedad que revierte este asunto para España y para Europa, y ha solicitado al grupo industrial que suministre lo antes posible toda la información necesaria para determinar el alcance del problema en general y de manera específica en nuestro país”.

Industria reconoce que es responsable de las homologaciones de Seat (propiedad del grupo alemán) como autoridad nacional de homologación, e insta a Volkswagen “a que remita cuanto antes el detalle pormenorizado sobre cuál es la situación y presente todas las acciones que se proponen para solucionar el problema que se ha creado”.

Efecto en la recuperación

Asimismo, “ha solicitado información en términos concretos sobre cuántos vehículos de los 11 millones afectados han podido ser vendidos en el mercado español”. Esos 11 millones de coches cuyas emisiones Volkswagen ha trucado equivalen a unos doce años de ventas del mercado nacional. Si los motores diésel (que son el foco del problema) son residuales en EEUU, epicentro del escándalo que sacude a Volkswagen, en Europa esta opción es mayoritaria: concentra el 55% de las ventas de vehículos particulares. Aunque la cuota del gasóleo ha descendido ligeramente en los últimos años, España es un caso aparte en lo que se conoce como dieselización del parque automovilístico: en 2014, el 66,1% de los coches matriculados montaban motores de gasoil.

El ministro ha expresado al ejecutivo de Volkswagen “su preocupación por este tipo de situaciones, que pueden afectar a la recuperación de toda la zona europea, por lo que la situación se debe abordar con carácter inmediato”. Según El Mundo, el Ministerio ha creado un “grupo de trabajo” para seguir el caso Volkswagen cuya máxima responsable es la secretaria general de Industria, Begoña Cristeto. Cristeto accedió al cargo en enero de 2014 en sustitución de Luis Valero, exdirector general de la patronal de fabricantes de coches, Anfac, y colocado por el Gobierno en la empresa gasista Enagás.

España, que es el segundo fabricante europeo de coches (por detrás de Alemania) y el octavo del mundo (tras superar este año a Brasil), no considera de momento oportuno, sin embargo, abrir una investigación específica sobre el caso Volkswagen, firma que en 2014 fue la marca más vendida en España (76.598 unidades), por delante de Seat (67.894 unidades). La industria automovilística supone en torno a un 10% del PIB español y emplea a unas 300.000 personas. Es el segundo sector más importante de la economía, sólo superado por el turismo.

Preguntada por este asunto, la portavoz de Mercado Interior, Industria, Empresas y Pymes de la Comisión Europea, Lucia Caudet, dice que Bruselas “anima a todos los Estados miembros a llevar a cabo las necesarias investigaciones e informar de las mismas a la Comisión”. “Damos la bienvenida a las investigaciones iniciadas por varios Estados miembros (Alemania, Francia e Italia)”, señala en un correo electrónico.

Fuentes de Industria insisten en que “los vehículos de la marca VW son homologados en su mayoría por Alemania” (basta con que se homologuen en un Estado miembro de la UE ). “No hemos tenido ninguna noticia de problemas en esta homologación”, aseguran.

En el Ministerio subrayan que la Comisión Europea “está trabajando en el establecimiento de límites para una prueba en unas condiciones de conducción real” que permitirían evitar el engaño masivo cometido por Volkswagen, gracias a un software que reduce automáticamente las emisiones del motor cuando detecta que el coche está siendo sometido a un control de gases. El nuevo protocolo, según fuentes de la Comisión, se adoptó en mayo pasado pero no entrará en vigor hasta enero.