La Encuesta de Población Activa es, como su propio nombre indica, una encuesta exhaustiva que se realiza a las familias para obtener datos sobre el mercado laboral: cuántas personas están buscando un trabajo, cuántas tienen empleo, cuántas han perdido el suyo...
Estos datos se ofrecen trimestre a trimestre y se consideran el reflejo más fiable del mercado de trabajo. Sus resultados son siempre diferentes a los datos de paro registrado que publica el Ministerio de Empleo cada mes. ¿Por qué? El método es diferente: la EPA es una encuesta, el paro, un registro. En el caso del segundo, los datos se recogen del registro que manejan los diferentes servicios públicos de empleo, es decir, solo se contabilizan a las personas que han acudido a apuntarse a las oficinas de empleo.
En el caso de la EPA, el recuento va mucho más allá: no importa si esas personas están apuntadas oficialmente al paro, sino si declaran que tienen trabajo o no, si están buscando un empleo o no, etc. Es por eso que los datos de la EPA suelen ser más abultados que los de el paro registrado.
El colectivo Economistas Frente a la Crisis asegura que los datos de paro demuestran “la gravedad” de la situación del empleo en nuestro país. “Estas cifras suponen en sí mismas un inequívoco reflejo del absoluto fracaso de la reforma laboral puesta en marcha el pasado mes de febrero, que se está comportando como una maquina de destrucción del empleo y del tejido empresarial”, dicen en su análisis.
Las personas que trabajan por cuenta propia han tenido una evolución ligeramente positiva durante 2012. Durante el año pasado, el número de autónomos creció un 1,8% -en 53.300 personas- respecto a 2011. Dentro de este colectivo, son los autónomos sin asalariados a cargo los que empujan el crecimiento de los trabajadores por cuenta propia. Por el contrario, los autónomos con trabajadores disminuyeron un 2,1%.
El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, ha reconocido que los recortes “inciden en la actividad económica a corto plazo” y que la evolución del paro entra dentro de “lo previsible”. No obstante, Latorre ha defendido la reforma laboral, que ha calificado de “necesaria” y “ambiciosa”, porque “sienta las bases de la recuperación”.
Los asalariados con contrato temporal cayeron un 13,5% en un año, y los trabajadores con contrato indefinido descendieron un 3,6%. Sin embargo, en términos absolutos la pérdida es similar: en 2012 se perdieron 404.500 contratos indefinidos y 499.200 contratos temporales.
Al comienzo de la crisis, la destrucción de puestos de trabajo se centró en los contratos temporales, sin embargo, conforme se recrudeció comenzó a atacar la contratación indefinida. Por un lado, se han eliminado tantos puestos temporales que los recortes de las empresas se hacen ahora también a través de los indefinidos. Por otro lado, la reforma laboral ha abaratado y facilitado el despido de los trabajadores indefinidos, también en el sector público.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, reconoce que la cifra de la EPA conocida hoy “no es un buen dato” pero afirma que la reforma laboral está empezando a dar sus frutos y frenando la destrucción de empleo.
El diputado del PP, Rafael Merino, también ha insistido en que la reforma laboral “está funcionando”: “Está dando sus frutos en el freno de la destrucción de empleo”.
Para los sindicatos, las políticas de recortes y la reforma laboral están acelerando la destrucción de empleo y ahondando en la recesión. Para UGT, la política económica del Gobierno está llevando a España a una situación “insostenible” y pone como ejemplo el que, casi un año después de la entrada en vigor de la reforma laboral, hay 850.000 ocupados menos y se han “empeorado” las condiciones laborales de los asalariados.
“La exigencia de la austeridad fiscal, la insuficiente política de financiación de la deuda, el bloqueo del crédito que se sigue manteniendo, son los principales causantes del deterioro económico y social en el que nos encontramos”, dice CCOO.
También sigue aumentando el paro de larga duración, es decir, las personas que llevan más de un año buscando un empleo. En un año este colectivo creció en 470.700 personas (213.800 de ellos en el último trimestre de 2012), hasta los 2,78 millones de parados.
Los expertos suelen señalar que un paro de larga duración tan abultado es especialmente negativo, ya que cuanto más tiempo pasa una persona en desempleo, más desconectada está del mercado laboral.
La historia de José Vidal Lozano: nació hace 40 años con un problema en los tobillos del que ya no recuerda ni su nombre. “Pies zambos... laxos... convexos... ¡yo qué sé!” dice, entre risas. Este defecto le supone un grado del 43% de discapacidad. A pesar de ella, en otros tiempos José no se ganó mal la vida. Hacía reformas. “Hoy nadie tiene ese dinero guardado que usaba para arreglar algo en casa”. Sin trabajo, este madrileño vive de la Renta Mínima de Inserción, 350 euros al mes.
Ni en las peores previsiones del Gobierno o de los expertos internacionales se contempló una pérdida de puestos de trabajo cercana a los 850.000 empleos, pese a que la estimaciones sobre contracción de la actividad económica sí han estado en la línea de lo esperado. Teniendo en cuenta esta amplia desviación en las previsiones pasadas, hay que tomar con especial cautela las expectativas para este año, que son de nuevo muy malas. El consenso de economistas contempla un recorte de casi 300.000 puestos de trabajo. Aquí, el análisis completo.
Uno de los datos más destacados de la EPA publicada hoy sobre el último trimestre de 2012 es el cambio en la estructura por sexos del desempleo, que revierte la tendencia del último año y pasa a afectar mucho más a las mujeres que a los hombres: en los últimos tres meses 68.700 mujeres han perdido su empleo, por 28.200 hombres.
Dada la fuerte segregación por sexos de nuestro mercado de trabajo (que explica que en los primeros años de la crisis el desplome de la construcción arrastrara sobre todo al empleo masculino), uno de los factores que explican que ahora la destrucción de empleo esté afectando sobre todo a las mujeres es la fuerte caída del empleo público (-7,1% anual, frente al - 4,1% del privado). Los 49.400 empleos públicos que se han perdido en el trimestre reflejan que las Administraciones Públicas, fuertemente endeudas, pretenden reducir su déficit vía empleo. Pueden hacerlo porque en los últimos años se habían convertido en la principal fuente de contratación temporal del mercado de trabajo español.
El que las administraciones lideren la destrucción de empleo es una vía peligrosa por tres razones: porque agrava la caída del consumo de las familias, porque profundiza en el deterioro de los servicios públicos (que prestaban los trabajadores ahora despedidos), y porque aumenta aún más la desigualdad de rentas. Las administraciones siguen contratando asesores de libre designación, con sueldos altos, mientras destruyen empleo por la base, feminizada y precarizada.
En cuanto a la actividad, se ralentiza el crecimiento de la tasa de actividad femenina, que en el último año ha crecido un 0,48% mientras la de los hombres ha descendido un 0,45% (descenso que ahora se para, posiblemente porque al activarse algo el empleo juvenil se corta el abandono de los trabajadores jóvenes hacia los estudios). Este crecimiento más lento de la tasa de actividad femenina no sería tan negativo si significara que las trabajadoras más jóvenes están optando por formarse cuando no encuentran empleo.