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La banca española se coloca como solución a la crisis de la COVID-19 y pide no subir impuestos al sector

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante su intervención en la cumbre de la CEOE.

Rodrigo Ponce de León

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La banca española quiere tener un puesto destacado en la recuperación de la economía. Si una crisis se puede convertir en una oportunidad,  los principales directivos de los bancos españoles que han participado este lunes en la cumbre empresarial organizada por CEOE han visto en el bache económico que ha provocado la COVID-19 como una vía para eliminar el estigma sobre la banca que marco la crisis financiera de 2008 y colocarse como el sector fundamental para iniciar la recuperación económica.  

Los seis presidentes de entidades financieras que han pasado por la cumbre empresarial de la patronal española han destacado el papel de la banca durante la pandemia como servicio esencial que ha mantenido la operatividad y han subrayado la efectividad de la colaboración publico-privada con el ejemplo de los créditos avalados como el ICO que “ha permitido que miles de empresas mantengan su actividad y millones de empleo continúen en sus puestos de trabajo”.

Tras las alabanzas al Gobierno por haber confrontado adecuadamente la pandemia, con medidas como los ERTE, ha llegado el turno de las peticiones y exigencias. La presidenta del banco Santander, Ana Patricia Botín, ha exigido que las política públicas sean examinadas previamente para que no se pongan en marcha si no va a consolidar el tejido empresarial y crear empleo. 

Botín también ha pedido que se levante la mano y se elimine la barrera del 20-25% de capital necesario para otorgar una hipoteca a los jóvenes o que se den garantías públicas, como los avales ICO a las empresas, para que los jóvenes menores de 35 años puedan comprar una vivienda. Según la directiva del Santander si se consigue con esta medida que “500.000 familias accedan a su primera vivienda se crearían más de un millón de puestos de trabajo”. 

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ha centrado su intervención en la necesidad de estabilizar las cuentas públicas mediante un marco fiscal y regulatorio que ofrezca certidumbres cuando las previsiones son que un déficit llegue al 12% la deuda pública se eleve por encima del 115%. “Reducir el déficit estructural y aportar certidumbre sobre el compromiso con la estabilidad presupuestaria es fundamental para dar confianza es la mejor manera de aumentar la efectividad de estímulos fiscales, facilitar la financiación de la economía y fomentar y potenciar la inversión”, ha declarado Torres Vila. 

Los seis banqueros han sido contundentes a la hora de señalar la necesidad de no crear tensiones con mayores impuestos pero ha sido el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, el que se ha centrado específicamente en el impuesto a las transacciones financieras, conocido como Tasa Tobin. Tras alabar al sector financiero por su papel de facilitador de liquidez y por haber hecho moratorias en los pagos de hipotecas y otros créditos, ha apuntado que “es muy contraproducente que se le pida al sector esfuerzos extraordinarios en forma de impuestos o requerimientos de diverso tipo que puedan incidir en su rentabilidad, porque el desarrollo de un país requiere que sus bancos sean rentables”.

La generación de confianza ha sido el aspecto que más ha destacado el presidente del banco Sabadell, Josep Oliú. Tras haber pasado los momentos más duros en la cuestión sanitaria, Oliú ha apuntado que ahora es el momento de que las autoridades españolas eliminen incertidumbres en el ámbito económico y les ha pedido responsabilidad a la hora de utilizar la medias de ayuda que se aprueben en la Unión Europea.

El presidente del Sabadell ha solicitado que se inicie una nueva etapa en la que la banca no sea culpabilizada como en la anterior crisis y que se mantenga la confianza de la Administración Pública en los bancos españoles en la transición a la nueva normlaidad:   “Hemos aprendido en esta pandemia que la colaboración de las instituciones públicas y la banca ha dado unos frutos positivos y ganadores. La ausencia de esta colaboracion y los niveles mínimos de confianza que se dieron después de la pasada crisis tienen que quedar atrás”.

El presidente del Caixa Bank, Jordi Gual, ha insistido en la posición de la banca como herramienta para redirigir las ayudas que se distribuyan desde la Unión Europea e impulsar la recuperación. Gual ha llamado la atención del Gobierno para que se administre bien el montante que le toque a España de las ayudas de 750.000 millones que se están negociando en el seno de la Comisión Europea. El presidente de Caixa Bank ha resaltado el papel de los bancos como vía para inyectar capital en las empresas y en el  relanzamiento de la inversión de toda España mediante un plan de colaboración público-privada tras un gran acuerdo para potenciar  las actividades que sean más productivas, generen más puestos de trabajo y ayuden a crear nuevos modelos de negocio.

Finalmente, el presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre, ha remarcado que “el sistema financiero es un actor fundamental en el proceso de recuperación” por lo que hizo énfasis en que “tiene que ser un sector financiero saneado”, por lo que ha solicitado un marco regulatorio que preserve la solvencia de la banca, que se mantengan los avales del Estado para aquellas financiaciones que puedan suponer un elevado riesgo y que se elimine la restricción del reparto de dividendo para que la banca sea un sector atractivo para los inversores. 

 

  

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