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La eterna desigualdad económica entre las Alemanias del este y del oeste

Pese a que este año se cumple el 30º aniversario de la caída del muro Berlín, sigue habiendo económicamente dos Alemanias.

Aldo Mas

Treinta años se dispone a cumplir la Alemania reunificada. Sin embargo, y pese a que probablemente haya grandes celebraciones próximamente, la Alemania del oeste y la del este tienen motivo para sentirse separadas. Puede que lo estén para siempre. Al menos así lo indicaba una reciente encuesta entre profesores de economía llevada a cabo por el Instituto para la Investigación IFO de la Universidad de Múnich.

Según ese estudio, realizado entre 136 profesores de economía del país, una gran mayoría respondió con un “no” al ser preguntados sobre si veían posible que en los próximos años o décadas los Länder del este – los que fueron la República Democrática de Alemania (RDA) – pudieran alcanzar el nivel económico del oeste. El estudio del IFO llevaba a concluir en sus titulares al diario y referente germano en información económica Handelsblatt: “El este alemán no puede atrapar económicamente al oeste”.

Son recurrentes los estudios que apuntan en esa dirección, dando cuenta, por ejemplo, de los menores salarios y jubilaciones de los ciudadanos del este respecto a los de sus compatriotas del oeste. El paro también es mayor en el este que en el oeste. En 2018, lo que fue la RDA acabó con una tasa de desempleo del 6,9%, cuando en el oeste el porcentaje quedó en el 4,8%.

También se suele señalar con preocupación que, en las tres décadas de la Alemania reunificada que se cumplen este año, se lleven registradas millones de migraciones de alemanes del este abandonando sus Länder para hacer vida en el oeste. Ese viaje puede merecer mucho la pena.

Según datos publicados el año pasado por el periódico Berliner Zeitung, el patrimonio anual neto que acumulaba, de media, el alemán del este estaba cuantificado en unos 24.800 euros. La suma en patrimonio en tres ricos Länder germanos, como son Baviera, Baden-Wurtemberg y Hessen, alcanza los 112.500 euros. Los cinco Länder del este alemán, es decir, Sajonia, Sajonia-Anhalt, Turingia, Brandeburgo y Mecklemburgo-Pomerania Occidental, están los últimos en el ranking de PIB per capita en Alemania.

Los fabricantes de coches BMW y Daimler, bastiones de la industria del automóvil y pilar del capitalismo alemán, tienen su sede, respectivamente, en Múnich, la capital bávara, y Stuttgart, la capital de Baden-Wurtemberg. No en vano, la inmensa mayoría de las grandes empresas alemanas está afincada en el oeste alemán. De las mayores 500 grandes firmas germanas, sólo 36 se encuentran en suelo de lo que en su día fue la RDA.

Los expertos consultados recientemente por el IFO consideran “excepciones ciudades del este como Leipzig, Dresde o Jena” por lograr mantener a sus jóvenes alejados de la idea de ir a hacer carrera en el oeste. Sin embargo, ni esas ni ninguna otra ciudad del este alemán está entre las más ricas del país. En los estudios sobre las ciudades con mayor renta y PIB per capita destacan siempre en lo más alto urbes como Wolfsburgo -sede del consorcio Volkswagen-, Fráncfort-que acoge a Deutsche Bank-, Ingolstadt -la ciudad de Audi-, Múnich, Düsseldorf o Coburgo. Todas ellas están en el oeste.

Según datos recientes del Instituto para la Investigación Económica de Halle (IWH), centro de referencia en estudios económicos en el este germano, buena parte de estas diferencias económicas entre el este y el oeste tienen mucho que ver con la diferencia en la productividad de las empresas. Las del este germano son un 20% menos productivas, apuntan en el IWH.

Así, el apoyo económico prolongado durante lustros de los Länder del oeste a los del este, valorado hasta en unos 300.000 millones de euros, parecería que no ha sido suficiente para igualar lo que antes fueron la República Federal de Alemania (RFA) y la RDA. Sin embargo, para Martin Gornig, investigador del Instituto Alemán para Investigación Económica de Berlín (DIW), sí está teniendo lugar una igualación, aunque al este le pesan esencialmente dos realidades. A saber, el este dispone de un menor tejido industrial y cuenta con menos grandes ciudades.

Un muro psicológico entre el este y el oeste

“El este de Alemania ocupa una parte más pequeña que el oeste en el conjunto de la producción industrial del país”, dice Gornig a eldiario.es. “Otro factor importante en Alemania pero también en otros países, ya sea España o Italia, es la ventaja de los centros urbanos. Éstos juegan un papel muy importante a nivel económico. Ofrecen un rendimiento mucho mayor que las áreas rurales”, añade.

Para él, lo que se observa en Alemania actualmente en lo económico no es tanto la persistencia de una barrera entre el este y el oeste, sino entre las áreas urbanas y las rurales. Las grandes ciudades germanas están en el oeste alemán. A excepción de la ciudad-Estado que es Berlín, habitada por algo más de 3,5 millones de personas, no hay ninguna ciudad del este germano que supere los 600.000 habitantes.

Mentalmente también reconoce Gornig la existencia de una separación entre el este y el oeste alemán, algo que no está exento de consecuencias políticas. “El populismo de ultraderecha tiene mayor éxito en las zonas rurales y en las zonas económicamente más débiles”, mantiene Gornig, señalando especialmente al este alemán.

Para Franco Delle Donne, experto en comunicación política afincado en Berlín y co-autor del libro sobre el auge de la ultraderecha en el 'viejo continente' Epidemia Ultra: La ola reaccionaria que contagia a Europa (Autoeditado, 2019), la situación económica en el este alemán es un “disparador” para el voto a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

“Con perspectiva, uno compara la Alemania del este de los años 90 con la actual y lo cierto es que mejoró en todos los sentidos. Ahora bien, no mejoró respecto a la expectativa que se tenía. Con la reunificación se esperaba una igualdad entre las dos Alemanias, se esperaba que se formase una Alemania homogénea con sólo algunas diferencias culturales”, dice Delle Donne a eldiario.es.

Esa igualdad parece ser una meta inalcanzable en vista de lo que indican estudios como los del IFO en Múnich. “Esa falta de igualdad ha generado una sensación de decepción profunda en el este alemán, lo que forma parte de un contexto donde se genera ese apoyo a AfD. En Sajonia, hay encuestas que indican que uno de cada cuatro sajones votaría a AfD”, subraya Delle Donne.

A finales del pasado mes de abril, ya había encuestas que situaban a AfD como el partido con mayor intención de voto en el este germano. Se le atribuye en esa región hasta un 23% de los votos, quedando por delante de la Unión Cristiano Demócrata de la canciller Angela Merkel (22%), la formación izquierdista Die Linke (18%), el Partido Socialdemócrata de Alemania (14%) y Los Verdes (12%).

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